El presidente en funciones de España, Pedro Sánchez, informó el quiebre de las negociaciones con Podemos, el socio clave que necesita para sellar un segundo mandato, lo que eleva el riesgo de que se repitan las elecciones en el país.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, rompió el diálogo sobre un acuerdo para respaldar a Sánchez en una moción de confianza la próxima semana, señaló el lunes el mandatario en una entrevista con la emisora de radio Cadena Ser.
"Estamos hablando claramente de un cierre completo de las puertas a cualquier tipo de negociación, una ruptura unilateral por parte del señor Iglesias", afirmó Sánchez.
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En la elección de abril, el Partido Socialista Obrero Español de Sánchez logró la mayor representación en el Congreso español, pero no obtuvo la mayoría general. Debido a eso debe negociar con Podemos. El apoyo de Podemos es crucial para las opciones de Sánchez de permanecer en su cargo, pero no será suficiente por sí solo. También necesita votos adicionales de algunos partidos más pequeños.
Sánchez llamó la atención en la entrevista radial por la dureza de su tono y se hace difícil prever que el daño a las relaciones se repare a tiempo para la votación de la próxima semana, indicó Lluis Orriols, politólogo de la Universidad Carlos III de Madrid. Aun así, si Sánchez no tiene éxito en el primer intento, en teoría todavía habría tiempo para limar asperezas, planteó.
"Estar tan distanciados tan cerca de la votación de investidura parece una estrategia muy arriesgada tanto de Podemos como de los socialistas", expuso Orriols. "De momento están en proceso de alejarse en lugar de acercarse".
Sánchez aseveró que hizo una serie de ofertas a Iglesias, incluida la posibilidad de asignar expertos con vínculos a Podemos a puestos de gabinete.
Al comunicar la semana pasada que consultaría sobre la propuesta con militantes de su partido, Iglesias dio indicios de que probablemente no ofrecería su apoyo, manifestó Sánchez, quien calificó la maniobra como "una gran mascarada". Sánchez agregó que ha tenido dudas acerca de sumar a Iglesias al gobierno por sus diferencias en temas importantes como la campaña independentista en Cataluña.
"Parece que Pedro Sánchez anda muy preocupado con la consulta de Podemos", declaró en Twitter Javier Sánchez Serna, diputado del partido. Añadió que a los miembros del movimiento no les gustan los "chantajes".
"Casi tres meses después de las elecciones, y con el Congreso parado por decisión del PSOE, Pedro Sánchez inicia una campaña mediática para culpar del bloqueo al resto de partidos", acusó a través de la misma red social Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, un aliado de Podemos.
Sánchez explicó que intentará llamar a Pablo Casado, del conservador Partido Popular, y a Albert Rivera, de los centroderechistas de Ciudadanos, para pedirles que se abstengan apelando al sentido de responsabilidad nacional. Los socialistas de Sánchez obtuvieron el doble de escaños que sus seguidores más cercanos en las elecciones, pero la fragmentación en el Congreso lo tiene con problemas para conformar una mayoría.
Aseguró que Rivera no responde a sus llamadas telefónicas, una actitud a su juicio deplorable.
Si Sánchez no puede imponerse en la votación de investidura de la próxima semana, el reloj constitucional de España inicia la cuenta regresiva hacia nuevos comicios. El presidente tendría otros dos meses para crear una mayoría antes de que el Congreso se disuelva y los españoles vuelvan a las urnas, tal y como sucedió en 2016 luego de que las elecciones del año anterior terminaran en un punto muerto similar.