Tres meses después de que un cuadro de una piscina creado por David Hockney se vendiera en US$90 millones, el mundo del arte se reunirá alrededor de una piscina real que el artista británico pintó en el Hollywood Roosevelt Hotel.
Hockney decoró el fondo de la piscina con remolinos azules en 1987, casi seis décadas después de que el histórico edificio de Los Ángeles celebrara la primera ceremonia de los premios de la Academia en 1929. Esta semana, las cabañas de los alrededores exhibirán obras de artistas locales e internacionales como parte de una nueva feria de arte bautizada como Felix.
El evento, cofundado por el exejecutivo de Disney Dean Valentine, figura entre al menos seis ferias de arte que tendrán lugar toda vez que la ciudad compite para convertirse en un epicentro del mercado artístico, lo que no ha podido conseguir pese a ser el hogar de grandes artistas, escuelas e instituciones artísticas. Frieze, que organiza ferias de arte en Londres y Nueva York, debutará esta semana en Paramount Pictures.
"Los Ángeles siempre tuvo los artistas", comentó Valentine, de 63 años, que mencionó leyendas como Ed Ruscha, John Baldessari y Chris Burden. "Ahora hay más infraestructura del mercado del arte aquí".
Actores internacionales como Hauser & Wirth y Sprueth Magers se han unido a la vibrante y descentralizada escena de galerías artísticas de Los Ángeles en los últimos años, aunque desde entonces algunos advenedizos han cerrado. El multimillonario Eli Broad y los hermanos detrás de los pantalones Guess, Maurice y Paul Marciano, abrieron museos privados.
Los coleccionistas del sur de California solían ir a Nueva York y Basilea para comprar obras de arte, pero ahora "coleccionistas de todo el mundo vienen aquí porque la escena artística es muy emocionante", aseguró Jeffrey Deitch, comerciante y exdirector del Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles. En septiembre, Deitch abrió una galería local porque "vio un mercado internacional".
Frieze dará énfasis a Los Ángeles al otorgar espacio importante a galerías locales y ofrecer a los asistentes VIP un programa que incluye visitas a estudios y conversaciones con artistas y coleccionistas que viven en el área. "Sabemos que a Los Ángeles le gusta contar historias sobre sí misma", expresó Bettina Korek, directora ejecutiva de Frieze Los Angeles, que albergará 70 galerías.
En el stand de Blum & Poe, Dave Muller creará un mural específico titulado "Oh Hollywood". David Kordansky tendrá una presentación individual de Kathryn Andrews, cuyas obras incluyen accesorios de películas y superficies elegantes, un híbrido de arte pop y minimalismo. Paisajes de California del artista Wayne Thiebaud, de 98 años, además de sus famosas obras sobre pasteles, serán el centro de atención de las galerías Acquavella de Nueva York, con precios que van desde los US$350.000 hasta los US$5 millones. Deitch presentará obras abstractas de Judy Chicago, pintadas durante su estancia en Los Ángeles. Hauser & Wirth ofrecerá el debut en Estados Unidos de "Unisex Love Nest", una instalación de 1999 de Mike Kelley, artista del sur de Pasadena que murió en 2012. El precio de venta es de US$1,8 millones.
En Felix, 41 galerías presentarán pinturas, esculturas y videoarte en las habitaciones y alrededor de la piscina de Hockney. El escenario se inspira en una época anterior de ferias artísticas: en 1994, The Armory Show tuvo lugar en el Gramercy Park Hotel de Nueva York y en el Chateau Marmont de Los Ángeles.
"Fue increíble", rememoró Valentine, haciendo alusión a obras de Damien Hirst, Tracey Emin y Thomas Schutte. "Caminabas de una habitación a otra, te encontrabas con otros coleccionistas en los pasillos y luego bebías en el bar".
Algunos dicen que la sensación de descubrimiento, diversión e intimidad está ausente en gran medida en el implacable circuito actual de ferias artísticas. "Se ha convertido en una mega experiencia de compra", lamentó Valentine. Felix es un intento de "replicar las cosas que faltan en el mundo del arte", aseguró. “Más íntimo, conversacional y divertido. Menos hipercapitalista”.