Los bloqueos en las carreteras hacia los campos de shale de Argentina en la Patagonia están por entrar a su cuarta semana, a medida que los trabajadores de la salud en la primera línea de la pandemia exigen salarios más altos para mantenerse al ritmo de una de las tasas de inflación más altas del mundo.
Trabajadores de hospitales locales están impidiendo que equipos petroleros y cuadrillas lleguen a los sitios de perforación en la Cuenca Neuquén, hogar del vasto parche de shale Vaca Muerta, justo al tiempo que llega el invierno y la demanda de gas natural en Argentina aumenta, lo que obligará al Gobierno con problemas de liquidez a importar más combustible. Los cortes de ruta están también interrumpiendo las rutas de transporte con Chile.
Con intención de compensar el déficit de la manera más barata posible, el Gobierno mezclará por gasoducto los suministros desde la vecina Bolivia con importaciones en sus dos instalaciones flotantes de gas natural licuado y compras de otros combustibles líquidos para la generación de energía, dijo en un comunicado el secretario de Energía, Darío Martínez.
Actualmente, la producción de gas natural en Neuquén ha caído alrededor de 10% con respecto a los niveles habituales, pero el impacto real se sentírá en las próximas semanas, a medida que los paros de perforación provoquen caídas más pronunciadas en la línea. Setenta equipos que operan plataformas de perforación y flotas de fracturamiento hidráulico no pueden trabajar. Eso representa casi todas las cuadrillas de Neuquén, de acuerdo con el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas.
Los actuales bloqueos están reduciendo la capacidad de Argentina para suministrar gas natural este invierno en 25 millones de metros cúbicos por día, señaló el grupo. En los últimos tres años, la producción en junio, inicio del invierno, ha promediado 133 millones de metros cúbicos por día.
La compra de combustibles de reemplazo debilitará la balanza comercial de Argentina en unos US$200 millones, y esa cifra irá en aumento cada día que se prolonguen las protestas y no se puedan perforar nuevos pozos, según estimaciones de la compañía. Argentina necesita un superávit comercial para reactivar una economía que ha estado en recesión durante tres años y respaldar su moneda, que continúa debilitándose, contribuyendo a la inflación.
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Tras 21 días de bloqueo, este martes hubo buenas noticias para los perforadores de shale, incluidas las estatales YPF SA, Chevron Corp. y Royal Dutch Shell Plc, en tanto que un grupo de manifestantes acordó aumentos salariales. Sin embargo, trabajadores no sindicalizados aún no lo han hecho.
La reducción de la producción en Vaca Muerta, la segunda formación de gas de shale más grande del mundo, es una muestra de cuán dañino se está volviendo el problema de la inflación de Argentina, con impactos negativos que se extienden desde la macroeconomía a los productos básicos, en tanto paros periódicos por pago de una gran cantidad de sindicatos, desde procesadores de soja hasta pilotos de remolcadores, obstaculizan la influyente industria agrícola del país. Desde agosto de 2018, la inflación anual no ha caído por debajo de 36%.
Los cortes de ruta apuntan a los desafíos más amplios que enfrenta Argentina en Vaca Muerta, donde el Gobierno busca imitar el auge de shale de Estados Unidos. Previo a la disputa con los trabajadores de la salud, la producción era de solo 316.000 barriles por día. En la Cuenca Pérmica, solo el próximo mes, se espera que la producción sea de 4,6 millones de barriles de crudo diarios.