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Tecnológicas en la mira de investigadores por acuerdos pequeños

The FTC wonders whether it missed troubling signs in a wave of acquisitions by Amazon, Apple, Google, Facebook and Microsoft.

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Durante la última década, las principales compañías de tecnología realizaron unas cuantas adquisiciones enormes –Facebook Inc. compró WhatsApp en 2014; Microsoft Corp. llegó a un acuerdo en 2016 por LinkedIn; Amazon.com Inc. adquirió Whole Foods en 2017– y una gran cantidad de pequeños acuerdos. En la última señal de que los funcionarios públicos están reexaminando el enfoque permisivo que han adoptado para la industria, la Comisión Federal de Comercio de EE.UU. exigió nueva información esta semana sobre acuerdos demasiado pequeños para llamar su atención cuando ocurrieron.

La solicitud cubre cientos de adquisiciones iniciales que Alphabet Inc., Apple Inc., Amazon, Facebook y Microsoft no tuvieron que informar a los reguladores. La FTC ahora quiere saber si esas “adquisiciones potencialmente anticompetitivas de competidores nacientes o potenciales” deberían haber sido bloqueadas, a pesar de que volaron por debajo del radar antimonopolio tradicional.

Andrew Gavil, profesor de derecho de la Universidad de Howard que fue director de la oficina de planificación de políticas de la FTC de 2012 a 2014, dijo que la gran cantidad de acuerdos en tecnología en la última década merecen una segunda mirada. “Podría haber una adquisición que se vería demasiado pequeña si solo mira los números porque no está midiendo el impacto correctamente”, dice. “Van a estar buscando patrones”.

Las grandes empresas tecnológicas engullen nuevas empresas por varias razones. Muchas veces quieren talento técnico. Otras veces quieren integrar los productos de una pequeña empresa en los suyos. Los emprendimientos también pueden tener grupos deseables de usuarios o datos tentadores que mejorarán los productos existentes de una empresa más grande. Los críticos de la industria dicen que las grandes compañías tecnológicas tienen la costumbre de comprar rivales emergentes antes de que representen una amenaza real. También han expresado su preocupación de que las empresas que ya poseen enormes cantidades de datos pueden acumular rápidamente más a través de acuerdos con emprendimientos, ya sea con fines publicitarios o como una forma de socavar a sus rivales.

La senadora estadounidense Elizabeth Warren, demócrata que se postula para presidente, describió una “zona de exterminio”, donde las compañías tecnológicas más grandes intentan sacar a las nuevas empresas del negocio o adquirirlas para cerrarlas. Incluso las empresas que crecen lo suficiente como para salir al público se preocupan de que sigan en deuda con los mayores actores de la industria.

En comentarios escritos a investigadores del Congreso de EE.UU. el martes, el presidente de la FTC, Joseph Simons, dijo que estaba al tanto de las preocupaciones sobre “adquisiciones asesinas” con el fin de aplastar a los competidores. ”Nos estamos tomando este asunto muy en serio”, dice. En una llamada con periodistas, describió la nueva revisión de fusiones más pequeñas como un proyecto de política, no una acción de aplicación de la ley. “Queremos al menos ser conscientes de lo que nos hemos estado perdiendo, por qué no hubo presentaciones, la importancia de esas transacciones y si hay algo que necesitemos cambiar en el futuro”, dijo.

Aún así, si la FTC ve evidencia de comportamiento problemático, “todas nuestras opciones están sobre la mesa”, agregó Simons. Eso podría incluir exigir a las compañías que desinviertan en activos o escindan ciertas operaciones en negocios separados. Declinó nombrar transacciones específicas que pueden haber despertado el interés de la FTC. La FTC también dijo que podría usar la investigación para cambiar las reglas sobre cuándo deben presentarse acuerdos para su revisión.

La medida es parte de una reconsideración más amplia de la ley antimonopolio estadounidense de décadas de antigüedad, la cual se centra en los precios al cliente final y el daño al consumidor para decidir si las adquisiciones pueden continuar. Las gigantes tecnológicas a menudo brindan servicios gratuitos o baratos, por lo que sus ofertas de negocios rara vez han sido cuestionadas. La industria está luchando por mantenerlo así, y parecía sorprendida con la orden de la FTC del martes.

“Es profundamente preocupante que la Comisión haya indicado que esta puede ser una expedición de pesca que la lleve a dividir retroactivamente a compañías que ya se han fusionado”, asegura Robert Atkinson, presidente de la Fundación de Tecnología e Innovación de la Información. ”El estándar de bienestar del consumidor debe seguir siendo la Estrella Polar que guía la regulación antimonopolio”.

La FTC ha sido criticada por ser demasiado amigable con las grandes empresas en los últimos años. Un informe del Centro Washington para el crecimiento equitativo publicado en septiembre descubrió que las presentaciones de fusiones habían aumentado casi 80% entre 2010 y 2018, pero el número de acciones de aplicación no había cambiado. El número de casos penales antimonopolio presentados en 2018 estuvo en los niveles más bajos en casi 30 años. Tim Wu, profesor de derecho en la Universidad de Columbia que solía trabajar para la FTC, ha comparado la comisión con un árbitro de baloncesto que nunca declara faltas.

Simons ha rechazado tales críticas y describió el plan para volver a examinar acuerdos más pequeños como parte de un proceso continuo para comprender los problemas planteados por la industria tecnológica. La Comisión exige a las empresas “proporcionar información y documentos sobre estrategias de adquisición corporativa, acuerdos de votación y nombramiento de la junta, acuerdos para contratar personal clave de otras compañías y convenios de no competencia posteriores al empleo”, dice. Pero la Comisión está interesada en algo más que las adquisiciones tradicionales. Dijo que las inversiones minoritarias, los acuerdos de licencia y otras transacciones también podrían ser de interés.

La medida de la FTC agrega otra fuente de información potencialmente dañina sobre las prácticas dentro de la industria tecnológica, que también enfrenta una investigación del Congreso, una investigación realizada por fiscales generales estatales y una investigación del Departamento de Justicia.

“Podrían encontrar evidencia de irregularidades, y esa evidencia de irregularidades podría alinearse con algo que están viendo en estas otras investigaciones, y luego, en el futuro, todo se unirá”, asegura Jennifer Rie, analista de Bloomberg Intelligence.