Conseguir arándanos puede ser más difícil esta temporada ya que el mayor exportador de este súper alimento se enfrenta al impacto de una granizada y a una huelga portuaria que ya lleva un mes.
Algunos agricultores chilenos perdieron toda su cosecha de arándanos en noviembre cuando las fuertes lluvias y el granizo azotaron el centro del país, donde se cultiva la mayoría de las bayas. La magnitud de las pérdidas no es clara, pero aquellos que recuperaron su cosecha ahora se enfrentan a retrasos en los envíos, ya que los estibadores en el puerto de Valparaíso llevan 28 días en huelga.
Las protestas laborales se dan en el peor momento posible para Chile y los fanáticos de los arándanos alrededor del mundo porque los productores de la nación, que producen más de 100.000 toneladas al año, comienzan la cosecha en diciembre.
Los estibadores de Valparaíso, que despachan aproximadamente la mitad de la producción de fruta de Chile, no tienen la intención de volver a trabajar hasta que se cumplan sus demandas salariales. Cerca de 500 contratistas en una de las terminales del puerto, que cargan desde cobre hasta vino, exigen un pago único de aproximadamente US$3.600 y mejores condiciones laborales.
"La huelga continuará", dijo por teléfono Pablo Klimpel, líder sindical, desde Valparaíso. "Estamos cansados, obviamente, pero si nos rendimos ahora nos despedirán, nuestra única opción es continuar".
Gran parte de la cosecha de Chile se está redirigiendo hacia el puerto de San Antonio, más al sur, pero se están creando retrasos.
"San Antonio está haciendo frente en este momento", dijo Juan Inostroza, quien trabaja en el departamento de exportaciones de Hortifrut SA, un importante exportador de arándanos y cerezas. "Pero ha habido un poco de congestión".