El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negó la injerencia en el enjuiciamiento penal de su antiguo asociado Roger Stone, al señalar que los tuits que emitió sobre el caso no equivalen a interferencia política.
Cuatro fiscales federales renunciaron al caso Stone el martes después de que el Departamento de Justicia revocó su recomendación de una sentencia a prisión entre siete y nueve años para Stone. Fue declarado culpable de mentirle al Congreso y otros cargos derivados de la investigación del fiscal especial, Roger Mueller, respecto a la interferencia rusa en las elecciones de 2016.
Trump comentó a los periodistas en una reunión con el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, que los fiscales “arrancaron bastante rápido” después de que el Departamento de Justicia señaló que reduciría su sentencia recomendada.
“Fue una vergüenza para nuestro país”, dijo respecto la recomendación de sentencia inicial. “Francamente, deberían disculparse con él”.
“Deberían volver a la escuela y aprender”, dijo después respecto a los fiscales.
El Departamento de Justicia revocó la recomendación el martes después de que Trump se quejó de la acusación en un tuit. El presidente dijo el martes que no habló con nadie en el Departamento antes de la decisión. Sin embargo, felicitó al fiscal general William Barr el miércoles “por hacerse cargo de un caso que estaba totalmente fuera de control y que tal vez ni siquiera debería haberse presentado”.
La moción de Stone para realizar un nuevo juicio fue rechazada por el juez encargado de su caso en un fallo revelado el miércoles.