El gobierno de Trump ordenará a las compañías petroleras que mezclen más combustible renovable con gasolina y diesel el próximo año, según cuatro fuentes familiarizadas con el plan, incluso en momentos en que el gobierno comienza a realizar cambios radicales que podrían reducir las cuotas de biocombustibles en los próximos años.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) anunciará el viernes que exigirá a las refinadoras que mezclen 19.920 millones de galones (75.405 millones de litros) de biocombustible el próximo año, lo que representa un aumento del 3,3 por ciento respecto a los requisitos actuales y en gran medida en concordancia con las cuotas que la agencia propuso en junio, dijeron las fuentes, que pidieron anonimato porque la información no es de conocimiento público.
No más de 15.000 millones de galones del total pueden provenir de fuentes convencionales, como el etanol a base de maíz. Al menos 4.920 millones de galones deben provenir de biocombustibles avanzados, incluidos al menos 418 millones de galones de combustible celulósico renovable, como el etanol preparado a partir de pasto varilla.
La EPA también impuso una cuota de 2.430 millones de galones para el biodiesel en 2020, un aumento del 15,7 por ciento respecto a los 2.100 millones de galones en 2019.
La agencia no ajusta sus cuotas finales para dar cuenta de las exenciones que liberan a algunas pequeñas refinerías de los requisitos de mezcla de biocombustibles, lo cual implica una derrota para líderes agrícolas y aliados políticos que han implorado al gobierno de Trump que suspenda la práctica o que al menos obligue a otras refinerías a compensar la diferencia.
Con la implementación de la medida, la administración de Trump iniciará una revisión completa del Estándar de Combustible Renovable, con lo que suscitará una nueva batalla entre la industria petrolera y los intereses agrícolas por la participación de mercado de gasolina estadounidense que se desarrollará en un contexto cada vez más político.
Las refinerías y algunos ambientalistas presionarán a la EPA a fin de que el próximo año reconsidere las exigencias del mandato de biocombustibles, que se implementó hace ya 13 años, mientras Donald Trump intenta conseguir votantes en Iowa, el principal estado productor de maíz y etanol.