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Valparaíso: Un Patrimonio de la Humanidad en plena decadencia

La ciudad chilena de Valparaíso, considerada Patrimonio de la Humanidad, cayó en decadencia. El deterioro de la plaza Echaurren describe el ocaso de una ciudad que supo ser la "Joya del Pacífico".

| Photographer: Tamara Merino/Bloomberg

Deterioro, decadencia, abandono. En una típica tarde de domingo, la cafetería Emporio Echaurren baja sus persianas metálicas para evitar intentos de robo. A la vuelta de la esquina del frontis quemado del palacio Subercaseaux, se ven edificios abandonados, con sus techos derrumbados y ocupantes ilegales que se han tomado las plantas bajas.

Cecilia Jiménez, arquitecta que ayudó con la candidatura para que la ciudad se convirtiera en Patrimonio de la Humanidad en 2003, expresó su tristeza frente a la actualidad. Al mismo tiempo, reconoció que en 2003 había una enorme energía que ya no existe.

Conocido por su arquitectura urbana de fines del siglo XIX y su red de funiculares de madera y metal que atraviesan las laderas de sus cerros, salpicadas de torres de iglesias, Valparaíso fue también el centro financiero original de Chile. El nombramiento de sitios de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad tenía como objetivo proteger sus grandiosas fachadas de un mayor deterioro, casi 100 años después de que la apertura del canal de Panamá desviara el comercio del que había sido un importante centro de exportación.

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se ven edificios abandonados, con sus techos derrumbados y ocupantes ilegales que se han tomado las plantas bajas.

Si bien la designación no abre automáticamente el acceso a más financiamiento para la renovación de un sitio, sí generó publicidad para el área, atrayendo inicialmente turismo e incentivos gubernamentales.

En Valparaíso, los subsidios provinieron de la agencia estatal de desarrollo económico Corfo y del Ministerio de Vivienda. Un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo también generó inversiones, con lo que se abrieron hoteles boutique y elegantes restaurantes en los cerros Alegre y Concepción.

Pero la renovación apenas llegó al puerto y a algunas áreas comerciales. Muchos de los edificios clásicos de la ciudad no se han reparado y tienen alertas de derrumbe.

Gonzalo Vargas, copropietario de Vitamin, un restaurante ubicado en el centro, cerca de la plaza de la Victoria, señaló que la gran diferencia es el crimen y la inseguridad imperante. "Una vez que se esconde el sol, hay que cerrar todo", concluyó.

Para los miles de turistas que visitan la ciudad cada mes, puede parecer que Valparaíso tiene una doble personalidad. Por un lado, Cerro Alegre. Esta hermosa colección de edificios de hierro corrugado en tonos pastel con impresionantes vistas de la bahía. El área es relativamente segura, limpia y llena de vida los siete días de la semana.

La gran diferencia es el crimen y la inseguridad imperante

¨Por otro lado, la zona comercial ubicada al pie del cerro es otra historia. Las protestas antigubernamentales que se desataron a fines de 2019 tuvieron un fuerte impacto en la ciudad. Personas saquearon tiendas, rompieron ventanas y llenaron las paredes de grafitis.  Algunas de las tiendas y bancos permanecen cerradas. "El movimiento de protesta mostró a la población que las autoridades locales no tenían control. Y recuperar la credibilidad ha sido muy difícil", expresó Vargas.

Esteban Cuevas, de 62 años, dijo que hace poco tuvo que esquivar un charco de sangre cuando instalaba su puesto callejero después de que una pelea entre pandillas dejara una persona muerta. Después de 21 años al frente del puesto, dijo que seguirá adelante, pero que la ciudad se ha vuelto más violenta. En un aspecto más mundano, se quejó de la cantidad de grafitis que hay en todas las paredes. Y agregó: "Hace un par de semanas pintaron el área; se veía bonita, pero dos días después fue vandalizada de nuevo".

Luego de atravesar el crecimiento más rápido del mundo en 2021, impulsada por subsidios del Gobierno y gracias a que la población pudo retirar dinero de sus fondos de pensiones, la economía de chilena se estancó. La brusca caída en el gasto de los consumidores en medio de una inflación de dos dígitos espera que la economía se contraiga en 2023, según datos recopilados por Bloomberg.

Una delegación de la Unesco, el organismo de las Naciones Unidas que certifica los Patrimonios de la Humanidad, visitó Valparaíso en noviembre y está elaborando un informe.

Se espera que, para 2023, la economía se contraiga.

Según informes locales, muchas de las personas de la industria local y de asociaciones de vecinos con las que se reunieron pidieron a la organización que agregue a Valparaíso a la lista de patrimonios mundiales en peligro. Esta medida podría instar a que el Gobierno de Chile tome nuevas medidas para salvaguardar el sitio. También destacaron la falta de programas para renovar y desarrollar la ciudad. La Unesco declinó hacer comentarios mientras redacta su informe. Solo tres lugares denominados como Patrimonio de la Humanidad han sido eliminados de la lista de la Unesco, incluida la ciudad inglesa de Liverpool el año pasado.

Carolina Pérez, subsecretaria del Patrimonio Cultural, sostuvo que son conscientes de los desafíos que ha tenido que enfrentar la ciudad, especialmente durante la pandemia, ya que el área turística se vio muy afectada. Y agregó que el gran desafío que tienen como Estado es contribuir al desarrollo de iniciativas que lleven al crecimiento de la región.

Pidieron a la UNESCO que agregue a Valparaíso a la lista de patrimonios mundiales en peligro

En el centro de esas iniciativas está una nueva corporación municipal para administrar el sitio. El grupo incluye a Pérez, el alcalde de Valparaíso, representantes del gobierno regional, un delegado presidencial y miembros de la comunidad local. Si bien la decisión de crear la corporación se tomó en diciembre de 2021, aún no ha comenzado a operar.

Mientras tanto, cuanto más violenta y llena de grafitis se vuelve la ciudad, más turistas se retiran a los cerros de arriba. Los pocos cafés y restaurantes sofisticados que quedaban más cerca de la costa parecen puntos aislados.

Caos en la ciudad

El jueves por la tarde en diciembre, mientras un grupo de personas que bebían café en el renovado Emporio Echaurren al otro lado de la calle, una gran parte de la población indigente de la ciudad estaba apostada en carpas o dormía en bancos. Al otro lado de la plaza, un vendedor ambulante le pateaba la cabeza a una mujer que estaba sentada en la cuneta sin que le llame la atención al resto. Otros vendedores y personas que esperaban en una parada de tranvía cercana observaban con desdén.

La ciudad registró 18 homicidios en los primeros nueve meses de 2021, la misma cifra que todo el año anterior, según datos gubernamentales. El trimestre entre enero y marzo fue el más sangriento que se haya registrado desde 2005, con 10 muertes.

Igualmente preocupante para las autoridades de la ciudad es que el deterioro está comenzando a invadir los cerros. Algunos de los funiculares que llevan a las personas a los cerros están abandonados, sus vías de metal están cubiertas de maleza.

Un vendedor ambulante le pateaba la cabeza a una mujer que estaba sentada en la cuneta sin que le llame la atención

En el empinado camino al costado del ascensor El Peral hacia Cerro Alegre, uno de los primeros edificios es el abandonado Amazing Hostel, donde se arrancaron tablas de las ventanas para dejar entrar a los saqueadores. Otro edificio está quemado, sus vigas ennegrecidas están amontonadas en el callejón afuera.

En la parte superior del camino, en el Paseo Atkinson, artistas y músicos atraen a los turistas que pasan frente a casas y tiendas restauradas del siglo XIX con vistas panorámicas. También a plena vista, esa misma tarde de diciembre, un vendedor ambulante preparaba líneas de polvo blanco.

El funicular de Cienfuegos ha sido restaurado y recientemente reabierto en las cercanías, pero los lugareños detienen a los turistas en la calle para advertirles que no se adentren a un barrio que se considera peligroso.

Valparaíso está en un estado de abandono permanente

Francisco Chahuán, senador por la ciudad, dijo que "Valparaíso está en un estado de abandono permanente y que la solución es que todos los actores trabajen juntos, más allá de las trincheras políticas e ideológicas, para salvar la ciudad".

El experiodista londinense Ed Shelton se mudó a Valparaíso en 2004 con su esposa chilena. Abrió una pizzería y luego un hotel. Durante una década, el negocio iba bien. Pero a partir de 2015, las ganancias comenzaron a disminuir. El deterioro se aceleró con el “estallido social” y luego con la pandemia. Shelton tuvo que reducirse. Cerró el hotel de forma permanente y vio cómo otros extranjeros que habían comprado grandes casas y las habían reformado empezaban a irse.

“Si miro las fotografías que tomé cuando llegué, la ciudad es hermosa y fresca, con colores brillantes”, dijo Shelton, de 58 años. “Se ve cierto deterioro arraigado”.