A dos meses de las elecciones, Gabriel Boric juró como presidente de Chile este viernes y se convirtió en el mandatario mas joven de la historia del país. Fiel a su estilo informal y visiblemente emocionado, Boric asumió en nombre de "los pueblos de Chile" e inauguró un nuevo y desafiante ciclo político en un país todavía sacudido por el estallido social de 2019 que derivó en la reforma consitucional.
Con un gabinete integrado en su mayoría por mujeres y con un promedio de edad de 49 años, Boric se convirtió en el presidente más joven del país en uno de los momentos más desafiantes desde que terminó la dictadura de Augusto Pinochet en 1990.
"Ante el pueblo y los pueblos de Chile, sí prometo", exclamó Gabriel Boric de 36 años al convertirse en el presidente número 35 de Chile. El líder del partido de izquierda Convergencia Social se convirtió en el mandatario más joven de la historia chilena, en lo que parece ser un síntoma del cambio de época que se avecina en el país trasandino.
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Desde el Salón de Honor del Congreso nacional, Boric se convirtió en el flamante jefe de Estado para el período 2022-2026, en una ceremonia que contó con más de 500 invitados y la presencia de varios líderes de la región, incluido el presidente Alberto Fernández. En todo momento estuvo acompañado por su pareja, la politóloga Irina Karamanos.
En tanto, Boric recibió la banda presidencial junto al presidente saliente Sebastián Piñera, de 72 años, quien de manera sonriente y con incansables aplausos concluyó su segundo mandato (2010-2014 y 2018-2022) como parte de un ciclo político conservador marcado por la brecha de desigualdad que detonó masivas protestas en octubre de 2019.
Emocionado y con el puño izquierdo en alza, tras recibir la piocha de O'Higgins el flamante mandatario chileno suspiró y expresó un "gran sentido de la responsabilidad y el deber ante el pueblo". "Vamos a dar lo mejor de nosotros para estar a la altura de los desafíos que tenemos como país", afirmó al concluir la ceremonia de investidura presidencial en Valparaíso, la ciudad sede de la casa del pueblo chileno situada a 120 kilómetros de Santiago.
Luego del acto, Boric se trasladó en el Ford Galexie 500 XL, el icónico vehículo donado por la Reina Isabel II de Inglaterra en 1968, e hizo un recorrido protocolar junto a su ministra del Interior, Izkia Siches, rodeado de seguidores.
Finalmente se dirigió a la casa presidencial en Cerro Castillo, frente al Pacífico, donde la directora de Protocolo oriunda de Isla de Pascua, Manahi Pakarati, recibió a los invitados de honor: los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou; de Argentina, Alberto Fernández; de Perú, Pedro Castillo; el rey Felipe VI de España; Luis Arce, de Bolivia; y la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, así como el precandidato colombiano Gustavo Petro.
Gabriel Boric inaugura un cambio de época en Chile
Tras el estallido social de 2019 que produjo un cimbronazo en la sociedad chilena, Boric viene a romper el status quo del establishment político desde el día uno, a partir de su marco teórico izquierdista y feminista, algo que volcó en la conformación de su gabinete, que en su mayoría son mujeres -algo inédito en la historia de la brecha de género- y jóvenes con un promedio de 49 años.
Esto se vio en la jura de sus ministros, empezando por Izkia Siches, médica de profesión, que será la primera mujer ministra del Interior. Tanto Siches como Camila Vallejo y Giorgio Jackson y el mismo Boric, todos son parte de la generación de estudiantes que lideraron la protestas de 2011 en reclamo de ampliar el acceso a la educación pública y de calidad, entre otras demandas al orden constitucional chileno pinochetista.
Como invitado especial a la ceremonia de asunción se destacó el universitario Gustavo Gatica, quien quedó ciego por los disparos de los carabineros durante el estallido social de 2019. Luego de la jura, Boric se acercó, se dieron un abrazo e intercambiaron unas palabras.
Con respecto a las políticas impulsadas por el flamante presidente, Boric buscará reducir la desigualdad en Chile, que cuenta con una economía estable y pujante en la que el 1% de la población concentra el 26% de la riqueza. "Este es un gobierno que llega al poder en un clima político muy fragmentado, que no tiene mayoría parlamentaria y, por lo tanto, no tiene la posibilidad de hacer reformas muy radicales en el corto plazo", señaló a AFP Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencia Política en la Universidad de Chile.
El líder del espacio Convergencia Social tendrá como desafío gobernar una nación enmarcada en una profunda crisis de representación partidaria y con una economía en proceso de desaceleración, entre otros conflictos. Además, deberá responder ante sus promesas de campaña, que incluyen mejoras sociales en áreas de salud, educación y previsión social.
cdi cp