El mercado de Argentina se prepara para el canje de deuda local que se hará este jueves y tanto traders como funcionarios cuentan los porotos para estimar la adhesión.
La mitad de los bonos elegibles para ser canjeados está en manos del sector público, el 20% en bancos privados y el resto en fondos y aseguradoras, según personas con conocimiento directo del tema. Se sabe ya que los fondos locales y del exterior estarán prácticamente fuera de la demanda, dado que por mandato no pueden tomar canastas de larga duración.
La respuesta de las aseguradoras tampoco parece estar “cautiva”. El propio Gobierno no ha mostrado todavía demasiado esfuerzo para que el sector aparezca en la foto de la licitación. La primera reunión de la Secretaría de Finanzas con las compañías será hoy a las 4 p.m., menos de 24 horas antes del comienzo de la subasta, indicó una persona con conocimiento directo del tema.
Supercanje de deuda: ¿bomba de tiempo o gran jugada de Sergio Massa?
Con esta radiografía en mente, el Gobierno calcula que el máximo posible de adhesión se ubica en 80%, según una persona. Superar el 70% sería un resultado exitoso. Debajo de 60%, en cambio, no habría nada que festejar.
Long Lacunza; short Laspina
Dos de los datos más comentados este martes en las mesas fueron los nombres elegidos por el Gobierno para las dos canastas de bonos ofrecidas en el canje: la “HL”, que solo tiene títulos vinculados a inflación; y la “LL”, que incluye un bono dual y dos vinculados a inflación.
Las siglas elegidas son —coincidencia o no— exactamente las iniciales de Hernán Lacunza y Luciano Laspina, dos referentes del principal partido opositor, Juntos por el Cambio, que lideran el diseño del plan económico y que en estos días calificaron el canje de “operación vil y ruinosa” para el país.
Qué significa este nuevo canje de deuda y por qué se habla tanto de eso
No hubo ninguna explicación financiera que justificara la elección oficial de dichas siglas y el mercado lo entendió como un mensaje cifrado para los economistas opositores. Traders de bancos planeaban este martes posicionarse en la canasta “HL”, que tiene puramente instrumentos ligados a inflación en una suerte de “Long Lacunza”.
Un vocero del Ministerio de Economía no respondió inmediatamente a una solicitud de comentario.
La “bomba” tiene nombre: US$37.000 millones
La oposición ya tiene estimado el peso de la deuda que recibirá en caso de que su coalición gane las elecciones presidenciales de este año. Empiria, la consultora de Lacunza, prevé que en 2024 vencerán US$37.000 millones, lo que equivale al 10% del PIB.
Esa “torre de vencimientos” en pesos, que tendrá que enfrentar no bien desembarque el próximo Gobierno, resulta de suponer un nivel de rollover del 80% en 2023 para la deuda actual. Las obligaciones en dólares, que a esta altura asustan menos que las otras, representarían un desembolso de US$6.600 millones en 2024.
©2023 Bloomberg L.P.