La devastadora explosión en el Líbano dejó fuera de servicio a tres importantes hospitales e inhabilitó a más de dos docenas de clínicas, lo que ha obstaculizado su capacidad para responder a un aumento en los casos de covid-19.
La Organización Mundial de la Salud señaló el miércoles en una rueda de prensa que 11 equipos médicos extranjeros en Beirut, que están ayudando con las secuelas de la explosión que dejó más de 170 víctimas fatales y miles de heridos, habían destinado parte de sus esfuerzos a contener el coronavirus.
Renuncia el gobierno libanés tras la explosión en Beirut
El Líbano había evitado con éxito la propagación del coronavirus mediante una combinación de restricciones de viaje, cierres de escuelas y confinamientos, pero los casos habían comenzado a aumentar rápidamente en las semanas previas a la explosión del 4 de agosto. Cuando las víctimas de la explosión llegaron a los hospitales, varios de los cuales resultaron dañados, el distanciamiento social se hizo imposible y las mascarillas y guantes comenzaron a olvidarse.
Caos y choques en las calles tras la explosión en Beirut
Los planes para volver a implementar medidas de confinamiento en el Líbano se postergaron para permitir las operaciones de rescate y limpieza. Los casos llegaron a 7.121 el miércoles, con 87 muertes. Las cifras, aunque siguen siendo bajas en comparación con otros países, están aumentando rápidamente. El martes se registraron 311 nuevos casos, la cifra más alta para un solo día.