Durante su nueva campaña presidencial, el presidente Donald Trump volvió a acaparar la atención con una propuesta de alto impacto: la construcción del llamado Domo Dorado (Golden Dome), un sistema de defensa nacional antimisiles que cubriría todo el territorio estadounidense. Según explicó la analista política e internacional Fernanda Cornejo a Canal E, el plan buscaría proteger a Estados Unidos frente a potenciales ataques balísticos o nucleares provenientes de potencias como China, Rusia, Irán o Corea del Norte.
“El Domo de Oro sería un sistema antimisiles capaz de interceptar misiles balísticos e incluso hipersónicos, algo que ni siquiera Israel ha logrado con su Cúpula de Hierro”, detalló Cornejo, en referencia al sistema desarrollado por ese país en 2011.
Costos siderales e incertidumbre tecnológica
El costo estimado del proyecto oscila entre los 100.000 y 250.000 millones de dólares, según lo dicho por el propio Trump. Pero, más allá de la cifra astronómica, la experta puso en duda la viabilidad de la propuesta: “La tecnología para este sistema aún no está desarrollada ni especificada”, remarcó.
Además, sostuvo que estas iniciativas de campaña son típicas del estilo de Trump: “Ya en su primer mandato prometió un muro infranqueable para evitar la inmigración ilegal y no lo concretó”, recordó. En ese sentido, Cornejo calificó la propuesta como “demagógica”.
Contraste con la situación fiscal estadounidense
La analista también advirtió que el estado de las finanzas públicas de EE.UU. complica aún más la factibilidad del proyecto. “Estados Unidos está enfrentando recortes y una baja en la calificación crediticia. En este contexto, es difícil imaginar cómo se financiaría una obra de esta envergadura”, sostuvo.
Si bien Trump planteó que la iniciativa sería una gestión estatal, Cornejo sugirió que podría terminar recurriendo al sector privado. “Probablemente necesite la ayuda de empresarios tecnológicos, sus aliados habituales”, deslizó.
Seguridad vs. prioridades ciudadanas
Finalmente, la especialista enfatizó que esta clase de propuestas podrían generar malestar social. “Hay otro tipo de necesidades urgentes en la ciudadanía estadounidense. Destinar recursos a un proyecto tan costoso como este podría generar gran indignación”, advirtió.
A modo de cierre, y ante la hipótesis de un conflicto bélico global, Cornejo fue clara: “Estados Unidos no necesita defenderse de una guerra mundial, porque seguramente estaría implicado desde el principio”.