En diálogo con Canal E, Camilo Alan, empresario de la industria textil, describió un escenario crítico para el comercio argentino en la antesala de las fiestas y advirtió que muchas pymes están al borde de la desaparición.
El cierre de 2025 encuentra a la industria textil en uno de sus momentos más delicados. Así lo afirmó Alan, quien trazó un diagnóstico contundente sobre el consumo y el ánimo social. “Nunca vi un diciembre tan malo, tan triste como este diciembre”, sostuvo, al remarcar que históricamente este mes es el mejor del año para los comerciantes.
Según explicó, el problema central no pasa por reformas laborales ni discursos políticos, sino por la falta de dinero en la calle. “Si no hay consumo, por más que cambie la ley laboral, no hay consumo”, afirmó. En ese contexto, describió a una sociedad golpeada y preocupada por llegar a fin de mes: “La gente está pasando momentos muy difíciles, muy mal”.
Crisis del comercio y avance de las importaciones
Alan también apuntó contra la competencia desigual que enfrentan los comercios locales. “El grande se está comiendo al chico y tendemos a desaparecer”, alertó, al referirse al ingreso de productos importados y plataformas que, según denunció, no tributan impuestos en el país.
Defensor histórico del comercio de cercanía, remarcó el rol social del llamado “cielo abierto”. “La República Argentina es el país más importante en comercio de cielo abierto”, señaló, y advirtió que detrás de cada local hay familias, empleados y pequeñas pymes en riesgo. “Lamentablemente tendemos a desaparecer”, insistió.
Sobre la representación sectorial, fue tajante: “Yo no participo más en ninguna cámara”, afirmó, al cuestionar la falta de respuestas concretas para los pequeños empresarios. Para Alan, hoy la realidad se vive en la calle y no en los escritorios.
Ventas, costos y un futuro incierto
De cara a las fiestas, el empresario descartó que el problema sea la falta de interés del consumidor. “El consumidor no está frenado, no tiene plata”, afirmó. Según explicó, muchas familias multiplicaron sus trabajos solo para subsistir. “Antes tenías un trabajo o dos, ahora te metés en cuatro”, graficó.
También cuestionó los índices oficiales. “Dicen que la inflación es 2,4 y es mentira”, aseguró, enumerando fuertes subas en carne, luz y transporte. En su caso, contó que vende prendas a precios mínimos sin lograr volumen. “Hoy vendo cosas a 9.900 pesos y no vendo”, lamentó.
Los costos fijos, especialmente la energía, agravan la situación. “La luz me aumentó un montón”, explicó, y agregó que no puede trasladar esos incrementos a precios ni mejorar salarios. “No nos alcanza la plata”, resumió.
Finalmente, proyectó un panorama alarmante para el verano. “Enero y febrero van a ser tremendos”, advirtió, anticipando “muchos cierres de comercio” y mayor conflictividad social si no hay medidas urgentes.