Tras la decisión del Tribunal Oral Federal N.º 2 de concederle la prisión domiciliaria a Cristina Fernández de Kirchner, este medio se puso en contacto con el abogado penalista, Gastón Francone, quien analizó en profundidad las condiciones del fallo, su cumplimiento y las implicancias legales y políticas de la medida. “Más allá de todo, la casa de Cristina hoy es una celda, y es así”, afirmó.
Sobre si las condiciones impuestas a Cristina Fernández de Kirchner son las habituales, Gastón Francone explicó: “Más menos 10% sí, más menos 10%”. Aunque reconoció algunas particularidades en el procedimiento de notificación, las calificó como admisibles: “El derecho es dinámico en el derecho procesal específicamente, y esta cuestión entiendo que estuvo bien hecha”.
Las dudas detrás de no imponer el dispositivo electrónico
Respecto a la falta inicial del dispositivo electrónico, señaló: “Entiendo que todavía no tiene la tobillera puesta, pero tenemos que tener en cuenta que es una persona pública, dos veces presidenta, una vez ex presidenta, senadora, no creo que se vaya a fugar rápidamente”.
Uno de los puntos centrales que remarcó Francone es que la prisión domiciliaria no es automática ni obligatoria: “La prisión domiciliaria es un beneficio y no es un derecho, el beneficio se negocia, en este caso con ciertas contraprestaciones que hacen que el reo no complique la situación en donde se encuentra”.
Y agregó: “En cuanto la complique, el juzgado lo hace muy fácil, la aloja en un penal y se le saca el problema de encima”.
El abogado aclaró que el uso del dispositivo electrónico no es obligatorio: “Hoy creo que hay 14.000, aproximadamente, detenidos en prisión domiciliaria y sólo el 50% tiene puesto el dispositivo electrónico”. En ese sentido, subrayó: “Es prerrogativa del juzgado, quién se lo coloca y a quién no se lo coloca”.
Cómo se manejan las visitas en la prisión domiciliaria
Sobre la posibilidad de recibir visitas o ejercer actividad política desde su domicilio, remarcó que las limitaciones son estrictas: “Eso no pasa nunca en ningún caso, en ninguna prisión domiciliaria. Las visitas siempre están restringidas, siempre a un grupo mínimo, a los abogados y en un horario también”.