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Economía nacional

Inflación: “Si los costos son más gente desempleada, pérdida de ingresos y recortes en transferencias, no hay nada para festejar”

La economista Carina Farah analizó el índice de inflación de mayo y adviertió que la mejora no se refleja en el bolsillo de los argentinos ni en la actividad económica.

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Pesos argentinos | Télam

El dato del INDEC mostró una inflación mensual de 1,5%, pero los salarios y el consumo siguen estancados y la recesión se profundiza.

Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con la economista, Carina Farah, quien comentó que, “no hay recomposiciones salariales que hayan acompañado los altos índices de inflación previos”.

El problema está ahí, que no hay una recomposición del salario nominal que permita mantener el poder adquisitivo”, agregó, y detalló que solo algunos gremios formales han logrado equiparar la inflación, mientras que los trabajadores informales están aún más rezagados.

Dólar quieto, precios contenidos

Según Farah, la baja en los precios responde principalmente a la estabilidad cambiaria. “Tiene mucho que ver con la quietud que está teniendo el dólar”, afirmó, pero relativizó el entusiasmo generalizado: “Decimos que estos son niveles que en otros países serían anuales y nosotros festejamos porque tenemos 1,5% mensual”.

Además, cuestionó la representatividad del índice: “Hay una gran dispersión en realidad... hay rubros críticos en el consumo de las familias como salud y medicamentos que aumentaron un 3%”. Por eso, señaló que “el índice pondera mal, está desactualizado el peso que le da a los rubros”.

Consumo y desigualdad: la cara oculta del índice

Más allá del dato general, la economista llamó a mirar los indicadores de fondo. “Hay una composición redistributiva en el ingreso nacional que surge a partir de estos índices”, afirmó, denunciando que ciertos sectores, como los servicios, están concentrando mayores ganancias a costa del deterioro del ingreso popular.

También advirtió sobre la caída del consumo en sectores sensibles: “Estamos hablando de gente que no está comprando medicamentos que necesita”, lo que para Farah reflejó una situación de emergencia.

¿Qué falta para que el salario reaccione?

Farah fue crítica de la visión oficialista de que solo es cuestión de esperar. “Para mi gusto, es un pensamiento un poco mágico”, sostuvo, y defendió el rol del Estado: “Yo sí creo en las políticas públicas respecto a lo redistributivo y la mejora en las condiciones de vida”.

En este sentido, alertó sobre la falta de políticas concretas para mejorar el empleo y el ingreso: “Estamos viendo una caída de la actividad económica”, indicó, y ejemplificó con el uso de capacidad instalada: “Hoy no llegamos al 60% y eso es un ‘buen número’, el textil no llega al 50%”.

Recesión, desempleo y salarios a la baja

La economista describió una situación preocupante: “Si se usan menos máquinas, también se utilizan menos personas… y por lo tanto hay más desempleo”, afirmó. Esta dinámica impacta directamente en los ingresos: “Si vos estás desempleado, estás dispuesto a trabajar por lo que sea… entonces los ingresos nominales tienden a la baja”.

Por eso, insistió: “Es un empobrecimiento de la población… hay que mirar la película completa”. Aunque reconoció que la baja inflación es positiva, advirtió: “Si los costos son más gente desempleada, pérdida de ingresos y recortes en transferencias, no hay nada para festejar”.

Finalmente, Farah se mostró preocupada por la sostenibilidad de la baja inflación: “Qué va a pasar cuando nos quedemos sin el préstamo del Fondo Monetario”, se preguntó.

Explicó que sin acumulación de reservas, el mercado podría desestabilizarse nuevamente. “Si hay un problema en el mercado cambiario, lo más probable es que tengamos un nuevo fogonazo inflacionario”, advirtió.