En diálogo con Canal E, el analista internacional Alejandro Laurnagaray mencionó que, “lo que estamos viendo es parte de este contexto que venimos hablando ya hace unos años, que es el reacomodamiento de la distribución del poder en el mundo”, al analizar la nueva amenaza arancelaria de Donald Trump hacia los países alineados con los BRICS.
Para el analista, “esa estrategia de presión que intenta utilizar Trump con los aranceles no le está resultando”, y agregó que Estados Unidos “ya no tiene el poder económico, comercial, ni siquiera el poder duro ni blando para establecer las reglas del comercio internacional”.
El entrevistado destacó el contexto de esta medida: “En los países de los BRICS, el 65% del comercio intra BRICS se realiza sin utilizar el dólar”, y enfatizó que en los países asiáticos del bloque, como Rusia, China e Irán, “más del 90% del comercio se realiza en monedas nacionales”. Además, aseguró que “el dólar ya perdió un 10% de su valor este año”, y que incluso algunas empresas estadounidenses están siendo forzadas a pagar en euros, lo que demuestra la creciente pérdida de influencia monetaria del país norteamericano.
“Hay empresas norteamericanas importadoras que deben cambiar al euro para pagarle a los exportadores de otros países”, sostuvo. En ese marco, reafirmó: “Es una carrera monetaria donde incluso el dólar está perdiendo frente al euro”.
Argentina y su posición: alineamiento erróneo y oportunidades perdidas
Al ser consultado por el rol de Argentina en este nuevo escenario global, Laurnagaray fue tajante: “La Argentina está erróneamente alineada en una especie de fundamentalismo hacia los Estados Unidos y a Israel también”. A su juicio, esta postura cierra las puertas a oportunidades que ofrecen los nuevos bloques emergentes. “El BRICS representa el 40% de la población mundial, el 30% del PBI mundial”, explicó, remarcando que se trata de una alianza estratégica con capacidad de financiamiento sin las condiciones impuestas por el FMI.
“Todos los países con una política exterior inteligente y racional triangulan sus relaciones”, indicó, criticando la política actual por “sacrificar el interés y las oportunidades de inserción inteligente que puede tener incluso las empresas argentinas”. Además, apuntó a las dificultades estructurales del país para atraer inversiones: “No hay mercado, no hay revitalización del consumo, la Argentina está carísima en términos de costos fijos”, dijo.
Cuestionó también la visión optimista de algunos economistas: “¿Cómo vas a afirmar que la macroeconomía se ordenó cuando tuviste que usar el salvavidas del FMI y te volviste el país más endeudado del mundo?”, preguntó retóricamente. Según Laurnagaray, “la situación macro de hoy, artificial, espanta inversiones”.
Respecto al impacto de las políticas estadounidenses en la región, opinó: “El sur global que está emergiendo es el que Trump tiene en la mira”. Y aunque criticó la decisión de no integrar los BRICS, afirmó que “las potencias emergentes aún nos mantienen las puertas abiertas, porque ningún gobierno de turno es eterno”.
Finalmente, lanzó una fuerte crítica a la dirigencia local: “Mientras no aprendamos los argentinos a no repetir la misma historia con los mismos personajes de siempre, no vamos a superar nuestras limitaciones”, cerró.