A un año del Mundial de Fútbol 2026, que tendrá como sedes a México, Estados Unidos y Canadá, crecen las protestas sociales en las principales ciudades mexicanas que recibirán turistas durante el evento. Según explicó el periodista Enrique Hernández en diálogo con Canal E, el problema no es tanto el turismo temporal, sino el fenómeno de gentrificación que ha expulsado a gran parte de la población local de los barrios más cotizados.
“Hoy no hay forma de ubicar a los ciudadanos mexicanos dentro de estas ciudades, porque los alquileres son muy caros. Y comprar una vivienda es aún más inaccesible para la clase media”, sostuvo Hernández. Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey figuran entre las más caras de América Latina para adquirir propiedades, según diversos rankings.
Malestar ciudadano y turismofobia
La falta de oferta habitacional afecta especialmente a los sectores medios y bajos, mientras aumentan los alquileres en zonas con alto valor inmobiliario. En este contexto, han comenzado a surgir protestas y expresiones de rechazo al turismo, en lo que algunos denominan “turismofobia”. Según relató el periodista, hubo manifestaciones en el sur de Ciudad de México que incluyeron ataques a instituciones culturales.
“Los hoteleros están en contra de esta turismofobia. Hay suficiente capacidad hotelera, el problema es otro: muchos extranjeros con poder adquisitivo alquilan departamentos por largos períodos, desplazando a los residentes locales”, explicó.
Falta de regulación y mercado informal
Otro de los factores que agrava la situación es la informalidad. Según Hernández, entre el 60% y el 70% de los alquileres en Ciudad de México se realizan sin ningún tipo de contrato formal. Las autoridades intentaron implementar un padrón para regular las plataformas como Airbnb, pero hasta ahora no hay avances concretos.
“Si no pudieron aplicar esa ley, ¿cómo van a hacer para congelar los precios? Es todo muy complejo, y el tiempo apremia”, advirtió.
El trasfondo: escasez de vivienda
El gobierno mexicano anunció la construcción de un millón de viviendas, aunque la demanda sería diez veces mayor. “Este problema no es nuevo, pero el Mundial lo visibiliza. Hay una necesidad urgente de políticas habitacionales más sólidas y de planificación urbana realista”, señaló.
Aunque se estima que la oferta hotelera alcanzará para cubrir la demanda del Mundial, el reclamo apunta a la necesidad de soluciones duraderas para los ciudadanos mexicanos, más allá del evento.