El exministro del Interior, Miguel Ángel Toma diálogo con Jorge Fontevecchia y reflexionó sobre el resultado electoral reciente y advirtió sobre los riesgos de sobrevalorar victorias momentáneas.
"En la Capital Federal obtuvimos casi 34% de los votos y ganamos sobre el radicalismo", recordó Toma al hablar de su victoria electoral de 1993. En ese momento, la lista peronista logró imponerse sobre la encabezada por el canciller Dante Caputo del alfonsinismo, en una elección clave para el justicialismo en la Ciudad de Buenos Aires.
El entrevistado remarcó el peso decisivo del contexto económico en los ciclos de éxito del peronismo: "El dato económico siempre fue relevante a la hora de definir una elección". Explicó que en 1989, la hiperinflación generó las condiciones para que la sociedad votara por una alternativa distinta, y que en 1993 el éxito económico de la convertibilidad ayudó al oficialismo peronista. "Nosotros éramos la renovación del peronismo, nada que ver con el kirchnerismo actual", afirmó.
El paralelismo con la actualidad: inflación, salarios y advertencias
Toma trazó un paralelismo entre el presente político y los escenarios anteriores: "Me parece que se repite ahora el esquema", aseguró. Según su análisis, el respaldo electoral reciente, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, se explica por una mejora en los indicadores inflacionarios. Sin embargo, advirtió: "No hay que montarse sobre la gloria circunstancial, porque la política es muy dinámica y de acá a octubre pueden pasar muchas cosas".
En ese sentido, el exministro alertó que el Gobierno deberá lograr más que solo bajar la inflación: "Tendrá que mejorar los salarios, tendrá que generar un proceso de reactivación", expresó, poniendo en duda la capacidad de mantener el apoyo electoral sin resultados concretos en la economía cotidiana de la ciudadanía.
Abstención y relativización del triunfo
Otro aspecto que Toma consideró clave fue la baja participación en las elecciones recientes: "Ha votado poco más de la mitad del padrón. Esto no es un dato menor", remarcó. Para el dirigente peronista, este nivel de abstención relativiza el alcance de un triunfo que representa solo a un tercio de ese 50% de votantes.
"Me parece que se relativiza un triunfo del 30% con el 50% del padrón votando", sostuvo. También insistió en que la comparación entre elecciones legislativas y nacionales no es válida, ya que los niveles de movilización y atracción del electorado difieren sustancialmente. "No es lo mismo una elección nacional donde se debate la presidencia que una elección de medio tiempo anticipada", finalizó.