La explosión de múltiples beepers o “buscapersonas” en diversas localidades del sur del Líbano dejó, al menos, nueve muertos y más de 2800 heridos, de los cuales 200 presentan lesiones graves.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el analista internacional, Santiago Farrell, quien expresó que actualmente, “lo que más preocupa es la posibilidad de una escalada regional en el conflicto”.
Cuáles son las teorías sobre las explosiones
Según el entrevistado, los hecho producidos “fueron definidos como un ataque cibernético a diversos dispositivos” en donde, además de los “buscapersonas” se reportaron fallas en paneles solares y en sistemas de detección de huellas dactilares, los cuales “son utilizados, al tramitar documentos, así como otros elementos que dependen de conexiones wifi”.
En cuanto al objetivo inicial de estos ataques, el analista sostuvo que parecía ser “el preludio de una ofensiva mayor”, específicamente una invasión israelí al Líbano. “Esta acción se planificaba con la intención de generar caos y desconcierto, facilitando así el ingreso de las tropas”, agregó.
Por otra parte, Farrell expresó que la decisión de avanzar en este plan “se aceleró tras la detección de anomalías en los dispositivos por parte de la inteligencia israelí”. Y remarcó que, aunque estos sistemas no se utilizan con frecuencia, se reactivaron en el contexto actual, ya que "los teléfonos móviles son fáciles de rastrear mediante triangulación satelital”.
Qué sucede en los lugares del ataque y cuál es la postura de Israel
Al ser consultado sobre cómo se vive en la zona del ataque, horas posteriores, el analista contó que, “hay un intercambio de intenso de misiles y armamento entre el norte de Israel y el sur del Líbano”. Y remarcó que, aunque este conflicto ya había comenzado el 8 de octubre, el día después de los ataques de Hamas, “la situación escaló en las últimas semanas, y es incierto hasta dónde podría llegar la respuesta israelí”.
Al finalizar, Farrell dijo: “Israel busca establecer un acuerdo en Gaza que, al menos, podría reducir algunas de las tensiones en el conflicto. Sin embargo, las negociaciones se complican por factores de política interna y el interés particular del primer ministro”.