En diálogo con Canal E, el abogado laboralista, Sergio Omar Rodríguez, analizó los efectos de la reforma laboral y alertó que detrás de los conceptos de “flexibilización” y “facilidad para contratar” se esconde una pérdida de derechos para los empleados.
“Dato mata relato”: lo que muestran los números reales del empleo
“Cuando uno habla de reforma laboral, debe hacerlo desde el conocimiento del sistema tutelar del derecho del trabajo, que protege al más débil, que es el trabajador”, sostuvo Rodríguez.
El especialista cuestionó el discurso oficial de modernización: “Intentar, bajo las palabras modernización o flexibilización, tapar que el verdadero problema por el cual los empresarios no contratan es la falta de rentabilidad, es encubrir reformas que terminan perjudicando a los trabajadores”, afirmó.
Rodríguez recordó los antecedentes de los años 90: “Ahí nació el monotributismo, y de ahí en adelante creció el trabajo informal”, señaló. Además, se refirió al impacto del DNU 70/23 firmado por el Gobierno: “Con la reforma laboral de Milei perdimos 200.000 puestos de trabajo y 18.000 empresas”, precisó.
En ese sentido, citó el eslogan libertario: “Dicen ‘dato mata relato’, pero los datos muestran que la empleabilidad no mejora por reforma legislativa, sino por clima de negocio”.
El riesgo legal del monotributo y los derechos en peligro
Sobre la figura del trabajador independiente incorporada en la Ley Bases, Rodríguez fue contundente: “Esa figura va a ser la primera que va a volar en los fallos judiciales”. Explicó que los empleadores que contraten bajo ese régimen pueden ser los más perjudicados: “Van a terminar pagando indemnizaciones siderales porque se trata de relaciones encubiertas de dependencia”, advirtió.
El abogado laboralista insistió en que “no se puede legalizar por una ley una condena de muerte porque sería contrario a la Constitución”, y remarcó que el sistema jurídico argentino permite que los jueces declaren inconstitucionales las reformas que vulneren derechos básicos.
Consultado sobre los derechos laborales tradicionales, fue enfático: “Si prospera esta reforma, el siguiente paso será derogar las vacaciones pagas y el aguinaldo”, alertó.
Rodríguez explicó la diferencia técnica entre las figuras: “El monotributista tiene una condición fiscal, no un estatus jurídico laboral. Si no se cumplen los elementos de dependencia, no hay vacaciones ni aguinaldo”, aclaró.
Sobre el impacto judicial, afirmó: “Declarar a un trabajador como monotributista es dejar todas las huellas en la escena del crimen”, ya que la jurisprudencia sigue considerando los mismos criterios para determinar la relación laboral.
Finalmente, advirtió sobre el trasfondo económico del debate: “El principal problema no es jurídico, es económico. Mientras sea más barato comprar afuera que producir en Argentina, no hay clima para una reforma laboral”, concluyó.