CICLO DE ENTREVISTAS
Perfil Educación

Chiche Duhalde: "No veo ni a Cristina ni a Alberto con capacidad de ganar en 2023"

La ex senadora participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación. Críticas al peronismo por la responsabilidad en la crisis actual. Y oposición a que Máximo Kirchner presida el PJ de la provincia de Buenos Aires.

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Chiche Duhalde fue entrevistada por estudiantes de Periodismo de Perfil Educación | Marcelo Dubini

Hilda “Chiche” Duhalde participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación del Grupo Perfil, donde criticó la responsabilidad del peronismo por la crisis actual del país y advirtió que el oficialismo puede perder las próximas elecciones. “El peronismo puede triunfar si aparece un gobernador interesante. Pero no veo ni a Cristina ni Alberto con capacidad de ganar en 2023”, sostuvo.

La ex senadora también se opuso a que Máximo Kirchner presida el Partido Justicialista bonaerense. “Es un disparate que este chico sea dueño de un partido sin conocer y sin ser de la provincia. Lo lógico sería que no sea presidente del partido”, aseveró Duhalde en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación

Guillermo Moreno fue invitado al Ciclo de Entrevistas semanas atrás e hizo referencia a la “decadencia del peronismo” y que este gobierno es más cercano a una postura socialdemócrata. ¿Usted coincide? 

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Creo que todos los partidos y espacios políticos están en decadencia. Por eso se hace más necesario las coaliciones para ganar una elección, se van buscando encuentros de partidos que tengan algo en común. También creo que la gente va sintiéndose cada vez más angustiada y enojada, dada la situación que está atravesando el país, para mí mucho más grave que la del 2001. Pero volviendo a la pregunta, el espacio del cristinismo y La Cámpora, porque ya no podemos llamarlo kirchnerismo, se va reduciendo. Y la gente no está pensando en política, está enojada con todos los políticos sin excepción. Las cosas que vemos muchas veces en los medios, como la Suprema Corte de Justicia o el Consejo de la Magistratura, son muy importantes pero no son los temas sensibles para la gente. Piensan en las cosas cotidianas, como si puede comer, si puede mandar a los chicos en la escuela o si les alcanza para comprar un remedio. Por eso, esas cosas son las que hacen que se reduzca el espacio de Cristina, Alberto y Massa, que por otro lado también buscan ver cómo se separan para ver si logran diferenciarse y así atraer un poco a la sociedad.  Aun los que mejor miden en las encuestas, miden muy poco. Y me incluyo cuando hablo de los políticos: soy una mujer política y me pongo adentro. 

—Menciona que esta crisis es peor que la del 2001. ¿Por qué lo considera así?

Es peor, porque en aquel momento había pocos partidos políticos fuertes: el peronismo, el radicalismo y una tercera fuerza que era el Frepaso. Se logró con mucha más facilidad que esas tres fuerzas se unieran entendiendo que la crisis era muy grave y se pusieran juntas a tratar de sacar al país. Se logró armar una mesa del diálogo que no fue un cuento, fue realmente un hecho concreto y donde se sentaron desde los piqueteros y sindicalistas hasta los empresarios. Y en esta crisis hay muchos partidos, no puedo contar la cantidad que aparecieron a partir de la llegada de Néstor Kirchner y su sueño de la transversalidad. Es muy difícil juntar todas esas opiniones, con una falta de liderazgos y sin líderes de peso como lo era Alfonsín en aquel momento. Entonces estando huérfanos de conducción y con una decadencia moral, se torna más difícil porque hay una aceptación de la corrupción. No nos sorprenden los hechos de corrupción que impactan en el bienestar de la gente. Y la responsabilidad del peronismo en esta crisis es absoluta. Y yo amaba el peronismo con sus luces y sus sombras. Eran gobiernos autoritarios, pero era un tiempo donde la pobreza casi no existía, todos teníamos trabajo, la escuela pública era de excelencia, jugábamos en la calle y éramos felices. Yo me crie en esa época y doctrinariamente soy peronista: digo siempre que lo soy. Pero fui viendo el proceso de deterioro del peronismo a través de los años y el abandono de esa doctrina conceptual. Se fue quedando con los simbólico, con la foto de Perón y Evita, el bombo y la marchita, pero abandonó al Perón que desarrolló la producción y la industria de la época. Por eso Perón se autodenominaba el primer trabajador, porque entendía que la única manera de crecer era a través del trabajo. Yo me crié en ese momento, después se entró en un proceso de decadencia y llegó a estos tiempos donde esto no es peronismo y hoy estamos en lo que estamos. En definitiva, tenemos que tratar de recuperar la política porque si no estamos en el horno y caemos en lo de Milei. Somos responsables de esto porque en aras de enarbolar las banderas del peronismo, no hicimos peronismo habiendo sido los que más gobernamos en tiempos democráticos. Nos tenemos que hacer cargo de esa responsabilidad que tenemos y si no cambiamos, vamos a desaparecer. Y merecerá desaparecer, producto de haber hecho todas estas cosas.

—Dijo que hay que recuperar la política porque si no “caemos en lo de Milei”. ¿Qué opinión le merece Javier Milei?

He visto la nota que le hizo Jorge Fontevecchia junto a Grabois. Yo tengo mis enormes diferencias con él, pero lo amé en esa entrevista. Y no lo entiendo a Milei. Cuando Grabois dice: “¿En qué países se aplica lo que vos decís?”, Milei él da ejemplos de países como Irlanda, Australia y Nueva Zelanda. No tienen un Estado fuerte pero no es bobo como el nuestro. No tienen un estado elefantiásico sino que cobra impuestos, pero le brinda a la gente. Acá nos cobran más o menos igual, pero no tenemos nada garantizado. Y el denostó en algún momento los países nórdicos. Por eso no entiendo a dónde quiere llegar, porque cuando habla de la pobreza no puede explicar qué va a hacer con ella. En cambio, a Grabois yo lo vi con los pies en la tierra: no me gusta su metodología pero me pareció una cosa más cristiana, del sentimiento y la comprensión del dolor de la gente que sufre. En cambio, Milei tiene como un libreto armado y todo lo relaciona con el mismo lugar. Me volvía loca tratando de entender a dónde quería llegar y creo que a Jorge Fontevecchia le debe haber pasado un poco. 

—¿Considera que el kirchnerismo y el albertismo son distintos?

Cristina y Alberto son personas distintas, pero el espacio que conforman es el mismo. Por alguna causa en especial se unieron con el claro objetivo de ganar las elecciones. Su proyecto, que aún no sabemos cuál es, pareciera ser el mismo. 

Chiche Duhalde fue entrevistada por estudiantes de Periodismo de Perfil Educación

Teniendo en cuenta su postura acerca de una decadencia del peronismo, ¿usted cree que el próximo Presidente puede ser peronista?

Puede pasar cualquier cosa. La Argentina está en una situación tan grave que a veces digo: “¿Habrá elecciones? ¿Seguiremos así hasta la próxima elección?”. Todo es tan incierto, la verdad veo al país tan mal que no sé qué va a pasar. Ojalá todo siga así y se produzca en el 23 un acto eleccionario para que gane el que la sociedad quiera que gane. ¿Quién va a ganar? No lo sé. La oposición no está haciendo bien las cosas. Porque en lugar de estar peleando para ver quién es el candidato, ya que tanto Macri, Vidal, Bullrich, Larreta y Manes quieren serlo, eso tendría que ser trabajado para adentro. Que el radicalismo, el PRO y el peronismo republicano concuerden solamente en un proyecto común y en qué país quieren para el 2023, para así presentar quién está mejor con la gente. Para mí, el gobernador Valdés es una revelación: es interesante y tiene muchas posibilidades de unir a un montón de fuerzas. Por el lado del peronismo, hay varios gobernadores que son interesantes. Pero no sé porqué no abren la boca y en qué momento serán capaces de ponerse de pie para decir basta. Los veo como en una manada, donde nadie levanta la cabeza. Pueden ganar y por ahí aparece un gobernador interesante, pero no la veo ni a Cristina ni Alberto con capacidad de ganar. Pero en nuestro país, no sé.

—Hablando de este proceso de deterioro del justicialismo, ¿qué significa para usted que Máximo Kirchner presida el Partido Justicialista en la provincia de Buenos Aires?

Es un disparate que este chico sea dueño de un partido sin conocer y sin ser de la provincia. Lo lógico sería que no sea presidente del partido, pero lo es porque todo anda mal. Avala la justicia porque las cosas no son de prepo, sino que tienen un mecanismo legal.

—¿Qué piensa sobre el sobreseimiento de Alberto Fernandez y Fabiola Yáñez en la causa del Olivos Gate

La verdad es que es un error terrible de que se acepte un pago y ya está. Es un tema tan sensible para la sociedad y no cayó bien en nadie, pero sabemos cómo funciona la justicia en la Argentina.

—Está en Netflix el documental sobre José Luis Cabezas, en donde aparece fuertemente la figura de Eduardo Duhalde y la tensión con el entonces presidente Carlos Menem. Con el tiempo que ha pasado, ¿usted cree que Menem ensució la insvestigación sobre el asesinato de Cabezas?

—Solo voy a decir que me pareció muy bueno el documental, muy realista y claro. No nos olvidemos que, a los pocos días, Eduardo iba a lanzar su candidatura en Pinamar. Lo que muestra el documental es claro sobre la responsabilidad que tuvo cada uno.

—Le agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil Educación y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final.

—Quiero hacer una pequeña reflexión sobre el periodismo. Miguel Wiñazki, en un libro escrito hace muchos años, dice que el periodista es como en Batman. Y entiendo que la noticia mala atrae y es la que el periodista publica. Pero en la vida pasan muchas cosas buenas que habría que reflotarlas de alguna manera. No siempre lo malo vende y lo bueno podría ser un ejemplo para serenar los ánimos de la sociedad. Se critica mucho a todos los presidentes que, no habiendo cumplido su mandato, cobran la jubilación de presidente. Por ejemplo, Rodríguez Saa fue presidente por una semana y se jubiló como tal. U otros que estuvieron presos y condenados que se jubilan como vicepresidente, como Amado Boudou. Pero nadie y ningún medio dice que Eduardo Duhalde nunca se jubiló como presidente o vicepresidente. Nadie lo sabe y ningún periodista lo dice. Entonces en el inconsciente de la gente queda que Eduardo Duhalde hizo lo mismo. Pero él nunca la cobró porque no le pareció ético habiendo sido el bombero que sacó al país adelante en el 2002. Nunca la quiso. Esa noticia ejemplar de la que me enorgullezco, nunca la vi. Entonces yo creo que el periodismo tiene que mirarse también para adentro y ver por qué razón algunas noticias que le pueden hacer bien a la gente no salen. Nunca se dijo, por ejemplo, que apenas llegó a la Presidencia sacó la jubilación de privilegio de los diputados y senadores. Entonces me parece que los periodistas cada tanto deben meter una buena noticia que le haga recuperar a la gente la creencia de que no está todo perdido. Les agradezco la invitación.

Por Fernando Maack Stevens, Nahir Corletto y Stephanie Loli Moore.
Estudiantes de Periodismo Perfil Educación
Escuela de Comunicación