Los preparativos urgentes para poder afrontar el pico de la epidemia de coronavirus que se espera en las próximas tres semanas abarcan varios frentes: desde capacitar personal médico hasta preparar más camas en las terapias intensivas. En ese punto una de las claves es sumar respiradores artificiales, los equipos que entran en acción cuando las complicaciones de cualquier patología dificultan la correcta oxigenación. En ese momento la opción es conectar al paciente a un ventilador mecánico, un dispositivo sofisticado de la tecnología médica que se convirtió en uno de los equipos más buscados, y disputados, por las autoridades de salud de todos los países.
Según estimaciones oficiales, Argentina tiene disponibles alrededor de 8.500 respiradores en hospitales públicos y privados, y las autoridades tienen el objetivo de conseguir otros 1.500 dispositivos más en las próximas semanas. Esta meta parece posible porque Argentina es, junto a Brasil, uno de los dos únicos países de América Latina que cuenta con fabricantes locales: Leistung y Tecmé.
El Gobierno les ordenó a estas empresas que dejen de exportar sus dispositivos para abastecer solo el mercado interno y centralizó toda su producción para distribuir entre las distintas provincias. El sábado 28, un avión de la Fuerza Aérea partió de Aeroparque equipado con 23 respiradores para entregar en las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja, y otros 26 en Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones. En total, serán 194 que el Ministerio de Salud distribuirá en una primera etapa a distintos puntos del país.
¿Cómo trabajan contra reloj las fábricas argentinas de respiradores artificiales ante al emergencia del Covid-19? “En la planta estamos todos trabajando doble turno, especialmente los operarios y la gente de logística”, le contó a PERFIL Silvina Grasso, gerente general de Leistung. Grasso recién pudo atender a este diario a la noche, tras llegar a su casa, al final de otra jornada agotadora en la sede central de la empresa, ubicada en la ciudad de Córdoba.
La compañía es una pyme que se fundó en 1984 y se especializa en la producción de equipamiento médico. “Hay tres líneas de soluciones: dispositivos para anestesia, respiradores de transporte (para ambulancias) y respiradores para terapia intensiva. En este momento abandonamos la primera y nos enfocamos en los respiradores, casi por entero en los de intensiva”, explicó Grasso.
Según rememoró la directiva, en tiempos normales fabrican, con una dotación de alrededor de 70 personas, 400 respiradores por año. “Pero en los últimos sesenta días, ante la explosión global de la demanda por coronavirus, tuvimos que hacer una adaptación brusca: cuadruplicar la producción para fines de mayo. Y lo estamos cumpliendo semana a semana. Para eso tuvimos que aumentar la planta de personal en un 30% y trabajar en dos turnos”, explicó.
Lo original es que la medida del aislamiento también los obligó a rediseñar, de apuro, su proceso productivo. Todos los que no son estrictamente necesarios en la planta también trabajan el doble, pero en home office. Y eso incluye a los tres fundadores originales: los ingenieros Miguel Grasso, Oscar Barretto y Ricardo Pagliaro que siguen aportando sus saberes. “Como tienen más de sesenta años a los papis los mandamos a sus casas, pero continúan trabajando en forma remota”, contó con orgullo Silvina Grasso, aclarando que, aunque ahora la empresa es conducida por la segunda generación, “ellos siguen activos en el día a día”.
Claro que no solo el equipo de Leistung debió ajustarse, también sus proveedores cuadruplicaron sus entregas. “Nuestros respiradores tienen un 50% de componentes nacionales y el resto importado. Estamos tratando de reemplazar importaciones pero no es fácil porque hay cosas como sensores, válvulas y placas electrónica que directamente no se fabrican acá”. Y también explicó que desde el Gobierno provincial se pusieron a disposición para allanar cualquier inconveniente que pueda poner en riesgo la producción.
Por su parte, Tecme –la otra fábrica local de estos equipos– surgió en los años ‘60 de la mano de la familia Mañá. Tiene su casa matriz en Córdoba y una planta en el exterior, en Atlanta, EE.UU. En ambas elabora respiradores mecánicos en tres versiones: adulto, pediátrico y neonatal; adulto y pediátrico; y exclusivamente neonatal. La compañía suele exportar el 80% de sus productos y el 20% restante de lo fabricado lo comercializa en el mercado argentino, pero por el Coronavirus buscarán aumentar la producción al 300% para satisfacer sólo la demanda local.
Prototipos de universidades
- Es conocido que el ingenio argentino puede responder rápidamente ante la necesidad. Y es lo que pasó esta semana en la Universidad Nacional de Rosario, cuando su rector, Franco Bartolacci, anunció que la institución comenzó a financiar, en alianza con la compañía de desarrollo Inventu e investigadores, dos proyectos destinados a producir, en el corto plazo, respiradores artificiales de bajo costo.“Hoy mismo hicimos un aporte de dos millones de pesos para financiar la etapa inicial de dos proyectos que usan componentes industriales disponibles” dijo Bartolacci. La intención es validar en una semana los prototipos ante la Anmat y en semanas, comenzar con la fabricación. “Podríamos producir hasta 400 equipos por mes y el costo rondaría los US$ 5 mil por unidad”.