CIENCIA
Especialista en tic y educacion

Francesc Pedró: “Hay que dejar de llenar las aulas con netbooks e invertir en conectividad”

El experto de la Unesco critica las políticas de equipar las escuelas con PCs y asegura que esta medida por sí sola lleva a una mayor disparidad en el aprendizaje.

Critico. Pedró dice que en la actualidad los jóvenes son “huérfanos digitales”.
| Unesco

Desde Madrid

Es uno de los expertos en tecnologías aplicadas a la educación más reconocidos del mundo. El español Francesc Pedró, jefe de la División de Políticas Sectoriales, TIC y Educación de la Unesco y Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, apuesta por el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para motivar a los alumnos y evitar el abandono escolar.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

En diálogo con PERFIL, puso foco sobre el uso productivo de las TIC; habló de “huérfanos digitales” y de la necesidad imperiosa de “capacitar a los docentes para incorporar las TIC a los procesos de enseñanza y aprendizaje”.

¿Las TIC son una herramienta para luchar contra la deserción escolar?
  —En el caso de los más jóvenes sí, porque su uso ayuda a motivarlos. Ahí depende de que los docentes sepan cómo hacerlo: es importante incorporar el uso de la tecnología a aquellos contenidos que interesen a los alumnos, porque si se sigue explicando lo que nunca ha interesado seguirá sin interesar aunque se use tecnología. Para luchar contra el abandono escolar se requiere de docentes muy capacitados, que puedan lidiar con la falta de interés y motivación de los jóvenes.
—¿Alcanza con dar computadoras o netbooks?
  —Las masivas políticas de equipamiento han conducido a errores y no han dado los resultados esperados. Hay que dejar de equipar las escuelas con “fierros” (PCs) e invertir en conectividad. Hoy, un gran porcentaje de jóvenes de 15 años en América Latina tiene un smartphone. Hay que aprovechar el uso que hace de ese u otros dispositivos móviles. Se ha ganado muchísimo en los últimos años en acceso, pero que uno esté sentado en un aula llena de computadoras no quiere decir que aprenda. El reto, ahora, es un reto de calidad. Más dinero no se traduce en mejor aprendizaje. Tanto en América Latina como en Europa, los niveles de conectividad que tienen docentes y alumnos tienden a cero y eso no se puede permitir.
La pobreza y la desigualdad, ¿reproducen la brecha educativa y digital?
 —Sí, absolutamente. Se retroalimentan: cuanta más pobreza hay peor es el acceso a la educación y peor la calidad de lo que se aprende, y esos niños que aprenden poco y  mal reproducirán bajas expectativas sobre sus hijos y así seguirá el círculo. Es posible que un niño que vive en un entorno socialmente deprimido, la única ventana que encuentre en las TIC sea para evadirse y jugar. En cambio, un chico que tenga una familia y docentes que lo motivan a que además de divertirse haga un uso productivo de las TIC tendrá mayores oportunidades de aprender mejor. Esto nos dice que el  acceso por sí solo nos lleva a una mayor disparidad en los resultados del aprendizaje. Por eso necesitamos que esas políticas compensatorias se acompañen de políticas educativas y que se propicie el desarrollo económico para incluirlos socioeconómicamente.
Los “nativos digitales”, aquellos jóvenes que desarrollan competencias digitales y tienen mayor acceso a las TIC, ¿ensanchan la brecha?
—El uso de la tecnología debe ser productivo. El nativo digital sabe cómo utilizarla, pero en el contexto de la educación habría que pensar en estos jóvenes como “huérfanos digitales”. Son personas que dominan ciertas aplicaciones para su uso cotidiano pero que no logran convertirse en verdaderos “ciudadanos digitales” porque no logran interpretar la información de la web. Para ello necesitan del apoyo de los docentes o de sus padres. No se trata de buscar en Google y hacer copy-paste de lo que se encuentra para hacer una tarea del colegio sino de aprender a gestionar esa información.
—¿Qué rol juegan los docentes?
—El problema no sólo está en el equipamiento de los alumnos sino también en las capacidades de los docentes; en el papel que éstos tienen y en cómo incorporan el uso de las TIC en los procesos de la enseñanza y el aprendizaje. Para atacar el problema de raíz habría que valorar en los presupuestos de TIC para la educación, un porcentaje del 30% para la capacitación de docentes e invertir, sobre todo, en los centros de formación del profesorado. Argentina y Uruguay son los países de América Latina donde el porcentaje de docentes capacitados en TIC es mayor.


Apostar a la capacitación  docente
Para Francesc Pedró, la única forma de conseguir una educación de calidad es con políticas públicas y consenso político que diagrame políticas que trasciendan a los gobiernos de distinto signo, e incrementando la inversión. “Para ello, los países deberían invertir entre el 4% y 6% de su PIB y entre el 18% y el 20 % de su presupuesto gubernamental en educación. Argentina, Chile, Costa Rica y Brasil ya están en este rango de inversión, pero llega un momento que cuando un país invierte como gasto acumulado entre los 5 y 15 años de edad US$ 15 mil dólares por alumno, más dinero no se traduce en forma lineal en mejores aprendizajes. Y, a partir de esta de esta cifra, invertir más no es invertir mejor”, sostuvo el experto.

“Al día de hoy lo más importante para la educación de los niños es la figura del docente con el cual ellos van a tener contacto. Si se quiere mejorar la calidad de la educación se tiene que mejorar la calidad de esos individuos en términos de sus competencias profesionales. Usted puede invertir el doble en educación, pero si no identifica dónde debe hacerse esa inversión no servirá para nada”.