Aunque en la Tierra el tema científico dominante es el coronavirus, los científicos que se dedican al espacio siguen trabajando en planes y proyectos. De hecho la semana pasada la NASA hizo público nuevos detalles de su máximo proyecto: Artemisa. Esta es,posiblemente la iniciativa espacial más ambiciosa y a largo plazo que encara la agencia espacial de los EE.UU., junto con expertos de Japón, Canadá, Australia y Europa. El objetivo de Artemisa es que, a partir de 2024, un grupo de astronaut@s vuelvan a caminar por la superficie lunar y comience a instalar allí una base permanente. Y ese grupo incluirá, según prometieron los directivos de la organización, al menos una astronauta mujer, que será la primera en caminar sobre nuestro satélite natural.
El pasado 2 de abril la NASA le elevó al National Space Council un documento de 13 páginas donde resume a grandes rasgos el plan para realizar “la exploración y desarrollo sostenida de la superficie lunar”. Lo interesante que este informe también esboza algunas ideas sobre cuáles serían los pasos a mediano y largo plazo del proyecto, de manera de establecer una base con presencia humana permanente en la Luna y cómo esto podría facilitar una futura misiones tripuladas al plante Marte.
El propio administrador general de la NASA, Jim Bridenstine, firmó el informe y lo resumió explicando que “Artemisa será nuestra guía y definirá cómo continuaremos la exploración de la Luna. También servirá para ensayar las tecnologías claves que necesitaremos para llevar a cabo la primer misión humana al planeta Marte.”
Detalles de la base
El informe describe alguna de las principales características que podría tener el campamento base Artemisa. Y define que, en principio, estaría ubicado en el cráter Shacketon, cercano al polo sur lunar.
Esa futura base estaría preparada para recibir, en un primer momento, una tripulación simultánea de hasta 4 astronautas que la habitarían por periodos de alrededor de una semana. Eso significa que deberá contar con sistemas de energía, manejo de desechos, comunicaciones, espacio de almacenamiento y de descanso y vehículos de transporte de superficie. Todo acomodado bajo un blindaje adecuado para protegerse de los rayos cósmicos.
En los garajes de la futura base Artemisa, según el informe de la NASA, debería además haber dos tipos de vehículos: un rover liviano, capaz de facilitar los desplazamientos de un par de astronautas por las zonas cercanas a la base. Pero también una especie de gran casa-laboratorio-rodante, que pueda capaz desplazarse en forma autónoma por periodos de hasta 45 días, donde astronautas y científicos puedan realizar investigaciones, tomar muestras, realizar experimentos, ensayar nuevas tecnologías y vivir en ese mismo espacio. Todo ese equipo estaría montado sobre una plataforma autónoma con ruedas, capaz de a desplazarse distancias considerables antes de tener que regresar a Artemisa para reaprovisionarse.
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Los equipos de astronautas que residan en Artemisa durante esos periodos de hasta 7 días consecutivos no sólo se dedicaría a la exploración de la Luna sino también podrían operar en forma remota instrumentos de observación específicos como, por ejemplo, un radiotelescopio emplazado en el lado oscuro.
La “pata” orbital
El proyecto Artemisa también incluye una especie de estación espacial que estará en órbita lunar y se la denomina “Gateway”. En el proyecto se indica que debería ser capaz de albergar a un grupo de hasta 4 astronautas durante períodos de varios meses. Estaría conectada tanto con la Tierra como con la base lunar por medio de diversos cohetes y lanzadores. Pero también serviría como una plataforma de estudios para poder planificar en detalle una misión a Marte que podría durar hasta 3 años.