El Triángulo de las Bermudas, una región del océano Atlántico delimitada aproximadamente por Florida, Puerto Rico y las Bermudas, fue durante décadas el epicentro de especulaciones sobre fenómenos inexplicables, incluyendo desapariciones de barcos y aviones sin rastro aparente.
Pero ahora, el doctor Simon Boxall, oceanógrafo británico de la Universidad de Southampton, propuso una explicación científica que descarta teorías sobrenaturales como portales interdimensionales o intervenciones extraterrestres, centrándose en lugar de ello en un fenómeno natural: las olas rogue.

Las olas rogue, también conocidas como olas extremas o asesinas, son masas de agua impredecibles que pueden alcanzar el doble de la altura de las olas circundantes, superando con frecuencia los 30 metros. Estas se caracterizan por su empinamiento y por surgir en direcciones opuestas al viento predominante, lo que las hace particularmente peligrosas para las embarcaciones.
Según Boxall, el Triángulo de las Bermudas es un punto caliente para su formación debido a la convergencia de tormentas procedentes del sur, el norte y Florida, que amplifican la energía de las olas y generan estas anomalías.
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Investigaciones científicas indican que estas olas pueden formarse por la superposición de múltiples ondas o por el enfoque de energía durante tormentas intensas, un proceso aún no completamente entendido pero documentado en observaciones oceánicas.
Un caso emblemático citado por Boxall es la desaparición del USS Cyclops en marzo de 1918. Este buque de la Armada estadounidense, de 165 metros de eslora y con 306 tripulantes a bordo, transportaba carbón desde Brasil hacia Baltimore cuando vanished sin emitir señal de socorro.
Para validar su hipótesis, Boxall y su equipo construyeron un modelo a escala del navío y simularon el impacto de una ola rogue.

Los resultados demostraron que, dada la base plana y el tamaño masivo del barco, una ola de tal magnitud podría suspenderlo entre crestas, causando una fractura estructural que lo hundiría en apenas dos o tres minutos. Otras explicaciones para este incidente incluyen sobrecarga con mineral de manganeso, fallos en un motor y posibles condiciones meteorológicas adversas, aunque ninguna fue confirmada debido a la ausencia de restos.
No obstante, no todos los expertos coinciden en que exista un misterio por resolver. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos afirma que no hay evidencia de que las desapariciones en esta zona ocurran con mayor frecuencia que en otras áreas oceánicas extensas y de alto tráfico.
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La NOAA destaca factores ambientales como el Golfo Stream, un corriente oceánica rápida que puede alterar bruscamente el clima, junto con huracanes frecuentes y bancos de arena en el Caribe, que complican la navegación.
De manera similar, datos de Lloyd's of London, una firma aseguradora especializada, revelan que las pérdidas en el Triángulo de las Bermudas no exceden las tasas globales, y no se aplican primas adicionales por transitar la región, lo que sugiere que los incidentes se deben a probabilidades estadísticas, errores humanos y condiciones naturales en lugar de anomalías inexplicables.
LT