Hombres que desconfían de que los hijos matrimoniales sean propios. Mujeres jóvenes que no saben quién es el papá de su hijo. Adultos que sospechan que su padre de crianza no es el mismo que el biológico. Gente que dice ser hija de otra persona para cobrar una herencia... Sea cual fuere el motivo, cada vez más personas acceden a exámenes de ADN para confirmar o refutar científicamente una “paternidad dudosa”.
Aunque la demanda tuvo su pico máximo en 2010 y hoy se mantiene estable, creciendo entre 5 y 10% anual, el boom hoy pasa por los test a domicilio. Varios centros de Argentina ya ofrecen kits que permiten tomar la muestra del material genético de los involucrados en la comodidad del hogar y luego remitirlo al laboratorio personalmente o por carta para su posterior análisis. El sistema ofrece discreción, ya que se puede realizar en forma completamente anónima, y también rapidez, con resultados en tan sólo siete días.
Esta semana el caso del empresario Ariel Diwan y la bailarina Gisela Bernal desató el interés por estos test caseros de paternidad cuando el productor confesó en el programa Intrusos que el hijo de Bernal no era su hijo.
Uno de los centros que comercializa estos kits hogareños es Progenitest. “Ofrecemos dos opciones: una es presentarse en el laboratorio y otra es anónima, mediante un kit que se puede enviar a domicilio o se puede pasar a buscar personalmente. La recolección de la muestra de ADN es muy fácil porque se realiza mediante un hisopado bucal”, explicó Gustavo Fernández, director del laboratorio que en mayo comenzará a comercializar los kits en farmacias.
“El examen es anónimo pero hay forma de que tenga validez legal. Muchas veces en la toma de la muestra se pide la presencia de abogados de ambas partes o el mismo juzgado se comunica con nosotros para que confirmemos el resultado”.
En alza. El fenómeno del auge de los test de paternidad lleva varios años y responde a diferentes motivos. “Por un lado, los valores de la tecnología bajaron muchísimo. Hoy la mayoría de los laboratorios ofrecen el test a un costo de entre $ 2.800 y $ 3.500. Además, se difundió el tema de que hacerse un ADN es algo prácticamente de rutina. No implica demasiadas complicaciones: llamás a un laboratorio, pedís un turno, llevás la muestra o te la toman ahí. Eso hace que sea accesible”, sostuvo Viviana Bernath, directora de Genda, Centro de Genética y Biología Molecular, donde se realizan entre sesenta y setenta test de paternidad por mes.
“En la mayoría de los casos se presentan la madre, el hijo y el supuesto padre biológico por un reclamo de reconocimiento de la madre. También padre e hijo. Lo habitual es que vengan personas con bebés recién nacidos, pero también recibimos adultos. Hay todo tipo de historias”, detalló la especialista.
En el Primer Centro Argentino de Inmunognética (Pricai), que funciona en la Fundación Favaloro, se realizan entre mil y 1.200 test de paternidad por año. “El 30% son por pedido de la Justicia y el resto de origen privado. De los que se presentan, en nuestra estadística histórica, el 25% son exclusiones. Eso significa que en uno de cada cuatro casos el padre alegado no es el padre biológico”, le dijo a PERFIL Ulisis Toscanini, director del Pricai.
También se puede realizar una prueba de paternidad prenatal desde la semana 12 de embarazo en adelante. Aunque es un método invasivo, ya que se debe efectuar una punción de biopsia corial. Algunos centros ofrecen un test de ADN fetal en sangre materna, pero su costo es alto ya que ronda los mil dólares.