Samuel Ojeda tiene menos de un mes de vida pero ya sabe de superar adversidades. Es que, con tan sólo 20 días, fue sometido a un trasplante hepático, el primero en la Argentina a un recién nacido según los registros del Incucai. La compleja intervención se llevó a cabo hace ocho días en el Sanatorio de Niños de la ciudad de Rosario, donde hoy Samuel permanece internado en la sala de neonatología. “La evolución del paciente es muy buena, ya se alimenta con leche materna y si todo sigue bien podría ser dado de alta el lunes”, le dijo a PERFIL Javier Escalante, gerente médico del sanatorio.
A los pocos días de nacer, Samuel fue diagnosticado con hemocromatosis neonatal ideopática, una enfermedad poco frecuente (se da en uno de cada 3 mil nacidos vivos) que afecta el metabolismo del hierro, provocando una acumulación excesiva de este metal en los órganos y tejidos del cuerpo. Aunque se probaron otras opciones terapéuticas, el equipo médico tratante resolvió que el trasplante hepático era la única posibilidad de que Samuel pudiera sobrevivir. De esta forma, lo ingresaron en la lista de espera del Incucai. “Como las posibilidades de obtener el órgano eran pocas, empezamos a preparar a su papá para que fuera el donante. Pero el mismo día en el que estaba prevista la operación, nos llamaron de Buenos Aires para informarnos que había aparecido un donante cadavérico, un niño de siete años”, sostuvo Escalante.
Durante la cirugía, que duró ocho horas y media, los médicos trasplantaron una porción de cien gramos del órgano uniendo venas y arterias muy chiquitas, ya que el cuerpo de Samuel era muy pequeño y pesaba menos de cuatro kilos. Los encargados de esta proeza fueron los cirujanos Daniel Beltramino y Lisandro Bitetti, acompañados por un grupo de veinte profesionales.
Por su parte, Valeria Bouvier, mamá de Samuel, se mostró feliz por el éxito de la operación: “Samuel ya tiene otro color, sonríe, mira mucho, toma teta y todos sus órganos funcionan bien”. Además, agradeció a “los amigos, a los médicos, a la obra social Esencial, que respondió a todos los ,requerimientos y sobre todo a los papás del niño que fue el donante”. Esa generosidad infinita, dijo Valeria, permitió el milagro en Samuel. “Ahora sólo pido que Dios dé a la familia del niño donante el consuelo que tanto necesita”.
Según Carlos Soratti, titular del Incucai, no hay registros de un trasplante hepático a neonato –antes de los 28 días de vida–, con lo cual el caso de este bebé se convierte en el primero en su tipo que se concreta en el país. “Hay un antecedente por este mismo diagnóstico en un chiquito de poco más de 30 días de vida hace un par de años, que se llevó a cabo en el Hospital Garrahan, pero por el tiempo de vida ya no se considera neonato”, concluyó.