El río Ganges, una línea de vida vital y una arteria sagrada para aproximadamente 600 millones de personas en India y sus naciones vecinas, se encuentra en una crisis existencial, experimentando el período de secado más severo en 1,300 años.
Este declive, que superó la variabilidad climática natural conocida a lo largo de más de un milenio, fue documentado por investigadores del IIT Gandhinagar y la Universidad de Arizona.
El río Ganges se seca a una velocidad alarmante
La magnitud de la sequía desafía los registros históricos. Los científicos determinaron que el período de secado más reciente, que abarca de 1991 a 2020, es un asombroso 76% más intenso que la peor sequía documentada históricamente, la cual tuvo lugar en el siglo XVI. Este fenómeno no se limita a una simple reducción del caudal; las sequías son ahora más frecuentes, duraderas y severas.
La sequía que se extendió de 2004 a 2010, por ejemplo, fue calificada como la más grave en los últimos 13 siglos de historia del río. La base de esta crisis se asienta en el hecho de que la cuenca del Ganges-Brahmaputra alberga uno de los acuíferos de más rápido agotamiento a nivel global, con los niveles de agua subterránea cayendo entre 15 y 20 milímetros cada año.

Además, un estudio de IIT Roorkee reveló que más del 58% del caudal anual del Ganges se pierde por evaporación durante los meses cálidos de verano, lo que subraya la dependencia crítica del río en el agotado suministro de agua subterránea.
Aunque los ciclos naturales influyen en la hidrología, la investigación es inequívoca: la actividad humana es el principal impulsor de este secado sin precedentes. El problema es una combinación perniciosa de presiones climáticas y una gestión insostenible de los recursos hídricos.
El factor climático más significativo es el debilitamiento del monzón de verano, el crucial suministro anual de lluvia que nutre al Ganges. Este debilitamiento está directamente vinculado a factores antropogénicos como el calentamiento del Océano Índico y la contaminación del aire por aerosoles industriales y urbanos.
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El aumento de las temperaturas hace que el monzón sea más errático e impredecible. Simultáneamente, en el Himalaya, el glaciar Gangotri, la fuente del río, se retiró cerca de un kilómetro en tan solo dos décadas, un patrón que se repite en toda la cordillera. El derretimiento acelerado de estos "torres de agua de Asia" significa que habrá un caudal de agua dramáticamente reducido río abajo durante la estación seca en el futuro.
Sumado a esto, la infraestructura humana exacerba el problema. La sobre-extracción de agua subterránea —principalmente para sostener la agricultura en la región— reduce drásticamente el flujo base del río. Además, la construcción de más de mil presas y azudes, como la Barrera de Farakka, alteró fundamentalmente el flujo natural del Ganges. Los embalses detrás de estas grandes estructuras pierden cantidades significativas de agua a través de la evaporación, lo que contrae aún más el río y sus afluentes.
Las devastadoras posibles consecuencias de la sequía del río Ganges
Los efectos del agotamiento del Ganges son inmediatos para la población local y potencialmente catastróficos a nivel regional y mundial.
A nivel local, el impacto se siente en la estabilidad económica y la salud pública. Los expertos advierten que, si la trayectoria de secado continúa, millones de personas en la cuenca podrían enfrentar graves períodos de escasez de alimentos en las próximas décadas. El declive del río amenaza el 40% del Producto Interno Bruto (PIB) generado en la cuenca.

La reducción del caudal por la Barrera de Farakka llevó al aumento de la salinidad del suelo en Bangladesh, dañando cultivos y poniendo en peligro el ecosistema del manglar Sundarbans. Ya se observa cómo ríos menores en el norte de Bangladesh y Bengala Occidental se secan en verano, dejando a las comunidades sin el agua esencial para el ganado y los cultivos. Además, la escasez de agua, combinada con la contaminación crónica por arsénico, fluoruro y aguas residuales, eleva significativamente los riesgos para la salud pública.
A una escala más amplia, la crisis del Ganges sirve como un ejemplo sombrío de la creciente inestabilidad hídrica global. Como una de las mayores regiones agrícolas del mundo, la inestabilidad en la producción de alimentos del sur de Asia podría tener efectos de onda en la seguridad alimentaria mundial y en los mercados de productos básicos.
BGD/DCQ