Para la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense, se pronostica un índice UV moderado de nivel 4 debido a la nubosidad y probables chubascos, lo que otorga un respiro tras las jornadas de radiación extrema registradas recientemente.
En el resto del país, el Servicio Meteorológico Nacional prevé índices de radiación "extremos" (11+) en el norte y niveles "muy altos" en el centro, mientras que en zonas con tormentas, como el noreste, los valores serán más bajos.
Qué es el índice UV y por qué es importante para la salud
El Índice UV (IUV) es un estándar internacional que mide la intensidad de la radiación ultravioleta solar que alcanza la superficie terrestre en un lugar y momento determinados. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta escala comienza en 0 y no tiene un límite superior, aunque valores por encima de 11 se consideran "extremos". Su función principal es advertir a la población sobre la necesidad de adoptar medidas de protección, ya que la intensidad de estos rayos varía según la altitud, la latitud, la capa de ozono y la nubosidad.
Es fundamental conocer el índice diario porque, a diferencia del calor, la radiación UV no se siente en la piel de forma inmediata. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) destaca que incluso en días nublados o frescos, los niveles de radiación pueden ser lo suficientemente altos como para causar daños. Estar informados permite a las personas planificar sus actividades al aire libre minimizando la exposición en los horarios de mayor riesgo, que generalmente ocurren entre las 10 y las 16 horas.

El peligro de los rayos ultravioletas del sol para la salud
La exposición excesiva y sin protección a los rayos UV tiene consecuencias graves y acumulativas para el organismo. La OMS advierte que la radiación es la principal causa de cáncer de piel, tanto del tipo melanoma como de los carcinomas cutáneos. Además, puede provocar quemaduras solares agudas, envejecimiento prematuro de la piel (fotoenvejecimiento) y debilidad en el sistema inmunológico, lo que reduce la capacidad del cuerpo para defenderse de ciertas enfermedades.
Más allá de la dermis, los ojos también corren riesgos significativos. La OPS señala que la radiación UV puede causar afecciones oculares agudas como la fotoqueratitis (una inflamación dolorosa de la córnea) y problemas crónicos como las cataratas, que son la principal causa de ceguera en el mundo. Por este motivo, el cuidado debe ser integral, protegiendo tanto la superficie corporal como la visión ante los niveles elevados de radiación.
Para protegerse de manera efectiva, la OMS y la OPS recomiendan evitar la exposición directa al sol durante las horas centrales del día. Se aconseja buscar la sombra y utilizar prendas de vestir que cubran la mayor parte del cuerpo, como camisas de manga larga y pantalones oscuros de trama cerrada. Además, es esencial el uso de sombreros de ala ancha que protejan la cara, las orejas y el cuello, junto con anteojos de sol envolventes que cuenten con filtro UV certificado.
El uso de protector solar es otra medida clave: debe aplicarse un producto con un factor de protección solar (FPS) de 30 o superior en todas las áreas de la piel que queden al descubierto. La recomendación de los expertos es colocarlo 20 minutos antes de salir y reaplicarlo cada dos horas, o con mayor frecuencia después de nadar o transpirar. Estas medidas son especialmente críticas para niños y adolescentes, ya que el daño solar recibido durante la infancia aumenta drásticamente el riesgo de padecer patologías graves en la vida adulta