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desmadre social sin regulación

Apuestas online: de la publicidad en las camisetas al riesgo de la ludopatía

En varias provincias, como en Buenos Aires y Mendoza, ya existen proyectos de ley para regular los espacios publicitarios y evitar que ingresen menores de edad a portales no oficiales. Una trama cada vez más intrincada y difícil de desarmar, que tiene su cara opuesta en los patrocinios deportivos y en la promoción de periodistas e influencers.

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Era. “La imagen del apostador cambió”, dicen en la Lotería de la Provincia. El celular modificó hábitos. | fotobaires

Los sobornadores de las casas de apuestas online tienen una tarifa, como en cualquier negocio legal o ilegal. Por una tarjeta amarilla antes de los diez minutos, en América Latina pagan siempre alrededor de 10 mil dólares. Aunque la charla o negociación puede hacer variar el importe. Lo sabe el argentino Kevin Lomónaco, que el año pasado reconoció haberse hecho amonestar a cambio de 70 mil reales (13.700 dólares), y ahora también lo sabe Robson Matheus, el brasileño que esta semana contó que lo llamaron para que se hiciera amonestar en el partido de Copa Sudamericana entre su equipo, Always Ready, y Defensa y Justicia.

“Recibí una llamada ofreciéndome cinco mil dólares para que me saquen una tarjeta amarilla contra Defensa y Justicia. Le dije que no, que eso no va conmigo porque estoy empezando recién en el fútbol. Ahí me ofrecieron 10 mil dólares y le respondí que no, que juego al fútbol porque lo amo y no lo hago por dinero”, denunció. A Matheus finalmente lo amonestaron en el minuto 27 por un pisotón a Uvita Fernández. Queda y quedará la duda sobre si esa infracción fue genuina o intencionada.

Robson Matheus cpntó que le ofrecieron dinero para hacerse amonestar en el partido ante Always Ready.
Robson Matheus contó que le ofrecieron dinero para hacerse amonestar en el partido ante Always Ready. (FOTO Instagram/@rmatheus_10)

Los casos de arreglo de partidos –o de incidencias de juego, como un lateral, un córner o una tarjeta, que hace todo más complejo porque involucran a solo un jugador– ya no suceden en la segunda de Grecia o en algún otro país lejano. Están acá y son parte de un desmadre publicitario, político y social cada vez más tangible: pibes y pibas apostando en los recreos de las escuelas como parte de un crecimiento exponencial de la ludopatía juvenil; camisetas que tienen en el frente y el dorso empresas de apuestas y casinos online; y una publicidad que se expande en redes sociales y tandas de los principales canales de deportes, ya sea de la TV por cable como de YouTube.    

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Una trama cada vez más difícil de desarmar   

Lo de Matheus –o la pelea a las piñas que generó un supuesto arreglo en un partido de El Porvenir el año pasado– es parte de esa trama cada vez más intrincada y difícil de desarmar, y que algunos organismos de los Estados provinciales –el Estado nacional, como se sabe, no se involucra en estos temas– ya están monitoreando: la Lotería de la Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, habilitó un link para que se puedan denunciar sitios de apuesta ilegales que son promocionados por las redes sociales o WhatsApp. “Fue a partir de haber escuchado a madres, padres, docentes e intendentes”, le dicen a PERFIL. Y agregan: “Tengamos en cuenta que la imagen del apostador compulsivo cambió. Ya no es un tipo grande, con cara de cansado, encerrado en un casino o un bingo. Ahora está al alcance de cualquier persona que tenga un celular o una computadora. No es algo oculto, está a la vista de todos. Por eso es importante no sólo hablarle al que está en una situación de juego compulsivo sino también al entorno, a familiares y amigos”. 

La diputada provincial de la Coalición Cívica Maricel Moro presentó un proyecto de ley para establecer un marco regulatorio integral que intente identificar, prevenir y mitigar la ciberludopatía. El proyecto de Moro propone la prohibición de acciones o servicios de publicidad y/o promoción de cualquier producto o juegos en línea, y además que el gobierno de Axel Kicillof elabore un “Plan Estratégico de Prevención de la Ciberludopatía”.

Cesar Barletta, profesor en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional de La Plata y magíster en Psicopedagogía por la Universidad de Barcelona, le sintetizó a un portal de la universidad platense por qué crece la adicción a las apuestas entre los jóvenes: liberalización del sector por parte de los gobiernos, aumento del gasto en entretenimiento, cambio de percepción social sobre el juego, publicidad intensiva y patrocinio de eventos deportivos.

Cinco clubes de la Copa de la Liga tienen como sponsors principales a casas de juegos y apuestas online. Y son cinco de los principales: Boca y Racing publicitan a Betsson, River a Codere, y Rosario Central y Newell’s comparten el esponsoreo de City Center. Del otro lado, periodistas famosos y de prestigio, como también influencers que inciden masivamente en las nuevas generaciones, se prestan a promocionar casas de apuestas, algunas de dudoso origen.

En España, por ejemplo, todo esto ya pasó. Y en 2020, ese país prohibió la publicidad de apuestas online en equipos y estadios de fútbol. Alertado por las denuncias y reclamos de asociaciones vinculadas a la adicción al juego (algo que la pandemia había profundizado), el gobierno español no solo las sacó de las camisetas de los equipos, sino que también limitó la publicidad en televisión, radio, Youtube y otras plataformas: solo aparecen en la franja horaria de 1 a 5 de la madrugada.

Basándose en algo de aquella experiencia fue que en Mendoza, la diputada Valentina Morán, de Unión por la Patria, presentó un proyecto de ley para incorporar advertencias en las publicidades y también para fortalecer los controles biométricos de las plataformas con el fin de validar la identidad. Algo que ni en Mendoza ni en ninguna parte de la Argentina, realmente sucede.