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dólar y eléctricas

Caputo se anota dos tantos en el equipo de Milei

El ministro de Economía debió hacer frente a dos desafíos cruciales para el Gobierno: el alza del dólar blue y los financieros, y el cierre de la negociación de Cammesa con las generadoras de energía por una deuda de unos mil millones de dólares. En lo que fue un debut libertario en el mercado, Caputo no dudó en intervenir manos amigas mediante para contener el alza de un dólar paralelo que trepó por encima de los $ 1.300, el equivalente un 23% en ocho jornadas. A la par, el ministro logró colocar un bono a 2038 entre las generadoras de electricidad: todas comprendieron que con las reglas de la ley Bases, lo que viene puede ser sustentable.

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| Pablo Temes

Fue, quizá, la semana donde Luis “Toto” Caputo más concentró la centralidad del gabinete. Pese a que las luces iluminaban la batalla más dialéctica que efectiva entre Javier Milei y el español Pedro Sánchez, la ruidosa presentación del último libro y primer recital público del Presidente y el destino de Nicolás Posse; el ministro de Economía tuvo que resolver dos capítulos claves de la continuidad del Gobierno: el alza del dólar y el cierre de la negociación con las generadoras de energía. Y parecería que en ambas le ofreció a Milei resoluciones exitosas.

Seguirá entre los especialistas el debate si lo que se vivió desde el lunes 13 con el dólar blue y los financieros fue una corrida o un reacomodamiento de la divisa ante un estancamiento de su valor en los alrededores de los $ 1.050, situación que se sostuvo durante casi dos meses. Pero el dólar se despierta y trastoca cualquier actitud altanera de los responsables de turno. Y Milei-Caputo no fueron la excepción.

Entre ese lunes y ayer, la divisa cruzó la frontera de los $ 1.300 y llegó a mostrar un alza de más de 23% en ocho días; una ganancia inconmensurable para cualquier apostador del mundo que quiera tener beneficios positivos en divisas. El Presidente y su ministro mantuvieron la atención allí desde el viernes de la semana anterior, pero con la estrategia  recomendable para cualquier autoridad de no mostrarse ni molestos ni preocupados por su crecimiento. Sin embargo, entre ambos, rondaba una duda que viene molestando la ideología oficialista desde hace meses y en diferentes rubros de la economía: dejar que el mercado encuentre su mágico equilibrio o intervenir de manera pura y dura al estilo keynesiano criollo.

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Finalmente, como en las prepagas, alimentos y bebidas y las tarifas del gas; se optó por la siempre compleja segunda opción. Pero con marca libertaria. En definitiva, era el debut de fuego de los libertarios en el terreno de las escapadas del dólar; un mundo complejo donde del otro lado hay tiburones y orcas acostumbradas a apostar contra las fortalezas cambiarias de los gobiernos de turno, con actores que les han ganado batallas a personajes políticos como Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández, con ejecutores como Axel Kicillof, Guillermo Moreno, Nicolás Dujovne, Toto Caputo (en su anterior versión macrista), Martín Guzmán y Sergio Massa. Ante todos estos contrincantes, los operadores de las alzas y bajas del dólar alternativo y semiilegal anotaron más victorias que derrotas. Y no se amedrentaron esta vez teniendo libertarios del otro lado del mostrador. Esperaban el momento para dar la primera batalla, que ocurrió en los últimos diez días. Nada nuevo ni que sorprenda al ecléctico mundo del mercado cambiario argentino, un escenario que siempre le da sorpresas al analista y que desde hace ya casi dos décadas considera que maneja el humor de la economía de todo el país.

El ministro transpiró su teléfono y logró convencer a sojeros amigos que aceleren la liquidación

Resultaba interesante entonces para el público con dólares en el bolsillo para liquidar o para adquirir, saber de qué estaba hecho en estas lides el gobierno de Milei y la gestión renovada de Caputo. El ministro transpiró el jueves su teléfono rojo, y logró convencer a algunos sojeros amigos (siempre los hay) que aceleren algo de liquidación del 20% correspondiente del dólar blend en el mercado del Contado con Liquidación (CCL). Se sumó algún exsocio  que aportó para la causa bajista algún que otro bono en dólares liquidado al CCL, un lugar donde solo las grandes empresas e inversores se atreven a subir al ring, siquiera a hacer guantes. Fueron dos conocidos brokers los que ofrecieron dólares a un precio sensiblemente menor a los $ 1.290 en los que venía operando ese segmento del dólar financiero. Curiosamente, a la misma hora y desde las mismas pantallas de las mesas dineristas más fuertes, apareció un gran banco internacional presente en Argentina desde los primeros meses de gestión de Mauricio Macri, y con los que Caputo mantuvo relaciones laborales y, luego, de gran amistad personal con sus responsables de Wall Street, los que al mismo precio que los sojeros llegaron para ratificar los nuevos valores del CCL.

Si algo define a los operadores del mercado del dólar local (blue o financiero casi se confunden) es su prudencia y sabiduría. Y experiencia. Un bolsero de divisas de, por ejemplo, 40 años ha lidiado, y en general ganado, con el kirchnerismo, macrisno y albertismo-massismo. Ha soportado alguna que otra inspección integral de la AFIP; presencia de Gendarmería y hasta eventuales aprietes de barras bravas que en sus tiempos de ocio trabajan en la rueda blue. Saben que si un gobierno aparece indirectamente a fijar algún precio en el mercado, con arsenal de intervención detrás (Caputo lo tiene) es tiempo de convalidarlo y aceptar los nuevos valores. Se aprende, se anota la experiencia, y a prepararse para la próxima aventura.

Así sucedió y luego de cinco jornadas de subas del CCL, el jueves cotizó con una baja de 0,3%, a $ 1.256; disciplinando un blue que en esos momentos amenazaba con perforar hacia arriba los $ 1.300. Ayer no hubo intervenciones. Simplemente, amenazas de apariciones en las pantallas de los mesadineristas. Bastó para el derrumbe del blue a $1.220. El que viene, ya sabiendo los operadores del mercado que la de Milei-Caputo no es una gestión libertaria en el tipo de cambio sino intervencionista, será otro capítulo de la historia, con el seguimiento de las divisas alternativas y su potencial correlato inflacionario.

Dólares

Sobre este tema el Gobierno tiene argumentos sólidos para pensar en que no aumentarán los precios: la feroz recesión generada por el histórico ajuste es la mejor barrera para que el IPC tenga un freno. Solo hace falta analizar los datos del Estimador Mensual de Actividad Económica de marzo que se conocieron el miércoles, correspondientes a marzo; donde la construcción mostró una caída del 29,9%, la industria manufacturera del 19,6% y el comercio del 16,7%. Porcentajes más cercanos a una pandemia que a las consecuencias de un plan de ajuste.

No fue el único éxito que se anotó Caputo en la semana. El jueves pudo llevarle a Milei el cierre de las negociaciones con las empresas de generación eléctrica accionistas en la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (Cammesa) a las que se les debían unos US$ 1.000 millones por los servicios de diciembre y enero; deuda que en Economía querían saldar con un nuevo bono pagadero a 2038. Papel que en el mercado financiero navega al 50% de su valor, con lo que las generadoras, si vendieran ese título, obtendrían la mitad del dinero adeudado. Como el grupo está integrado por compañías privadas y públicas de capital nacional y provincial, y como entre los primeros hay sociedades presentes en otras actividades energéticas y de infraestructura que piensan más en los negocios que pueden venir que en el dinero que se perdió en los primeros meses del año; hubo quienes querían aceptar la oferta bajo protesta, y los que amenazaban con juicios al Estado y denuncias de default.

Finalmente todos comprendieron que lo mejor era no escalar el conflicto y mantener las buenas relaciones con un gobierno que, en definitiva, recién comienza, con serias dificultades políticas que enfrentar. Y que con Bases II aprobada mediante (y un RIGI negociado), lo que viene puede ser sustentable para el sector. Se habla de una falta de inversión en infraestructura por US$ 20 mil millones para los próximos cinco a diez años, y que juicios y enemistades abiertas le harían un daño irreparable a la relación con un Ejecutivo que, se supone, será friendly a la apertura de nuevas oportunidades de negocios. Además, claro está, de los tiempos de la Justicia argentina y los costos de abogados que se llevarían gran parte de una batalla judicial interminable.

Queda una sensación agridulce. No solo para las generadoras, sino para todo el sector eléctrico

El sistema energético está frágil. Las tarifas, aun con los aumentos del primer trimestre del año, cubren un 60% del costo de generación. Crece el temor de negociar o defaultear contratos, que generaron inversiones de mas de US$ 12.300 millones en los últimos años se generaron más de 10.400 MW. Es latente el peligro que las generadoras puedan tener dificultades para encarar el mantenimiento de sus equipos. Y si esto se mantiene, podrían no tener posibilidades de abastecer la demanda pico que en el comienzo del verano, cuando suelen darse días de intenso calor con familias aún en sus hogares, lejos de vacacionar.

Queda además una sensación agridulce, no solo para las generadoras eléctricas, sino para todo el sector energético. Y la economía en general. El Gobierno con la gestión de Caputo, fue capaz de vulnerar la seguridad jurídica, los contratos y los derechos adquiridos de privados; bajo la bandera “irrenunciable e innegociable” del superávit fiscal. En el primer trimestre, la decisión oficial fue ajusticiar tres cajas: la jubilatoria, las transferencias a las provincias y Cammesa, bajo el altar de lograr un azul en las cuentas públicas, finalmente logrado. Y ponderado por todos los privados. Pero la aceptación del bono a las generadoras de energía demuestra que para ese fin exitoso, no le tembló el pulso al Ejecutivo para ajustar en privados que invirtieron su capital.