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Democracia: Brasil 40%, Argentina 55%

Lula da Silva
Lula da Silva celebró su victoria electoral este 30 de octubre. | AFP

El resultado de las elecciones en Brasil tiene múltiples lecturas y seguramente ninguna de ellas podrá conformarnos. Comencemos por el resultado: 50,9% vs. 49,1%. Una obviedad decir que muestra una sociedad dividida en dos. Pero no es un resultado que nos sea ajeno. 

En Argentina en 2015 el resultado fue 51,4% Mauricio Macri vs. 48,6% Daniel Scioli. Apenas 2,8 puntos de diferencia. Ambos resultados dentro del error estadístico de una encuesta. Y ambos resultados generaron similar situación institucional, con poderes legislativos sin mayoría propia. Previo a las elecciones de Brasil, muy pocos suponían que el resultado sería tan ajustado. Lula da Silva había logrado el apoyo de los líderes de los partidos minoritarios, sin embargo los votantes de estos no les hicieron caso. 

Los líderes habían decidido apoyar a Lula porque entendían que era la mejor alternativa en términos de democracia y respeto institucional. Es lo que el próximo presidente de Brasil expresó cuando se refirió a su triunfo como el triunfo de la democracia. Sin embargo, la mayoría de los votantes que en primera vuelta votaron por otros candidatos se volcaron por Jair Bolsonaro en la segunda, sin referenciarse en la decisión de los dirigentes. 

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Las manifestaciones callejeras de los seguidores de Bolsonaro negándose a aceptar que tienen un nuevo presidente marcan que sus valores poco tienen que ver con la otra parte de Brasil. Algunas pistas tenemos sobre este fenómeno: según la última encuesta de Latinbarómetro, solo el 40% de los brasileños cree que la democracia sea el mejor sistema de gobierno. 

Cuando venció Macri, no sucedió lo de nuestros vecinos. Los votantes de Scioli aceptaron los resultados sin hechos de violencia. Llaman la atención en este sentido comentarios de dirigentes y de líderes sociales de nuestro país que habían apoyado explícitamente a Bolsonaro diciendo que finalmente Lula no ganó por tanto. Sería casi como decir que Macri no ganó por tanto y entonces su triunfo no valía. 

Lo que tiene ahora nuestro país es una gran oportunidad de integración económica

Por suerte, y porque en Argentina el 55% cree que la democracia es el mejor sistema de gobierno, lo que sucede en Brasil no sucede por ahora en nuestro país. Surgen preguntas y alguna conclusión. ¿Cómo hizo Bolsonaro para atraer más del doble de electores que Lula? ¿Cuánto influyeron los debates, el trabajo territorial, el dinero que se volcó en planes a los sectores populares, el rechazo a Lula? Todo esto queda para ser contestado por la sociología electoral. Lo que queda claro es que, por más que los dirigentes quieran direccionar el voto, los electores hoy más que nunca se sienten liberados para decidir lo que les plazca.

Una enseñanza pensando en las elecciones en Argentina en 2023. Un tema en el cual no hay acuerdo es en cómo interpretar el significado político del triunfo de Lula. Unos dirán que venció el centroizquierda y que ello dará lugar al renacimiento de la idea de patria grande. Otros, que se trató de una alianza para vencer al autoritarismo. Otros, que solo se trata del péndulo de la historia, que cuando la gente se cansa del oficialismo cambia. Todas estas interpretaciones van a quedar más claras el día que comience el tercer mandato de Lula.

Lo que tiene ahora nuestro país es una gran oportunidad de integración económica y proyectos conjuntos con el país vecino. En este sentido, hay dirigentes y economistas argentinos provenientes de distintos arcos ideológicos que coinciden en que hay poco destino nacional sin la integración con Brasil, pensándose incluso en una moneda común o que la integración sirva de base para una convertibilidad peso/real. Lo que parece hoy remoto puede ser realidad si el pragmatismo se pone por encima de lo ideológico. 

Los que hablan de la integración no necesariamente proponen lo mismo pero está claro que entienden que Argentina con Brasil se potencia. También Lula propone a futuro buscar una moneda común. Así como en su momento el Mercosur fue un instrumento novedoso, pensar nuevos modos de inserción del país a nivel internacional puede servir para romper el círculo vicioso del deterioro en que hemos caído.

*Consultor político.