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El conflicto Irán-Estados Unidos agita las divisiones del gobierno brasileño

A favor de Trump, el canciller Ernesto Araújo y uno de los hijos del presidente, Eduardo Bolsonaro, son hoy los máximos ideólogos de la política exterior brasileña.

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Bolsonaro y Trump, durante la visita del presidente de Brasil a EEUU. | CEDOC.

El alineamiento casi total de Jair Bolsonaro a los Estados Unidos está generando algunas turbulencias en el país vecino, y en las últimas horas aún más debido al conflicto entre Irán y Estados Unidos. Luego del asesinato del general Qasem Soleimani, la Cancillería brasileña emitió un comunicado en el que se respaldó el accionar estadounidense contra lo que se definió como “el flagelo del terrorismo”. El apoyo a la acción bélica estadounidense significó una ruptura con la tradicional neutralidad de Itamaraty.

El gobierno iraní convocó a autoridades de la embajada brasileña en ese país para prestar esclarecimientos sobre el comunicado. Además, según reportó el diario Folha de San Pablo, Itamaraty instruyó al cuerpo diplomático para que no participe de ceremonias en homenaje a Suleimani. Por su parte, la embajada estadounidense en Brasil solicitó a los ciudadanos americanos en ese país que mantengan discreción y refuercen los cuidados de seguridad personal. Comunicados similares también fueron emitidos en otras embajadas estadounidenses.

A partir de estos hecho parte de la opinión pública cuestionó la política de alineamiento de Bolsonaro con los Estados Unidos. La oportunidad también fue aprovechada por opositores de izquierda, como el ex presidente Lula da Silva, que manifestó que Brasil bien puede ser socio de Irán y de los Estados Unidos, además de que señaló el error de definir a Soleimani como un terrorista y criticó la ruptura con la tradición de trabajo en favor de la paz.

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Como si fuera poco, a inicios de febrero Brasil será sede de un evento de aliados militares de Estados Unidos, en el que se debatirá la situación de Medio Oriente y el Golfo. La actividad, que está programada desde antes de la crisis, es impulsada por el gobierno estadounidense y ya tuvo un primer encuentro en Varsovia en febrero de 2019.

El conflicto entre Irán y Estados Unidos volvió a sacar a relucir las diferencias entre el ala ultraconservadora denominada “antiglobalistas” y los militares que ocupan puestos estratégicos en el gobierno de Jair Bolsonaro. El ala antiglobalista, marcadamente pro Donald Trump y con lazos con su exasesor Steve Bannon, tiene en el canciller Ernesto Araújo a uno de sus principales referentes. Araújo y uno de los hijos del presidente, Eduardo Bolsonaro, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, son hoy los máximos ideólogos de la política exterior brasileña. Ésta, sin embargo, se encuentra en medio de una tensión permanente entre este sector, los militares y los liberales, estos últimos incluyendo al equipo del ministro de Economía, Paulo Guedes, y a representantes del agronegócio.

Los últimos hechos relacionados a la crisis entre Irán y Estados Unidos muestran el predominio del ala ideológica, los antiglobalistas. Los militares brasileños se han mostrado extremadamente cautelosos respecto a consecuencias geopolíticas de este y otros temas de la política exterior, como por ejemplo Venezuela.

El martes tuvo lugar una reunión con el ministro de Defensa, Fernando Azevedo, los comandantes de las tres fuerzas y el general Augusto Heleno, hombre fuerte del ala militar dentro del gobierno. Al abandonar la reunión, ni el presidente ni el ministro de Defensa dieron declaraciones. Según informó el portal de noticias brasileño UOL, los generales escucharon de boca de Bolsonaro que no enviará al país a ninguna “aventura”.