COLUMNISTAS
opinión

El service y nuestra trampa de polarizar

22_11_2025_milei_trump_cedoc_g
AGENTES DE CAMBIO. Uno para abrir y otro para cerrar la economía, Milei y Trump resetean la época. | cedoc

Un service es lo que precisa cada cierto tiempo cualquier dispositivo para volver a funcionar bien. Para que siga “sirviendo”: proviene del latín servitium, servus, sirviente, siervo, y menos peyorativamente un servicio.

Un dispositivo es cualquier herramienta, física o simbólica, diseñada para realizar una función específica. Un país, una organización, una persona o un objeto.

Javier Milei vendría a ser un service, uno que la actual sociedad argentina precisara para volver a funcionar bien, un ajuste (afinación) sin el cual no pudiera recuperar su equilibrio (estar en escala).

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Las elecciones que ganó Milei, 2023 y 2025, fueron guiadas por emociones: la bronca y el miedo

Pero todos los dispositivos, para funcionar, no pueden estar permanentemente en el service. Por lo tanto, Milei no podría ser un estadio permanente del dispositivo que hoy tiene a cargo: su país. Y en el mejor de los casos, si las consecuencias de sus servicios fueran positivas, la dinámica actual se convertiría en armonía permanente con alternancia en el poder, sin necesidad de un nuevo ajuste.

La misma funcionalidad se aplicaría para Donald Trump con los Estados Unidos, aunque uno corrija abriéndose comercialmente al mundo y el otro cerrándose, en ambos ejemplos reacomodan cada dispositivo.

En el caso del gobierno de La Libertad Avanza, tanto el jefe de Gabinete como el ministro de Economía usaron en lugar de un service la figura de “cambiarles el chip” a los argentinos.

No es un escenario con menos posibilidades que el del fracaso de su plan económico, que Milei llegue a 2027 con una economía estabilizada y posibilidades de ser competitivo electoralmente sin necesidad de caer nuevamente en la trampa de polarizar. La que lo salvó electoralmente este octubre, porque no fue la ayuda de los Estados Unidos sino la decisión de los votantes argentinos de cómo seguir tras ella. Guio el voto hacia el oficialismo el miedo a que amonestar a Milei por sus defectos y errores terminara beneficiando al kirchnerismo y/o que los actores económicos así lo interpretaran y se produjera una crisis de confianza en el futuro de la economía.

Pero si en 2027 esa fuera nuevamente la herramienta de campaña necesaria para que Milei resultara electoralmente competitivo, su service habría fallado. Precisar alentar nuevamente el “riesgo K” indicaría que “el chip” de los argentinos no habría cambiado o, más correctamente, que los beneficios de la estabilidad macroeconómica no habrían llegado a ser sentidos y valorados por una mayoría suficientemente amplia de argentinos como para que también los candidatos de la oposición que resultaran competitivos promovieran mantener el equilibrio fiscal.

El escenario de service exitoso de Milei requiere que quienes compitan en 2027 por representar a la oposición no signifiquen un riesgo para la estabilidad económica. Que quienes pudieran poner en riesgo la estabilidad macroeconómica sean una expresión de no más del 20% y los dos sectores competitivos electoralmente y con posibilidades de llegar al balotaje sean un representante del oficialismo y otro de una oposición responsable fiscalmente, por ejemplo un gobernador con credenciales de racionalidad económica.

Explícitamente, el ministro de Economía Luis Caputo lo dijo en la Bolsa de Comercio de Córdoba días antes de las elecciones de octubre: “Para las presidenciales de 2027, el objetivo debiera ser que la oposición y los gobernadores presenten una alternativa razonable. Y la mayoría de los gobernadores son razonables, incluso dentro del peronismo. No piensan como el kirchnerismo, se unen porque tienen un proyecto de poder, pero piensan más como nosotros que como el kirchnerismo”.

Pero probablemente Javier Milei piense distinto y no quiera verse a sí mismo como un service, un cambiador de chips que cumple con sus servicios y se retira. Y creyendo que su economía tendrá éxito, no quisiera contribuir a la emergencia de cualquier alternativa que compitiera por su electorado y, aconsejado tanto por su asesor Santiago Caputo como por su hermana, prefiera continuar con la probada receta electoral de boicotear cualquier emergencia moderada –“sacar del medio a los del medio”– dejando mayor espacio para que todo aquel que esté en desacuerdo con el Gobierno solo pueda expresar su queja votando a una fuerza donde el kirchnerismo sea la primera minoría entre sus integrantes, pudiendo así volver a confrontar contra lo que llama el “comunismo”, manteniendo su zona de confortabilidad política.

La elección de 2027, para ser superadora, cambiaría necesidad por deseo y esperanza por confianza

“Reseteo” es otra de la figuras que utilizan además de “cambiar el chip”, aunque nunca service, seguramente por su etimología, aunque todas representan una tarea puntual que comienza y termina. El mayor triunfo de Milei sería morir de éxito y, como decía su admirada Margaret Thatcher, “el éxito es que el oponente incorpore sus ideas”. O utilizando su vocabulario, su gobierno solo sería dinámicamente consistente si lo sucediera otro que mantuviera la disciplina fiscal, como fue en el caso de Brasil entre Fernando Henrique Cardoso y Lula, y que no haya incentivos en futuros gobernantes a salirse de la misma senda.

Las dos votaciones por Milei, la de 2023 y 2025, fueron guiadas por emociones, la primera por la bronca y la segunda por el miedo. La de 2027, para superar las anteriores, tendría que sustituir la necesidad por deseo y la esperanza por confianza. Finalmente, instintos por razones sustantivas. Donde sean posibles fertilizaciones cruzadas entre Dios, Patria, Familia y Propiedad con Razón, Ciencia, Progreso y Valores Humanos. Y donde, en lugar de personalizar los conflictos y cosificar los vínculos, se cosifiquen los conflictos y se personalicen los vínculos.

Esperemos.

-----------------

Sigue mañana: Jubilen a Cristina