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Infiernos y paraísos

Axel tiene una estrategia para 2023. Pero las urgencias son demasiadas.

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Hay mucho para caminar, Axel Kicillof. | Pablo Temes

La política argentina no esta en pausa a pesar de la detención de las temporalidades generada por la pandemia del Covid-19.

El sabor -agridulce- del encuentro. Un fenómeno notable de estos tiempos virósicos fue el acercamiento del Alberto Fernández con Horacio Rodríguez Larreta sobre la necesidad de articular esfuerzos para contener el virus, e innovando en modos de liderazgo, diferenciado de sus dos antecesores.

Esta poco habitual sintonía generó malestar tanto en los sectores más duros del kirchnerismo como en el macrismo que se sienten más cómodos navegando en los mares de la polarización. Con responsabilidad ejecutiva Axel Kiciloff se sumó al eje AF-HRL pero con evidente incomodidad.

Dicha molestia tiene varias lecturas y que deben analizarse para observar cómo su figura se proyecta en el espectro político de los próximos tiempos. No pocos vieron en los extremos de esa mesa tripartita una potencial confrontación presidencial en 2023.

La era del Coyote. Algunas pistas sobre Kicillof pueden abrevarse en paso por el CN Buenos Aires y su posterior construcción ideológica forjada de sus años universitarios, cuando era un hábil generador de agrupaciones contestarias por fuera de los marcos de la política estudiantil tradicional. Su famosa lista 666 de TNT (Tontos pero No Tanto) llegó a ganar el centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas en 2001 desplazando a Franja Morada, y llevó entre sus listas a Guido Sandleris y a Cecilia Nahón.

Más tarde su tesis doctoral de 456 páginas de 2005 no casualmente se llamaría “Génesis y estructura de la teoría general de Lord Keynes”, en momentos que la obra keynesiana parecía archivada con los estantes más altos de las bibliotecas.

Otras pistas en su desarrollo político posterior se deben buscar en su relación personal con Ivan Heyn (participante de su agrupación y uno de los fundadores de La Cámpora) y su posterior relación política con Máximo Kirchner.  

Escaleras al cielo. Su lugar en la gestión estatal se aprontó primero en una gerencia de Aerolíneas Argentinas, y luego en los directorios en empresas donde el Estado tenía acciones luego de la estatización de las AFJPs, Siderar y Repsol en una época de fuerte intervención estatal. En noviembre de 2013 sería nombrado Ministro de Economía en un país en plena efervescencia de los sectores medios por el cepo cambiario. Aun así, no puso evitar la fuerte devaluación de la moneda frente al dólar a lo largo de 2014, en competencia abierta con el dólar blue, una situación parecida a la actual.

En un país donde en general los ministros de economía se van odiados por la popular su actuación en 2019 se acerca al mito cuando, Clío mediante, apoyado por Cristina Kirchner y resistidos por los intendentes peronistas, se dedica a recorrer la provincia megáfono en mano en momentos que la gobernadora María Eugenia Vidal parecía imbatible. Axel terminaría ganándole 52,5% a 38,3 %. Se debe recordar las fuertes internas desatadas en el PRO por el intento de Vidal de adelantar las elecciones databa de noviembre de 2018, quizás olió la derrota de Macri antes que nadie.

Dos a no quererse. La relación entre los gobernadores de la provincia de Buenos Aires y los presidentes fueron históricamente tensas. Quizás la excepción fue Alejandro Armendáriz gobernador de Raúl Alfonsín. Pero en 1987 cuando gana Antonio Cafiero las elecciones en la provincia, el mandato de Alfonsín (que era de 6 años en esa época) se comienza a acortar.

A Cafiero lo sucede Eduardo Duhalde quien renunció a su lugar de vicepresidente de Carlos Menem gobernar la provincia 8 años.

En el ´99, ya abiertamente enfrentado con Menem, Duhalde pierde con Fernando de la Rúa la presidenciales cimentando una maldición de oro, ningún gobernador de la provincia más habitada del país podrá llegar con los votos populares a la primera magistratura.

No obstante, en plena expansión de la Alianza, Carlos Ruckauf llega a la casa de Dardo Rocha, renunciando dos años tarde para ser canciller del efímero gobierno de Adolfo Rodríguez Saa.

Su reemplazo en la castigada provincia sería su vice, el actual canciller Felipe Solá quien fuera reelecto ya acompañando a Néstor Kirchner.

En 2007, en pleno auge K, Daniel Scioli gana la provincia con el 48% frente al 16 de Margarita Stolbizer iniciando su larga tragicomedia con Cristina.

Jugando en toda la cancha. Axel Kicillof conoce como pocos el mantra de Jaime Durán Barba: “en política diferenciarse es todo”, y así planteó su gestión desde el vamos, desde aquel largo discurso cuando asumió.

Sin embargo, algunos sacudones en sus días iniciales, en especial cuando en febrero pagó con fondos propios de la provincia 250 M de dólares a los acreedores privados percibió que lo había sido dejado en offside sus propios compañeros de equipo.

Tras esa situación comenzó a endurecer sus posturas en especial en los reproches hacia la gestión de Vidal, y el incremento de la presencia mediática de su alfil de Seguridad el Teniente Coronel médico (RE) Sergio Berni, una curiosidad para un gobernador que elige correr por el andarivel de la izquierda en la larga maratón de la política argentina.

Pero su estrategia no es ser un administrador más de la lista de un estado subnacional, sino que como insisten los cercanos al gobernador él tiene un proyecto para el país, un modelo industrialista impulsado desde el Estado o directamente realizado por el Estado.

Contradiciendo a Rodríguez Larreta se opuso a las salidas recreativas para priorizar las actividades industriales, obligando a las firmas a transportar a sus trabajadores.

Como se sabe el camino hacia 2023 es largo e inobservable. En su camino se encuentra la posibilidad de la reelección de Alberto Fernández, que dependerá de las condiciones económica del país, aunque también aparece la figura de Máximo Kirchner que es la carta central del kirchnerismo, pero tampoco se debe descartar la resurrección del PRO.

Sin embargo, las urgencias no se dejan esperar como el caso de los contagios masivos de coronavirus de Villa Azul entre Quilmes y Avellaneda, una metáfora del paraíso de las inauguraciones, y el infierno de los abandonos.

 

*Sociólogo (@cfdeangelis)