Mucho se ha escuchado hablar a Javier Milei sobre su relación con el judaísmo, sus clases y el estudio semanal de Torá, la decisión de realizar una conversión y el traslado de la embajada argentina a Jerusalem.
A estas horas la dirigencia comunitaria argentina ve con enorme preocupación el uso que realiza públicamente el candidato sobre el judaísmo, molestia que se sumó a su posición en contra de declarar “Día de Duelo Nacional” el 18 de julio, en homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA, que va a contrapelo de su supuesto gran amor.
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Milei no pierde oportunidad para hablar de su rabino, el de la comunidad marroquí, quien rápidamente tuvo que recalcular para bajar su exposición dado que, las comunidades sefaradíes suelen estar lejos de la política, a diferencia de los Ashkenasim que sí lo hacen. Esto significaría que cualquier actividad por afuera de su condición rabínica, lo obligaría a renunciar y así poder trabajar políticamente con Milei.
Claramente todos los sentidos de Milei se activaron al percibir que el judaísmo esconde una ingeniería “Divina”, la que ofrecen los libros sagrados, los cabalistas y los eruditos de todas las épocas, desde Moisés en adelante con la entrega de los 10 mandamientos para toda la humanidad en el Monte Sinaí.
Milei percibió todo esto y se zambulló en un mundo que cree que puede pertenecerle, por el simple hecho de un estudio semanal de Torá, su posible conversión, un cierre de campaña con un gran Shofar y un viaje particular a la tumba (ohel) del rebe de Jabad Lubavitch a Brooklyn.
Nada de todo esto lo convertirá mágicamente en judío.
Este martes, en una entrevista con el periodista Jonatan Viale, a Milei le faltó decir “tengo un amigo judío” ante la pregunta del periodista: ¿Por qué te comparan tanto con Hitler? La repuesta “del amigo judío” no se demoró: “Puede ser que yo esté haciendo algo mal, entonces. Yo no voy a la iglesia, voy al templo, no hablo con sacerdotes, tengo un rabino de cabecera y estudio la Torá. Se me reconoce internacionalmente como amigo de Israel y como estudioso de la Torá. Estoy a poco de ser judío, solamente me falta el pacto de sangre”.
Respecto a Israel, seguro que oportunamente será oficialmente recibido por el Estado judío, tal como ocurrió con Eduardo «Wado» de Pedro, Juan Manzur, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Alberto Fernández.
Con respecto al anuncio del traslado de la embajada argentina a Jerusalem, Israel vería con buenos ojos esta iniciativa, al igual que lo hizo con los diferentes países que ya han mudado sus embajadas.
Tal vez todo esto no funcione como usted supone, como en su mundo, donde todo puede adquirirse. El judaísmo y el amor por él no está tan a su alcance pese a sus esfuerzos y a su dotado instinto de orientación al querer adoptarlo. Nada de esto se convertirá en un derecho adquirido. El camino de conversión es largo y el pueblo judío abraza a todos aquellos que desean hacerlo, pero con modestia y humildad.
Nuestros maestros, rabinos y cabalistas tienen en su ADN siglos de sabiduría que transmiten hace miles de años de generación en generación.
La Torá, el Talmud, la Guemará son los libros que esconden esas respuestas que con infinita sabiduría nos enseñan nuestros maestros. El amor al prójimo, la profunda humildad y modestia son la verdadera esencia del judaísmo. Por eso, los actos de fe se realizan en privado, reservadamente, sin la necesidad de declamarlos y exponerlos como usted lo hace en todo momento que sea posible. Eso no es parte del judaísmo.
Volviendo a Viale, llamó la atención ver durante todo el programa, al lado de su computadora, un solideo (kipá), que hace meses Milei se lo había pedido. El programa se terminaba y se iba sin el “regalo” que vino a buscar, entonces en el último segundo de aire le dijo al periodista, “¿No me ibas a regalar algo?”
“Yo cumplo con mi promesa”, le respondió Viale, y percibió rápidamente el no hacerlo públicamente sabiendo que podía prestarse a que Milei siga sumando galones para alcanzar los simbolismos que le permitan validar aún más su judaísmo. Viale entonces le informó que lo haría en forma privada. Ante la posición del conductor, el candidato soltó públicamente, “En realidad yo vine por eso”.
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En el ADN del pueblo judío, la libertad es un bien primario. En el pueblo del libro la diversidad de pensamientos, de adhesiones y el disenso son motivos de celebración, nunca de condena. En el judaísmo, la libertad avanza, avanza en abrazar al que no piensa igual, porque esa distinción y respeto nos ha impulsado a condenar pensamientos hegemónicos que han devastado la vida en tantas ocasiones.
Hace pocos meses el ex presidente Trump reprochó a los judíos estadounidenses no haber «apreciado» lo suficiente las políticas hacia Israel que adoptó durante su mandato y les advirtió que deben «ponerse en orden» antes de que «sea demasiado tarde».
Trump tomó algunas de las políticas más favorables a Israel de EEUU de las últimas décadas y también hizo guiños al supremacismo blanco estadounidense, que tiene tintes antisemitas.
(*) Director de ItonGadol y Agencia Judía de Noticias (AJN).