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Las Islas Malvinas deberían ser argentinas, pero no lo son

Desde el 3 de enero del año 1833 los ingleses desembarcaron en las Islas Malvinas y las ocuparon, hecho que atentó contra la soberanía argentina.

Guerra de Malvinas 20220329
Fotografías tomadas por el ex combatiente Carlos Mazzocchi durante la guerra de Malvinas que fueron reveladas por un soldado ingles y devueltas al fotógrafo 39 años después. | NA

Desde el 3 de enero del año 1833 los ingleses desembarcaron en las Islas Malvinas y las ocuparon, hecho que atentó contra la soberanía argentina. ¿Por qué las Islas Malvinas se asumían argentinas? Porque desde que Argentina se independizó de la colonia española, las consideró propias, como parte de territorio heredado de la antigua colonia.

Pero fue recién el 2 de abril de 1982, cuando Argentina, bajo el mando de un gobierno de facto, conducido en aquel momento por el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, decidió hacerle frente al ejército británico, y desembarcar en las islas con el fin de poder recuperarlas. Quienes vivíamos en aquel momento en otras latitudes, escuchábamos la verdad sobre el estado de situación del poderío militar británico y argentino, y escuchábamos cómo Argentina se encontraba incapacitada de ganar esa guerra, mucho más considerando que potencias militares, como Estados Unidos, decidieron apoyar a Gran Bretaña. Mientras en Argentina se comunicaba y arengaba sobre como la guerra estaba trascurriendo con una clara victoria, cruzando el Río de la Plata nomás, escuchábamos otra verdad, y sufríamos por nuestros hermanos rioplatenses, que estaban inmolándose en una acción bélica que se preveía, que solo dejaría enormes penurias. 649 argentinos murieron en esta guerra, se presume que más de 500 argentinos se suicidaron tras regresar de las islas, se calculan que aproximadamente 1500 argentinos retornaron al país heridos y mutilados. Los “veteranos de Malvinas” fueron condecorados “dos minutos” para luego pasar a ser ignorados por gran parte de la sociedad, de la dirigencia política y de la institución militar ya en democracia.

El primer presidente de la democracia, el Dr. Raúl Alfonsín (entre otros, pero no tantos), no celebró “la movida” hacia las islas para ingresar en una guerra que, para muchos entendidos, ya se proyectaba perdida, y que solo arrojaría dolor, muerte y una más grave situación económica que la que ya veníamos padeciendo bajo la última y cruel dictadura militar.

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Pero la guerra sucedió, Gran Bretaña estaba gobernada por una mujer que la apodaban como “de hierro”, la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, que mostraba enorme insensibilidad y una falta de humanismo inusitado. Argentina, por su parte, estaba siendo gobernada por la dictadura más vil que golpeó e hirió a los argentinos. Argentina perdió la guerra, el desgarrador dolor no se hizo esperar en miles de hogares, y también llegó el fin de la dictadura, pero no el fin de las expectativas de cantidad de ciudadanos y dirigentes políticos argentinos, que insistían y siguen insistiendo con que las Islas Malvinas son argentinas y que deben ser recuperadas.

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En los años en que fueron usurpadas las Islas Malvinas por los ingleses, ocurrieron otras batallas e invasiones, a fuerza de enfrentamientos bélicos, y solemos incorporar estas batallas e invasiones como parte de la historia de los países del mundo. Pero con las Islas Malvinas esto no ocurre, tal vez porque geográficamente las islas forman parte del territorio argentino, y porque ese territorio lo heredó Argentina habiendo sido colonia española, y porque económicamente estas islas pueden sumar recursos de envergadura a la nación.

Como sea, las Islas Malvinas siguen siendo patrimonio británico, los malvinenses siguen considerándose parte de Gran Bretaña, muchos argentinos y ciudadanos del mundo con sólidos fundamentos desean que las islas puedan ser de una vez argentinas, pero otros muchos, suelen utilizar un tema tan sensible y relevante con oportunismo y especulación. Gran parte de la dirigencia política argentina instala con frecuenta el tema “Malvinas” para generar que el sentimiento patriota aflore y el apoyo ciudadano crezca hacia sus candidaturas y cargos políticos.

Es absolutamente lícito seguir generando, a través de disertaciones diplomáticas y geopolíticas, el devenir que deberían asumir unas islas que se encuentran en territorio argentino, pero son británicas. Sin embargo, muchos otros temas parecen no importar demasiado a la misma dirigencia política que pide y vuelve a pedir por “las Malvinas Argentinas”. En Argentina casi la mitad de la población vive bajo la línea de pobreza, un 70% de los niños y adolescentes no se alimentan como corresponde, la indigencia sigue creciendo sin pausa, la clase media sigue dejando de ser clase media porque la despiadada inflación no permite que se puedan acceder a los elementos de la canasta básica. Argentina no puede gozar de sus Islas Malvinas, pero sí goza de tierras muy fértiles, de diferentes climas y cantidad de riquezas naturales, Argentina es una súper productora de alimentos, y en Argentina hay hambre.

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Los “veteranos de Malvinas” debieron ser tratados del modo que merecían, pero no lo fueron. Los recursos naturales que abundan en Argentina deberían ser destinados a que más de la mitad de los argentinos se alimenten, pero no lo son.

Mientras tanto, continuar disertando sobre el patrimonio de las Islas Malvinas con la seriedad que el tema amerita, con profesionalismo y sin especulación, corresponde.

 

Sandra Choroszczucha

Politóloga y Profesora (UBA)  www.sandrach.com.ar