COLUMNISTAS
opinion

Macri movió a Pichetto: ¿Y si Cristina responde bajándose?

Si bien a veces parecen gestionar con la rusticidad de un Ludo Matic, por estos días el kirchnerismo y el macrismo han elevado la vara del escenario electoral con astucia y sorpresa.

macri 06162019
El presidente, Mauricio Macri. | Cedoc Perfil

Si bien a veces parecen gestionar con la rusticidad de un Ludo Matic, por estos días el kirchnerismo y el macrismo han elevado la vara del escenario electoral con astucia y sorpresa, que lo colocan a la altura del adictivo TEG (millennials, busquen).

El primer movimiento disruptivo lo dio Cristina, con la designación de Alberto F. al frente de su fórmula presidencial. Aunque la reacción demoró un poco, Macri sintonizó el modo impacto con el nombramiento de Pichetto. El regreso de Massa al redil K también fue parte de esta movida táctica, solo que sus exasperantes idas y vueltas desinflaron el efecto buscado.

A pocos días de que se cumpla el plazo legal para inscribir las candidaturas, ciertas negociaciones y desplazamientos subterráneos denotan que no necesariamente se acabaron las jugadas que puedan causar conmoción.

Por lo que ha trascendido, ya no sería sorprendente que Lousteau lidere la lista para el Senado por la Ciudad de Buenos Aires. Que María Luján Rey se sume a las listas de Vidal en Provincia. Que Camaño rompa con el massismo y se sume a Lavagna. Que Zamora, de Tigre, arregle con el vidalismo si los K aúpan a Galmarini. O que Rodolfo D’Onofrio termine de dar el paso a la política como ya hizo otro presidente del fútbol, Lammens, solo que en equipos partidarios opuestos.

Monzó festejó la llegada de Pichetto y analizan sumarlo a un futuro gabinete

Lo que tendría carácter revulsivo es lo que empezó a circular en reductos reservados del círculo rojo en los últimos días: la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner decida bajarse de la fórmula.

Cerca de la ex presidenta rechazan esa posibilidad. Claro, son las mismas personas a las que les cayó como un balde de agua helada su decisión de ir por la vicepresidencia. Hecha la salvedad, en voz baja admiten que la única chance de renunciamiento total, y no parcial como hasta ahora, sería que Cristina sienta que debe abocarse a un problema personal-familiar de alta sensibilidad: la salud de su hija Florencia, internada en Cuba con un cuadro más complicado del que se divulga.

De acuerdo con el rumor, que obviamente se reproduce por estas horas a velocidad crucero en el massismo, el líder del Frente Renovador iría en su lugar. La lógica aplicada a semejante hipótesis es que CFK priorizaría su rol de madre al político, que quedaría aún más sellada la unidad peronista tras la dispersión pichettista, que sin ella subiría el techo del voto opositor y que dejaría sin discurso al Gobierno sobre una vuelta al pasado, clave en su estrategia polarizadora reeleccionista.

No parece probable. Por los antecedentes recientes, tampoco suena imposible.