El salteño Juan Manuel Urtubey se negó. Al radical Ernesto Sanz no lo pudieron convencer. Sin margen para candidatos fuertes, el presidente Mauricio Macri, quien ya había aceptado que tenía que mostrar “amplitud” en su fórmula, le ofreció al senador Miguel Pichetto la candidatura a vicepresidente.
En el entorno del presidente se habían tomado dos decisiones la semana pasada: terminar con la idea de una PASO y elegir un vicepresidente que no sea puro. “Tenemos que enviar una señal a los mercados con la fórmula”, no se cansaba de repetir en estas semanas el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, uno de los interlocutores privilegiados de Pichetto. Hace pocos días estuvieron comiendo en el departamento de Belgrano del ministro.
El fin de semana, y ayer, hubo llamados, reuniones y diálogos con radicales, peronistas de Alternativa Federal y dirigentes de PRO.
La reacción de Gabriela Michetti al enterarse de la fórmula Macri-Pichetto
La idea de llevar a Pichetto surgió tras las negativas del gobernador de Salta y de Sanz a embarcarse en el proyecto electoral de Macri. El “tío” Pichetto, como lo habían apodado el año pasado al senador peronista por sus consejos para manejar la crisis, cobró fuerza como la única alternativa peronista para la vicepresidencia.
De todos modos, era una alternativa que no aparecía entre las preferidas en el círculo cercano a Macri. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, promovió hasta el final con un PRO “puro” como posibilidad.
Sin embargo un sector del oficialismo seguía con la idea de poner un peronista o un radical de peso. Uno de ellos, que lo trabajó hasta este martes 11 de junio en todas las reuniones y mesas del macrismo fue Frigerio. El objetivo no sólo es la búsqueda de votos sino también el armado político en el Senado. El ministro del Interior tiene desde hace rato un vínculo asiduo con el senador.
Frigerio, al igual que otros del ala política, fueron desde el principio los defensores de abrir Cambiemos al PJ. En consonancia con un sector de la UCR encabezados por los tres gobernadores, Alfredo Cornejo (Mendoza), Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes), que buscaban ampliar el frente electoral. En estas horas se habló de una cumbre entre Pichetto y Sanz, a propósito de una posible oferta de la Casa Rosada.
Macri se anota un punto, pero mira con preocupación el mapa electoral
Con la elección, también Macri le responde al radicalismo: sumó a un miembro de Alternativa Federal. “Ahora hay que ver si Mauricio abre un acuerdo más amplio con Schiaretti”, confía una fuente oficial. No hay señales claras en este sentido: Urtubey ratificó que jugará por su lado y Sergio Massa de regreso al kirchnerismo.
El “tío” Pichetto fue clave desde el 2017: colaboró para destrabar los Presupuestos, la ley sobre el sistema previsional, y fue pieza clave en el Senado. También, armó un vínculo privilegiado con Emilio Monzó, el titular de la Cámara de Diputados. Además, entabló una relación con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, con quienes se reunió en varias oportunidades en un bar de la Avenida Libertador que frecuenta el jefe de Gobierno porteño.
Crítico de la forma de construcción política de un sector del PRO, en especial de Peña, Pichetto se pasó gran parte de 2018 como una alfil de “gobernabilidad”. Nunca estuvo en los planes sumarlo al gabinete pero un sector del macrismo había barajado la posibilidad de sumarlo a la Corte Suprema de Justicia.
Con Macri tuvo varios encuentros a solas. La política internacional, la migratoria y los acuerdos en el Congreso los encontraron en Olivos y en Casa Rosada dialogando. Pragmático, el senador le dio consejos en varias oportunidades. El presidente pasó, en 2016, de criticarlo a valorar su apoyo político.
Ahora restará dilucidar un dato: si la candidatura implica una apertura del gabinete y del futuro esquema de poder macrista, un tema central para el futuro de Cambiemos.
ES/MC