"A mí lo que me salvó fue el Ni una menos", es el título de la nota de una colega. Hace tiempo escribí una nota parecida. Una hermosa alegría, no es una simple coincidencia; es el resultado del accionar del movimiento que surgió hace cinco años. Mujeres reales detrás de una nota sobre historias de vida. La de María, que dice que el hecho de estar acompañada la ayudó a dejar años de golpes de su expareja para empezar una vida distinta, con flequillo y tatuajes para disimular las marcas de su vida anterior.
¿Cuántas historias como estas, anónimas, invisibles, subjetivas y personales desde aquel primer Ni una menos hasta hoy? ¿Cuántas mujeres cerca de esa definición “A mí me salvó el Ni una menos”?
El tejido paciente y afectuoso entre lo individual y lo colectivo. Amor y empatía en la construcción de esas tramas, esas redes que siguen creciendo, siempre imperfectas, bordadas con hilos de seda frágiles o con nudos que resisten cualquier temporal.
Cinco años que hoy suman reclamos urgentes, muchísimos y variados, pero que con el aumento de los femicidios continúa con el pedido que originó al movimiento: vivas nos queremos.
Cinco años que hoy suman reclamos urgentes, muchísimos y variados, pero que con el aumento de los femicidios continúa con el pedido que originó al movimiento: vivas nos queremos
Pero también hay mucho para celebrar. Hay miles de 'Marías' que pudieron cambiar sus vidas. Hay un proceso político en plena construcción protagonizado por quienes se sienten convocadas, más allá de los géneros, por el Ni una menos.
Hace cinco años nadie podía vislumbrar la fuerza del movimiento que nacía. Desde el poder patriarcal algunos miraban con sonrisa socarrona a esas mujeres que pretendían constituirse como un espacio político para transformar la realidad. Desde esa visión, no podía tener muchas consecuencias algo tan naif, sin estructura, sin caja, sin nada de la política tradicional. Bueno, acá estamos.
Un movimiento heterogéneo, donde conviven distintas corrientes de pensamiento, a veces contradictorio, siempre horizontal, que no para de crecer y que, con un chasquido te llena las calles de todo el país. El Ni una menos se ganó un espacio en la escena política construyéndose desde un lugar diferente.
Que la pandemia impida la realización de marchas no significa que no existan millones de marchas silenciosas en el entramado colectivo. Millones de Marías, que de un modo u otro cambian; toman decisiones sobre sus vidas y pasan a ser parte y protagonistas de este proceso histórico, original y en permanente construcción que cumple cinco años: Ni una menos.
* Lic. en Comunicación Social y escritora.