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SER ARGENTINO

Orden y Progreso

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¿Candidato o ministro?. Sergio Massa con doble rol. | NA

Si vos tenés la posibilidad de estudiar o tener trabajo, y, varias veces por semana, emprendés el mismo trayecto hacia la oficina, la facultad, el gimnasio o donde fuera, podés observar los afiches, las pintadas e incluso volantes y calcomanías, de los candidatos que quedaron en el camino en las PASO, incrustadas en las paredes.

Desde que se conocieron los resultados electorales y, en menos de 24 horas, muchos de los eslóganes de campaña, las promesas y las expectativas entraron al túnel del tiempo. En nuestro viaje cotidiano, esos carteles, esas frases, esos rostros en el ploteado de las ventanas traseras del colectivo pasaron a ser un tren al pasado hasta que se borren, se tapen, se destiñan por nuevos postulados, nuevas pinturas y pocos postulantes supervivientes.

En campaña electoral, luego de este primer paso (PASO) el histórico diario del lunes se estira hasta la próxima vuelta electoral de octubre y todos, ganadores, perdedores, periodistas, opinólogos de bar y sobremesas, analizamos, especulamos, persuadimos y hablamos al aire.

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Fantasmas en la casa

Ya están apareciendo las nuevas encuestas que nos quieren convencer de que ahora sí están bien elaboradas, y aparecen las especulaciones de cómo debe ser el ajuste de cada discurso para tomar algo de los votos del otro.

Mientras tanto la vida de los argentinos sigue transcurriendo con sus penurias.

Hay momentos en los que parece que todos los compatriotas estamos actuando, sin saberlo, dentro de un reality show escrito para espectadores de otros lugares del mundo. Una novela en la que la imaginación, la ficción, hacen todo posible.

Los guionistas nos ponen a prueba. El candidato, que aparece de la nada y aprovecha todos los vacíos de la política tradicional, que cada vez son más y más huecos, para canalizar nuestra bronca en el salto al vacío en nombre de la libertad, pero de la mano de la irracionalidad.

Por otro lado asoman los defensores de los derechos diciendo que no perdamos lo que, en la práctica, ya hemos perdido. La “esquizofrenia” de un ministro de Economía que, cuando se le pregunta como tal, se muestra como candidato, pero, cuando le preguntan al candidato, dice que está ocupado con la economía. Es el ventrílocuo y el muñeco.

También asoma el ego de un expresidente que parece alegrarse de que le haya ido bien al candidato de otro partido. Si él no pudo ser, que no sea nadie.

En simultáneo, los argentinos que pueden pagan por los servicios que el Estado ya no les brinda. Pagan por educación, por salud, por seguridad, por transporte paralelo.

Los argentinos que no pueden sobrecargar sus créditos postergan su salud, ponen el cuerpo (literal) a la inseguridad, se levantan antes para poder llegar a sus trabajos precarios y mal pagos.

La política es una herramienta. Cuando se la utiliza en beneficio propio y ajena a los problemas de la gente va perdiendo su utilidad en los fines para los que fue concebida.

Siempre me llamó la atención el lema que aparece en la bandera de Brasil, “Orden y Progreso”. “Orden”, en la Argentina, siempre estuvo asociado a lo represivo, tal vez por eso resulta extraño ver la palabra como propuesta en la nación vecina.

El precio de la inflación

Averiguando un poco, el progreso se refiere al crecimiento parejo en la economía y los derechos, y el orden es la base para dar tranquilidad colectiva y apoyar un desarrollo sostenido.

No se trata de destruir o disolver nuestras instituciones, se trata de ordenarlas. Ordenar es, también, dar una jerarquía, establecer una escala de valores y prioridades.

Suena extraño, pero a la hora próxima de elegir, entre tanta confusión no nos vendría mal pensar el voto no sólo en función del miedo, la economía y lo brillante de los discursos, sino también buscar el orden para cimentar el tan postergado progreso.

Los hechos pueden demostrar que existe el progreso sin orden. También hay carreras sin meta, y búsquedas sin certezas. Se puede creer que se está avanzando, cuando en realidad, se retrocede.

En esta perplejidad donde los planetas parecen desalinearse, permitámonos pensar en el orden para el progreso.

* Convencional Nacional UCR.