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Periodismo y medios: EE.UU., Brasil y Argentina

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Endorsement de Perfil y del ‘New York Times’ críticos de Milei y Trump respectivamente y el del diario Folha de São Paulo crítico de los medios argentinos. | cedoc

Mas allá de las diferencias económicas, a veces en las antípodas, las similitudes entre Donald Trump y Javier Milei, sumadas al mutuo reconocimiento que se profesan, habilita a comparar la relación del periodismo en ambos países con ellos.

El miércoles pasado, el diario The New York Times publicó un nuevo endorsement contra Donald Trump escrito por su Comité Editorial y titulado: “Trump domina el Partido Republicano, y eso afecta a todos los estadounidenses”. El texto sostiene:

  • “Es una tragedia para el Partido Republicano y para el país al que pretende servir”.
  • “El Partido Republicano está renunciando a todas sus responsabilidades y, en su lugar, se ha convertido en una organización cuyo objetivo es la elección de una persona a expensas de cualquier otra cosa, incluida la integridad, los principios, la política y el patriotismo”.
  • “Como individuo, Trump ha demostrado un desdén por la Constitución y el Estado de derecho que hace que no sea apto para ocupar la presidencia”.
  • “Un partido sin disenso ni debate interno, que solo existe para servir a la voluntad de un hombre, es también un partido incapaz de gobernar”. La versión completa está en este link.

PERFIL publicó su endorsement electoral dos veces en 2023, en la primera vuelta de octubre: “Endorsement de PERFIL a la democracia" y en el balotaje de noviembre: “No vote a Milei”. En líneas generales, los argumentos de nuestro endorsement son similares a los del New York Times, que califica el triunfo de Trump como “tragedia” y al propio Trump como alguien “no apto para ocupar la presidencia”.

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También vale la comparación entre Milei y Bolsonaro, cuyo hijo se abrazó a Trump junto a Milei en la reciente convención conservadora norteamericana. Paralelamente, yo estaba la semana pasada en San Pablo reunido con los principales medios brasileños: Globo, O Estado de São Paulo, CNN Brasil, TV Cultura, Red Bandeirantes, además de Perfil Brasil, y pude revivir la misma tragedia de polarización en los medios que desgraciadamente acompañó a Bolsonaro. Como muestra vale el diferente cálculo sobre la cantidad de asistentes a la marcha de apoyo a Bolsonaro de hace dos semanas: los medios afines dijeron que fueron 600 mil personas mientras la Universidad de San Pablo y medios independientes, 180 mil.

Afortunadamente, a diferencia de Estados Unidos, Brasil parece estar a salvo de la tragedia de que su expresidente vuelva a ser elegido presidente porque la Justicia lo inhabilitó para ejercer cargos públicos a causa de los mismos hechos por los que Trump logra eludir una condena: la toma del Congreso de cada país por fanáticos que descreían de la derrota electoral de su candidato.

Y desafortunadamente para nosotros, los grandes medios brasileños no fueron pro-Bolsonaro como aquí pro-Milei, sino muy críticos, a pesar de que coincidieron con las políticas económicas de quien fuera ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, “el último Chicago boy”, fundador del tercer mayor banco de Brasil, el BTG Pactual, con quien tuve también la posibilidad de dialogar. Ojalá Argentina tuviera un ministro de Economía autónomo como Guedes en lugar de Caputo, lo que fue posible en Brasil porque Bolsonaro asume que no sabe nada de economía y entregó –literalmente– esa área del gobierno a un verdadero experto, sumado a que el Poder Legislativo en Brasil tiene capacidad de moderar cualquier política del Poder Ejecutivo y por eso nuestro vecino no se va de una punta a la otra en cada cambio de gobierno.

En Argentina, como sucedió con las tantas dictaduras militares en el pasado, el rencor de clase que generó el peronismo en sus antagonistas hizo que se terminara apoyando a cualquiera con tal de que se instrumentaran las políticas económicas con las que se coincidía. Fenómeno que al atravesar a sus audiencias arrastró la línea editorial de muchos medios. La existencia histórica del peronismo hizo singular, y a veces hasta incomprensible para nuestros vecinos, el ecosistema política-economía-medios argentino. La corresponsal en Buenos Aires del diario Folha de São Paulo, Silvia Colombo, escribió un columna titulada “Los medios argentinos se inclinan ante Javier Milei”, donde dice:

  • “El director de la prestigiosa publicación estadounidense Americas Quarterly, Brian Winter, escribió en su cuenta de la plataforma X: ‘Me resulta difícil seguir los acontecimientos en Argentina. Hay tantos periodistas argentinos realmente extraordinarios, pero el estilo ha cambiado’”.
  • "Lo que ha resultado un tanto bochornoso, sin embargo, es el comportamiento de los grandes conglomerados mediáticos, que en estos dos meses de gestión pasaron de ‘normalizar’ a Milei a exaltar descaradamente al presidente”.
  • “La semana pasada, Milei fue entrevistado nuevamente por los mismos periodistas de televisión que siempre lo entrevistan. Tres aduladores que no hicieron ni una sola pregunta complicada. A lo largo de la semana, en sus respectivos programas, todos reprodujeron lo dicho por el presidente y reforzaron su visión y frases. (La nota completa en este enlace).

La autocrítica sobre cerrar los ojos frente a los defectos del agente que instrumenta ideas con las que simpatizamos –la doble vara– vale también para algunos economistas tan constructores de subjetividad como para los periodistas. El Premio Nobel de Economía Paul Krugman calificó las ideas de Trump como “fantasías distópicas” en su última columna también en el New York Times. Lo mismo se podría decir de Milei.

La neodecadencia argentina debilitó los mecanismos de defensa de todos los agentes, incluidos los medios de comunicación, frente a la misma tragedia. Los medios en Estados Unidos y Brasil se defienden mejor ante el mismo flagelo de la polarización política y el ascenso de la ultraderecha. Está en nosotros mejorar para ayudar a prosperar a la sociedad a la que servimos.

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Continúa mañana: “Milei quiere disciplinar al periodismo”.