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Un error que pagaremos los argentinos

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Cumbre. Al menos 23 países habían pedido sumarse. Ingresar era muy importante. | cedoc

Lamentablemente el oficialismo eludió un debate serio y profundo acerca de la pertenencia de Argentina a los Brics. Ello le hubiera permitido a la ciudadanía conocer qué es lo que realmente estaba en juego en esta cuestión. Después de todo, que los ciudadanos conozcan el verdadero significado y alcance de las decisiones gubernamentales es una condición propia de sociedades democráticas y republicanas. Sin embargo, a pesar de la importancia del tema, el Gobierno eludió el debate. Solo apeló a simplificaciones y consignas que ocultaron el peso y la trascendencia de la decisión tomada. Veamos.

Antes que nada, hay que destacar el significativo interés que despertó la apertura de los Brics a nuevas incorporaciones. Un total de 23 países hicieron solicitudes formales. Otro tanto lo hizo informalmente (no querían exponerse al costo que suponía no ser aceptados).

En suma, de los más de cuarenta países aspirantes, solo seis, entre ellos el nuestro, fueron invitados a incorporarse.

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Esto nos lleva a preguntarnos acerca de cuáles son las razones por las que tantos países manifiestan su deseo de ingresar a los Brics. Más específicamente: ¿Qué ventajas podría representar para nuestro país el ingreso al Grupo?

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En primer lugar, el principal objetivo de los Brics es favorecer y expandir la cooperación entre sus Estados a los fines de impulsar sus respectivos desarrollos nacionales. Es decir, Argentina podría ser beneficiaria de los mecanismos de cooperación para el desarrollo que ofrecen los Brics. Para advertir mejor lo que esto representa, hay que tener en cuenta que, como lo señalan el FMI y el Banco Mundial, los Brics ya superaron al G7 (la instancia equivalente conformada por Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) y representan casi la tercera parte de la economía mundial (medida en paridad de poder adquisitivo). También según el FMI, los actuales países miembros de los Brics serán los responsables de cerca del 60% del crecimiento registrado en la economía mundial durante el 2023. No es de extrañar entonces, que tres de los cinco principales mercados de la argentina hayan sido en el año 2022 países Brics (Brasil, China e India). La pertenencia al Grupo brinda la posibilidad de un contacto permanente entre los distintos niveles de gobierno de los países miembros para impulsar relaciones bilaterales. Nos permite, además, participar en poderosas instituciones financieras como el Banco de los Brics y en diversos mecanismos de cooperación que diseñan políticas de apoyo a los países del Grupo.

En segundo lugar, los países miembros buscan defender sus intereses nacionales coordinando entre ellos posiciones en el plano internacional. En otras palabras, la pertenencia al Grupo aumenta la capacidad de negociación a nivel internacional de cada uno de sus miembros.

Es fácil advertir la importancia que esto tiene en un mundo cada vez más competitivo. La mera pertenencia de un país al Grupo en el que se encuentran las principales economías Emergentes, eleva su estatus internacional. Dicho sea de paso: por esa razón hubo mucha resistencia a su ampliación en algunos de los actuales miembros de los Brics. Para el país no fue fácil conseguir la invitación que con más prejuicios que argumentos, hoy rechaza el oficialismo. Es indudable que la pertenencia a los Brics fortalece las posibilidades de nuestro país a la hora de defender sus intereses en las instituciones de la gobernanza internacional (Naciones Unidas, G20, FMI, etc.).

Vale la pena tener presente que en dichas instituciones, de manera creciente, las decisiones más significativas surgen de las negociaciones entre el G7 y los Brics. En este sentido, cabría simplemente comparar las declaraciones de ambos grupos para advertir cuál de los dos está más cerca de nuestros intereses nacionales o más predispuesto a incorporarlos en sus posiciones.

En resumen, optar por no participar en los Brics, es limitar la posibilidad de incrementar los vínculos con algunas de las economías más dinámicas y significativas del mundo y renunciar a mejorar nuestra capacidad de negociar con otros países e influir en el diseño de las reglas de juego que configuran el orden político y económico internacional. Algo que cada vez está más vinculado a nuestra posibilidad de desarrollo. Es decir, rechazar la incorporación a los Brics supone un error cuyas graves consecuencias pagaremos los argentinos.

*Exembajador argentino en España.