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acaba de abrir sus puertas

Un hotel que revive los ambientes de la París del siglo XIX para evocar a Marcel Proust

El mes pasado, finalizando el centenario de la muerte de Marcel Proust (1871-1922), abrió las puertas la Maison que lleva su nombre. Hotel minimalista, punto de inflexión cultural. Y, emulando al autor, también espacio de privilegio: habitaciones a precios privativos: a partir de los quinientos euros. Pero evoca la vida parisina, las amistades, los pintores amados por el escritor. El lugar cuenta con objetos hechos a medida con extractos de “La Recherche”.

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Maison. Abrió sus puertas en diciembre del año pasado. Los precios de los cuartos no son para todos. | cedoc

En la política cultural francesa predomina la supervivencia de su lengua. Representada en su capital, París, creando lazos con el turismo y la propia historia, los emblemas se traducen en catalizadores de la propia vigencia: de la revolución al romanticismo, de la barricada a un último tango. En el siglo XXI, donde el revival parece creativo, un hotel de lujo es la síntesis de esto. El mes pasado, finalizando el centenario de la muerte de Marcel Proust, abrió las puertas la Maison que lleva su nombre. Hotel minimalista, punto de inflexión cultural (maison-proust.com). Y, emulando al autor, también espacio de privilegio: habitaciones a partir de quinientos euros.

Un kilómetro al norte la catedral de Notre-Dame, en el 26 de la Rue de Picardie, barrio Marais –histórico por sus mansiones del siglo XVII, donde se encuentran el Museo Picasso, el Museo Carnavalet, y hoteles como el Sully o Guénégaud–, se ubica esta casona reformada durante más de tres años, responsabilidad del diseñador Jacques Garcia. El hotel consta de 23 habitaciones en seis plantas, recreando el esplendor de los salones parisinos de la Belle Époque.

El marco inspirador de la Maison Proust son la princesa Mathilde, Colette...

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“Candelabros, hasta los lienzos pintados por algunos grandes nombres en las colecciones permanentes del Musée d’Orsay, lleva dentro el peso aterciopelado de su historia”, así explica el tono estilístico la empresa Maisons Particulières (dueña de Maisons Souquet y Athénée, emprendimientos similares en París, dedicados a la lujuria cortesana y la celebración sibarita). 

También destaca que reinas y reyes, princesas y príncipes, la aristocracia del Faubourg Saint-Germain y todas las celebridades del mundo del arte y la política frecuentaban acogedores salones, animados cafés, teatros y la Opéra Garnier, que dan testimonio de la efervescencia y brillantez de este próspero período en el que París reinaba como maestro estético y cultural. La pregunta que surge es, ¿reinaba o reina?

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Maison. Abrió sus puertas en diciembre del año pasado. Los precios de los cuartos no son para todos.

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Es aquí donde vale evocar la historia. La Tercera República francesa impuso una ley marcial durante cinco años para restablecer el orden luego del estallido de la Comuna de París en 1871. Los salones donde se reunían tanto aristócratas como burgueses, eran la garantía de seguridad para que sus miembros no fuera marco de la venganza comunera anarquista por la cuantiosa represión. Dentro de esa elite se encontraba el joven Proust. De hecho, el marco inspirador de la Maison Proust son la princesa Mathilde, Colette, la condesa Greffulhe, Robert de Montesquieu, Sarah Bernhardt, Anna de Noailles, Jean Cocteau, Léontine de Caillavet, Geneviève Straus, la condesa Potocka y otros que rodearon al escritor e inspiraron sus personajes para En busca del tiempo perdido.

Salones, dormitorios, suites y spa cuentan con tesoros de finales del siglo XIX, colección que incluye una copia de Du Côté de Chez Swann autografiada por el autor, una carta a la princesa Soutzo, pinturas antiguas de Jacques-Emile Blanche, Jean Béraud, Giovanni Boldini, Auguste Toulmouche, Paul-Albert Laurens, Léon Bonnat, Eduardo Leon Garrido, Jean Cocteau, así como el retrato de Proust realizado por Jacques Aymer de la Chevalerie.

Los primeros tres pisos evocan la vida parisina; el cuarto piso, los pintores; el quinto, los escritores; el sexto los apartamentos de Marcel Proust. Alfombras, cuadros, techos, baños y obras de arte como pantallas de lámparas hechas a medida con extractos de La Recherche se exhiben por todas partes.