El arco político de Córdoba en su conjunto hace rato que tiene a 2019 como objetivo central. Al margen de las declaraciones en torno a la gestión que hacen aquellos protagonistas con responsabilidad en cargos, por lo bajo el armado del aparato se activó hace mucho. En el diseño de cada estrategia, Unión por Córdoba y Cambiemos abrieron en las últimas semanas el “capítulo intendentes”, en el marco de una batalla que empezó meses atrás con la creación –y suscripción– al fondo que puso a disposición el gobernador Juan Schiaretti, con muchos jefes comunales de la oposición firmando un pacto que aseguró recursos frescos en un contexto de recesión que preocupa a las finanzas públicas en todos sus estamentos.
Pero luego empezó a asomar el temor por otras cuestiones que preocupan sobre todo a Cambiemos. Por ejemplo, el calendario electoral y la posibilidad que intendentes radicales y macristas no vayan en la misma fecha de los comicios provinciales y decidan despegar su fecha. A cambio, el PJ pondría un candidato de escaso vuelo que garantice una nueva victoria del cambiemista en su distrito, en lo que será la última reelección que tienen disponible, a partir de la nueva ley, los intendentes cordobeses.
Esto ocasionó reuniones que se dieron en las últimas semanas entre la coalición, con jefes comunales viajando en grupo a Buenos Aires a encuentros que mantuvieron con Marcos Peña y Rogelio Frigerio, además de una foto con el presidente Mauricio Macri.
El PRO movió la dama. Hace dos semanas, en el encuentro nacional que organizó Cambiemos en Parque Norte, hubo un apartado para una reunión que propuso Oscar Tamis, intendente de Oliva y titular del Comupro, junto a 38 pares del interior provincial con el ministro Rogelio Frigerio.
Los que formaron parte del cónclave aseguran que en ningún momento se habló de la fecha de cada elección, ya que Frigerio no tenía pensado tocar ese tema en una charla con algunos intendentes a quienes no conocía personalmente. “Para algunos fue la primera vez en Buenos Aires”, señaló un conocedor del armado macrista y agregó que ese tipo de conversaciones se puede llevar a cabo “solo con dos o tres intendentes, o en todo caso con tipos que conozcan el interior como (Gabriel) Frizza o (Javier) Pretto”. Sí estuvo en agenda el pedido de fondos.
En Cambiemos están quienes aseguran que empezarán a llegar vía ATN una vez que haya un compromiso de las distintas partes. “Para contenerlos, primero hay que definir el candidato a gobernador. Una vez que esto pase a los tipos los tenés alineados. Y después empiezan a bajar recursos”, resumió a PERFIL CORDOBA un dirigente.
En el macrismo cordobés no se alarman por los movimientos que ya inició el PJ. “El peronismo siempre se está moviendo, son cuestiones que nosotros, como partido, tenemos que aprender”, admitió un amarillo.
Mestre también hizo su juego. Desde que comenzó el año el intendente Ramón Mestre también empezó a cargar la agenda con recorridas por el interior de la Provincia en busca de afinar el contacto con los jefes comunales de su partido. El lunes, mismo día del reencuentro con Schiaretti, por la tarde viajó con un grupo de más de 20 jefes comunales a una reunión con Peña en Casa Rosada. “Fue organizada entre Mestre y Peña. El jefe de Gabinete sigue de cerca el ‘Cambiemos a la cordobesa’ que propuso el intendente y lo avala”, sostienen en la mesa chica del mestrismo, desde donde además destacaron que no fueron solo aquellos que se encuentran en el núcleo interno del jefe comunal capitalino. “Había otros que están con (Oscar) Aguad y también vinieron”, señalan.
Detractores de Mestre afirman que el viaje y la charla con Peña, incluyendo la foto con Macri, fue una respuesta a los macristas cordobeses por la reunión que antes había impulsado Tamis. Con pocas coincidencias entre ambos sectores por el momento, macristas y radicales descreen que los intendentes decidan no votar el mismo día que la elección provincial.
El PJ ya tiene repartido el mapa. A diferencia de lo que ocurre en Cambiemos, la candidatura definida que tiene el peronismo con Schiaretti en busca de la reelección, les permite definir la estrategia territorial. En las últimas semanas el reingreso de Eduardo Accastello le permitió al schiarettismo descansar en un territorio que el exintendente de Villa María maneja bien: el departamento San Martín.
Sin embargo, el rol de Accastello no termina en su distrito, ya que también lo llamaron para restablecer el diálogo con algunos que en el pasado formaron parte del foro de intendentes K, que en su mejor momento llegó a contener a 100 jefes comunales.
El valle de Punilla sigue siendo terreno del senador Carlos Caserio; en Traslasierra cada vez que Oscar González convoca a una reunión asisten todos, salvo Gloria Pereyra, la intendenta de Villa Dolores de pasado K, hoy reconvertida en macrista, y la semana pasada, el legislador Carlos Gutiérrez llamó a un acto con todos los peronistas del sur y el delasotismo respondió. Lo que fue tomado como un buen gesto en El Panal.
En la Provincia consideran que la cuestión de las fechas está más relacionada al deseo de los intendentes de Cambiemos de evitar rivalizar con la imagen de Schiaretti que a una estrategia más fina. “Hoy es difícil para algunos ir en contra del gobernador y prefieren despegar para tratar de asegurar la propia. Después, cada uno hace su juego”, disparó un peronista conocedor del interior.