El paso del presidente Mauricio Macri por Río Cuarto el viernes pasado, con agenda de energías renovables incluida, tuvo los condimentos que tiene habitualmente cada recorrida del líder del Ejecutivo nacional. Con todos expectantes del saludo entre él y el gobernador Juan Schiaretti; pero además, con muchos pendientes de los gestos hacia los socios cordobeses de la coalición, sobre todo por tratarse de una visita a días de consumada la victoria municipal en Marcos Juárez.
Con respecto a esto, entre los dirigentes que se incluyen en el bloque compuesto por radicales, macristas, juecistas y lilitos, algunos destacaron que Macri llegó a Río Cuarto compartiendo el vuelo con el diputado nacional Mario Negri, en un viaje que además incluyó al Secretario de Energía, Javier Iguacel, el asesor Francisco “Pancho” Cabrera, y al Secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis. Luego del aterrizaje, los movimientos en la zona los hicieron en helicóptero Macri, Schiaretti y el presidente sumó a Negri. Gesto que algunos tomaron como clave en medio de la disputa que empieza a darse entre los socios cordobeses por las precandidaturas a gobernador para el año próximo.
Otro de los que contó con el saludo de Macri en Río Cuarto fue Pedro Dellarossa, el flamante intendente reelecto de Marcos Juárez el domingo pasado. El líder del PRO saludó al jefe comunal en pleno discurso y volvió a destacar, como lo había hecho tras la elección y vía mensaje de whatsapp, que en esa ciudad del sudeste provincial “comenzó el cambio”.
Para quien no hubo gesto alguno fue para el intendente cordobés Ramón Mestre. Situación que varios socios de la coalición celebraron tras la eufórica presentación que había tenido el jefe comunal capitalino como presidente de la UCR días atrás. “La relación no cambió. Al contrario, sigue tensa y continúan ocurriendo cosas que en Buenos Aires no gustan. Por ejemplo, esta semana hubo dos: la de ‘Cambiemos a la cordobesa’ y el pedido de pegar las elecciones”, manifestaron algunos armadores de la alianza que estuvieron en Río Cuarto.
Precisamente, el pedido de fecha electoral de Mestre fue una bomba que sorprendió a los principales dirigentes del Ejecutivo nacional y lo hicieron saber en los últimos días. “No es momento para pelearse con el schiarettismo por nada”, dijeron en la previa al debate por el Presupuesto.
En tanto, y con respecto al ‘Cambiemos a la cordobesa’, el resto de los socios cree que es una estrategia que “no va a caminar”. “No se puede invitar a (Aurelio) García Elorrio, por ejemplo, si lo primero que hace es criticar a Macri por el debate del aborto. Es como que te convoquen a la selección y de arranque critiques a (Lionel) Messi”, señaló un dirigente.
Se reabre el capítulo “internas”. En el mestrismo deslizaron la semana pasada predisposición para que haya internas y quieren medir fuerzas en ese escenario si el candidato no sale del consenso. El principal inconveniente para esa compulsa es el tiempo, sobre todo si el schiarettismo mueve la ficha y adelanta un paso más la provincial (¿abril o mayo? Habrá que estar atentos a la última semana de diciembre).
Al margen de esto, ahora cerca de Negri no le escapan a esta estrategia y estarían dispuestos a medirse en una interna. Siempre y cuando haya un reglamento claro. En el entorno del diputado nacional sostienen que hay una diferencia clara en un escenario Schiaretti vs. Negri; que cuando la medición es entre el gobernador y el intendente. “Hay voluntad de cambio”, repiten cerca del diputado que este viernes manifestó con firmeza su intención de gobernar la provincia.
Entre los que se oponen a las internas está el PRO. Algunos “amarillos” mantuvieron una serie de charlas el viernes y se resisten porque creen que es el PJ que agita la elección dentro de Cambiemos por los heridos que pueden quedar en el camino. Pero además, porque a nivel nacional es el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba quien quiere eliminar las PASO para mantener fraccionado al peronismo.
