Esta semana quedó marcada en el radicalismo de la capital cordobesa como la que pudo haber marcado un quiebre en la relación entre Ramón Mestre, actual intendente y candidato a gobernador, y Rodrigo de Loredo, el hombre que aspira a sucederlo en el Palacio 6 de Julio.
La tensión creció en realidad el fin de semana pasado cuando desde el equipo de campaña del extitular de Arsat difundieron encuestas donde los números acompañaban al candidato capitalino y con guarismos que resultaban muy adversos para Mestre, eventual socio político de su otrora rival. La respuesta en los despachos del Municipio fueron también trabajos elaborados por consultoras en los que advierten, según aquellos que siguen la agenda de la campaña radical, que hay un descenso en la intención de voto hacia De Loredo.
Luego de más de una semana sin compartir actividad, los dos radicales volvieron a una recorrida conjunta recién en el mediodía de ayer. Durante los últimos días, el actual jefe comunal alternó agenda entre el interior y la capital, pero llamativamente en las inauguraciones que tuvo como epicentro los barrios de la ciudad no contó con la presencia de De Loredo, quien entre el miércoles y el jueves manifestó sus propuestas junto a su candidato a viceintendente Alfredo Sapp.
Ahora, ante los rumores en torno a la relación entre ambos, se conoció la visita que realizaron juntos a un merendero y copa de leche. Encuentro que publicó Mestre en sus redes y De Loredo difundió con un comunicado haciendo hincapié ambos en los problemas de seguridad. Cuestionamiento que tiene como destinatario al Gobierno provincial.
Sobran los motivos. Las diferencias entre los dos dirigentes del radicalismo existieron siempre. Incluso ahora, como compañeros de una misma lista, ambos las reconocen. Pero a las viejas disputas se sumaron algunas en el último tiempo.
A la mencionada anteriormente por las encuestas, en el mestrismo no cae bien que la referencia a gestión exitosa de la ciudad que hace siempre De Loredo sea a los años de Rubén Américo Martí. Tanto el intendente actual, como los funcionarios de su gabinete ubican permanentemente a Ramón Bautista Mestre por encima de su sucesor.
Por otra parte, también existen aquellos que cuestionan de manera constante la falta de crítica del actual candidato a intendente a la gestión nacional. A pesar de que el propio De Loredo descartó formar parte de una lista nacional para las elecciones de este año, y asumir como concejal en caso de derrota, no son pocos los que creen en el Municipio que no rompe ante la posibilidad de un futuro retorno a la órbita de la Nación.
Asimismo, en el radicalismo están los que sostienen casi la imposibilidad de construir un relato de campaña evitando caer en las críticas para una gestión que tiene muchos defectos. “Rodrigo tiene que transitar hasta el 12 de mayo el difícil camino de ser el candidato oficialista en la ciudad y entrar muchas veces en eufemismos para no cruzar de lleno problemas centrales que van desde la recolección de la basura hasta el transporte”, soltó esta semana un radical que observa las diferencias entre ambos.
El territorio. Otra muestra de la tensión con la que conviven el mestrismo y el candidato que eligieron para la sucesión en la ciudad es el diálogo que existe desde hace un tiempo entre el Municipio y el PJ en la Capital por los centros vecinales.
Con las encuestas en mano y la caída que aseguran tuvo De Loredo en estas dos últimas semanas funcionarios municipales activaron el contacto con el peronismo para la transición en los centros vecinales. Dato que llegó esta semana a los oídos del extitular de Arsat.
“Es simple: saben que los números no están acompañando y la sucesión se empieza a caer. En lugar de apelar a cualquier estrategia para fortalecer al rival directo que hoy es (Luis) Juez, van a tender puentes con el peronismo arriando las velas para el 2023”, razonaron dos fuentes del partido.
Los que observan de afuera cómo se empezó a resquebrajar la relación entre los dos radicales reconocen también la astucia de Mestre para anular a un candidato que, con chances concretas, se hubiese proyectado con fuerza para la disputa por la Provincia en cuatro años. “Ramón es el más vivo en esto. Rodrigo hará una mala elección, tal vez de las más bajas en cuanto a votos para el partido en la Capital, asumirá probablemente debilitado en el Concejo Deliberante y quedará como el responsable de la derrota”, resumió un conocedor de los barrios.
