Si se contempla que la suba de precios de las Canasta Básica Total y la Canasta Básica Alimentaria está corriendo aún por encima de la inflación general (111,3% y 115%, contra 102,5% de la suba anualizada del IPC), es claro que los trabajadores y familias con salarios mínimos son los más golpeados.
Para cuantificar cómo se está moviendo el salario mínimo, vital y móvil y cuánto debería crecer ante la dinámica inflacionaria el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) que depende de la CTA elaboró un reciente trabajo al respecto.
En esa línea remarcó que entre 2021 y 2022, en un contexto de inflación creciente, existieron siete instancias de actualización del salario mínimo, que no lograron una recuperación de su poder de compra. El año 2022 cerró con una caída promedio del salario mínimo real del 1,3%, que lo ubicó 33% por debajo del nivel de 2015.
Y señaló que en los meses más recientes, con subas del nivel de general de precios que vuelven a ubicarse por encima del 6% mensual, el salario mínimo muestra caídas adicionales. Entre noviembre de 2022 -mes de la última reunión del Consejo del Salario- y el presente mes se verificaría una reducción real superior al 5%.
“Es decir que la próxima reunión de este Consejo, convocada para el 21 de marzo, partirá de un piso sumamente bajo en el valor del salario mínimo; circunstancia que puede quedar velada cuando se considera únicamente el dato del leve incremento interanual”, dicen desde el Cifra.
Así, concluyen que para recuperar su capacidad de incidir al alza en los pisos salariales el salario mínimo debe crecer por encima de la inflación. Tomando una estimación de alza de precios de 6,3% para marzo y 6% para abril, el salario mínimo en ese mes debería ser de $ 78.919 para recuperar la pérdida más reciente y volver al nivel real que tenía en diciembre de 2022; mientras que debería alcanzar los $ 86.048 para recobrar lo perdido desde diciembre de 2019.