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CóRDOBA
VOCES FEMENINAS

Dos cortometrajes cordobeses compiten en el Festival La Mujer y el Cine

Con un formato 100% virtual, entre el 8 y el 11 de abril tiene lugar este encuentro en el que realizadoras cordobesas muestran sus trabajos audiovisuales.

Cortometrajes Ellas en el cine
CORTOS CON ACENTO CORDOBÉS. Ellas en el cine (foto) y No son cifras, dos proyectos locales que dan cuenta del quehacer de la mujer en el cine y de la violencia de género. | Cedoc Perfil

Un jurado compuesto por Cecilia Roth, Lita Stantic (productora y miembro fundadora de ‘La Mujer y el Cine’ ), Cecilia Barrionuevo (directora artística del Festival de Mar del Plata), la directora Andrea Testa y la actriz y directora Victoria Carreras, será el encargado de seleccionar los ganadores de la Competencia Oficial de Cortometrajes Nacionales.

Los cortos, que son la estrella de este año, estarán disponibles las 24 horas de duración del festival, en el que asoman voces nuevas y muy potentes.

Con la asignatura pendiente de no haber logrado aún pasar la barrera del 30% de mujeres en la industria (curiosamente egresa de las escuelas un porcentaje mucho más alto, pero luego no logran hacer sus propias películas), se presentaron un total de 136 obras de todo el país.

De las 36 seleccionadas para competir, dos cortometrajes son de realizadoras cordobesas: ‘Ellas en el cine’ y ‘No son cifras’. 

En diálogo con PERFIL CÓRDOBA, Ayelén Mufari y Ana Pirsic abordaron la problemática actual y dieron su mirada sobre la industria.

Ellas en el cine. El proyecto fue concebido por Ayelén Mufari, Martina Carignano y Luján Ailen Martínez como trabajo final de grado de la licenciatura y producción audiovisual de la Universidad Nacional de Villa María.  “Quisimos poner en diálogo nuestro propio quehacer cinematográfico. Pensamos y vimos mucho cine realizado por mujeres, pero nos encontramos con la realidad de que, o no hay tanto o no está muy difundido. Hicimos una etapa de investigación, de relevamiento de cineastas. Luego, vimos cómo en sus obras ellas construyen personajes femeninos. Y esa fue una de las maneras de definir con cuáles cineastas íbamos a trabajar”, detalla Mufari.

En el cortometraje, son tres las cineastas entrevistadas: la cordobesa Inés María Barrionuevo, Albertina Carri y Liliana Romero, que trabajan lo audiovisual desde áreas como la ficción, el documental y la animación. “Fue una experiencia hermosa, viajamos a Córdoba para entrevistar a Inés y a Buenos Aires para trabajar con las otras dos cineastas. Nos recibieron con mucha amabilidad y pudimos dialogar muy bien con ellas”, cuenta.

El cortometraje empezó a gestarse en 2015, fue rodado entre 2017 y 2018 y lo que más las demoró fue la posproducción: terminaron su proyecto en 2020.

La elección en cuanto a la técnica (es un cortometraje animado), tuvo que ver con un ejercicio de interpretación: “Elegimos la animación como parte del lenguaje, con la idea de ser nosotras quienes indagamos a las cineastas y las construimos en la pantalla. Quisimos poner en práctica nuestro imaginario porque las que hablan son ellas, pero nosotras las interpretamos desde el control total de la imagen”.

El cortometraje ha sido también presentado en un festival de Málaga y sus realizadoras están expectantes sobre los resultados. “Luego, la idea es presentarlo también en festivales que traten la temática del cine realizado por mujeres o con temáticas con perspectivas feministas”, sostienen.

En torno a la escasa participación de las mujeres en el cine y cómo revertirlo, Mufari reflexiona: “Los hombres vienen haciendo cine desde el inicio de la historia y ocupando un lugar de privilegio al llevar adelante las narrativas. Cuando empezamos este proceso era 2015, cuando en Argentina se gestaba el ‘Ni una menos’. El feminismo de ese momento empezó a formar parte de nuestra vida y crecimos dentro de ese contexto social y político. Creo que esta corriente viene a meterse en distintos ámbitos de la sociedad y en lo audiovisual también se empiezan a gestar agrupaciones y a conformarse comisiones de género y diversidad”.

Aunque reconoce que es un proceso que llevará tiempo, señala que se han empezado a revisar las políticas públicas y a preguntarse por el hecho de que se gradúen más mujeres dentro de las carreras audiovisuales, pero eso no redunde después en el campo laboral. “Llegar a una verdadera igualdad implica capacitación, visibilización, difusión y políticas públicas que den un lugar a las mujeres, sobre todo en roles jerárquicos, que es donde tenemos menos presencia”, afirma.

No son cifras cortometraje

No son cifras. Ana Pirsic (28) tiene, junto a una socia, una empresa de posproducción audiovisual en Cosquín y reconoce que es la primera vez que participa en un festival de estas características.

Su proyecto fue realizado para la Asociación Con Voz en el marco de un simposio sobre violencia de género que se llevó a cabo entre 2019 y 2020. “Fue un trabajo muy intenso, ellos querían tener testimonios de familiares y allegados de víctimas de femicidios, retratando audiovisualmente la experiencia que ellos atravesaron, porque las víctimas no pueden hablar”, relata Pirsic. 

Así, con el objetivo de sensibilizar a las personas nació ‘No son cifras’, que ahonda sobre lo que subyace más allá de los números que representan la cantidad de víctimas. “Fue un trabajo muy duro porque recibí testimonios de familiares y tuve que decidir qué iba y qué no. Tenía casi tres horas de material con relatos muy crudos e intensos, el proyecto me marcó mucho”, dice.

El abordaje del cortometraje fue a partir de la posproducción desde donde intervino, a partir de efectos visuales, aquello que había filmado: “Estaba esta idea de que no se trata solo de estadísticas sino que eran personas, mujeres que tenían una vida. Ellos querían que en el registro se retratara el símbolo internacional contra la violencia hacia las mujeres, que es el de las mariposas. Entonces mi trabajo fue tratar de vincular espacios que ya no se habitan, con la idea de la ausencia: un lápiz de labios que ya no se usará, cabellos en un peine; todo intervenido por estas mariposas que fueron generadas en posproducción”.

Otra de las áreas en las que se especializa la realizadora es en efectos visuales, en lo que la participación femenina es casi nula. “Es importante que ocupemos también estos espacios porque no podemos desvincular la técnica de la narrativa. La forma de contar está muy vinculada y la posproducción termina siempre de contar una historia. Entonces es necesaria la presencia femenina en estas áreas”, finaliza.