Aunque parecía que este año iba a ser la excepción, en los últimos días el dengue resurgió en Córdoba y volvió a convertirse en un riesgo sanitario. Si bien ni los expertos ni las autoridades sanitarias prevén que los ocho casos confirmados hasta la semana pasada den lugar a una epidemia (como ocurrió en 2009, 2013, 2015 y 2016 en la provincia), sí se espera que se produzcan nuevos contagios a partir del brote que se registra en la ciudad de Córdoba.
“El Ministerio de Salud está haciendo todo lo posible para contener el brote, pero lo previsible es que haya más casos”, dijo a PERFIL Córdoba el titular de la cartera sanitaria provincial, Francisco Fortuna.
La circulación del virus en la Capital, el elevado índice de viviendas con presencia del mosquito transmisor, el clima aún templado y el fuerte movimiento turístico que se registró en el fin de semana extralargo de Semana Santa, son los principales factores que potencian la dispersión del brote, según precisó la secretaria de Prevención y Promoción de la Salud de la Provincia, Analía Cudolá.
“La población no debe alarmarse, pero sí ocuparse del tema”, advirtió la funcionaria.
Hasta ahora. Por el momento, el Ministerio de Salud de la Provincia informó la existencia de ocho casos confirmados de dengue, todos ellos localizados en cinco manzanas de barrio Jardín, o vinculados a personas que residen en otros lugares pero que trabajan en ese sector. Dos de los enfermos requirieron internación, y uno debió ser reingresado por algunas horas, aunque ambos pacientes –atendidos en el Hospital Rawson ya fueron dados de alta. “Todos tienen buena evolución”, informó la funcionaria.
Además, hasta el viernes había otros cuatro casos sospechosos en estudio, vinculados al mismo brote, indicó Cudolá. “Los nuevos datos se informarán los miércoles, después de la reunión de la Sala de Situación”, adelantó.
Mosquitos por doquier. La clave en la transmisión del dengue son los mosquitos vectores, por lo cual un eje central para prevenir la enfermedad es el control de los Aedes. En Córdoba, el monitoreo hecho en marzo por la cartera sanitaria arrojó que existe alto riesgo de brote, ya que en el 11 % de las viviendas capitalinas hay criaderos del mosquito.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el riesgo de que ocurran más casos es elevado cuando el índice es igual o superior a 5, en tanto que no hay riesgo de transmisión viral cuando solo se hallan larvas de Aedes en menos del 1% de las viviendas relevadas. “Que tengamos el virus circulando con un índice aédico que duplica el valor de riesgo, implica que enfermarse de dengue vuelve a ser una posibilidad cierta en Córdoba”, explicó Daniel Pizzi, magíster en Salud Pública y exsecretario de Salud de la Provincia.
“Además, si hay ocho casos confirmados por laboratorio, seguramente hay más que no se han registrado, ya que siempre existe subnotificación, porque a veces los síntomas son leves y las personas no consultan”, indicó. Y también señaló que la elevada infestación de Aedes abre asimismo la puerta al ingreso de otras enfermedades transmitidas por el mismo mosquito, como el zika y el chikunguña, presentes en países de la región a los que muchos cordobeses van de vacaciones.
Por otra parte, Pizzi advirtió que todavía no se puede confiar en que el “General Invierno” se encargue de terminar con la actividad de los Aedes. “Que haya un par de días frescos no cambia nada”, afirmó. “Solo cuando la temperatura baje a alrededor de 12 grados y el frío se mantenga en el tiempo, va a dejar de haber mosquitos”, precisó, al tiempo que alertó que cuando empieza a refrescar, estos mosquitos, lejos de morirse, buscan refugio en el interior de las viviendas, donde siguen picando.
Qué hay que hacer. En este contexto, Fortuna y Cudolá subrayaron que la población debe intensificar las medidas para prevenir las picaduras de mosquitos y que, ante síntomas compatibles con dengue, se debe consultar en forma inmediata a un centro de salud.
El diagnóstico temprano es fundamental no solo para la persona que padece la infección, sino para que se puedan realizar en forma oportuna las acciones de bloqueo de foco, imprescindibles para prevenir la transmisión del virus a más personas. Fiebre, dolor detrás de los ojos, cefalea, dolores musculares o de articulaciones, o erupciones en la piel, son los principales síntomas de la enfermedad, contra la cual aún no se dispone de una vacuna efectiva.
Además, al ser el Aedes un insecto esencialmente domiciliario, los funcionarios destacaron la necesidad de que sean eliminados de las viviendas los potenciales criaderos, o sea cualquier objeto que pueda acumular agua fuera o dentro de la vivienda. “Lo que juega a favor, es que este año los casos autóctonos arrancaron más tarde, y que, al menos hasta el momento, el brote está circunscripto a un solo sector de la ciudad”, dijo Cudolá, quien también aseguró que el control de foco se hizo en forma oportuna porque la consulta fue temprana.
No obstante, Fortuna advirtió que un problema que no ha variado es la falta de una adecuada percepción de riesgo por parte de la sociedad. “En la Capital ya se visitaron en los monitoreos casi 35 mil domicilios, y se pusieron 226 contenedores para desechar inservibles, y sin embargo sigue siendo altísima la cantidad de criaderos que encontramos”, dijo. “Vemos que la gente conoce sobre la enfermedad, pero no pasa a la acción para eliminar los reservorios”, señaló. Y así, mientras no se cambien los hábitos y avance la tropicalización del clima, en un círculo vicioso, el dengue retornará siempre.
Los puntos fundamentales
El dengue. Es una enfermedad viral que puede ser grave e incluso fatal, que es transmitida a los seres humanos por el mosquito Aedes Aegypti.
Del caso importado al brote. A nivel local, los casos autóctonos ocurren a partir de casos importados. Es decir, a través de personas que adquirieron el virus en otro país o región, y al regresar son picadas por mosquitos que se infectan por esa vía, y a su vez transmiten la enfermedad a otros seres humanos al seguir picando. Así comienza la circulación local del virus y, con ella, el riesgo de que se produzca un brote o una epidemia.
Síntomas. Los principales son fiebre, dolor detrás de los ojos, cefalea, dolores musculares y de articulaciones, erupciones en la piel. Ante su aparición, se debe consultar sin demora a un centro de salud, y en el ínterin, no automedicarse y evitar al máximo las picaduras.
Minimizar las picaduras. En la situación actual de Córdoba, con circulación viral, se deben adoptar medidas para prevenir las picaduras de mosquitos con el uso adecuado de repelentes, tabletas, espirales y uso de telas mosquiteras en cunas, cochecitos y ventanas.
Eliminar los criaderos. Mantener las viviendas, patios y jardines sin recipientes en los que pueda acumularse agua, como tachos, baldes, latas, juguetes, tapitas de gaseosa, neumáticos, etc. Los reservorios que no puedan ser desechados, deben ser tapados o colocados boca abajo. Evitar los floreros y las plantas en agua, así como los platos de bajo de las macetas. Cambiar con frecuencia el agua de los bebederos de mascotas y limpiar los bordes con un cepillo. Lo mismo debe hacerse con los recipientes que acumulan agua de los aires acondicionados.
Epidemias previas. En la provincia de Córdoba el primer brote de magnitud de dengue se produjo en 2009, con 175 casos confirmados. Luego en 2013 hubo 165; en 2015, 246, y en 2016 ascendieron a 826.